Para llegar a esta conclusión, el grupo de investigadores realizó un estudio en el que se les proporcionó, a 74 niños y niñas con edades comprendidas entre los 2 y los 7 años, un perro de peluche. A los pequeños se les explicó que el peluche estaba triste porque no tenía amigos y su familia estaba muy lejos, el perro de peluche necesitaba un amigo que le cuidara. Casi la totalidad de los niños sujetos al estudio sufrían estrés fruto de los problemas que se padecen en la zona del norte de Israel, el conflicto entre palestinos y judíos provoca en ellos un gran cúmulo de reacciones negativas para su salud y bienestar.
Estos niños tenían miedo, sufrían pesadillas, reaccionaban ante cualquier ruido, mostraban su estado con continuos lloros, etc. Inevitablemente el conflicto afecta seriamente a los pequeños y se buscan soluciones como esta que damos a conocer, aunque lo mejor sería indiscutiblemente, el fin de la confrontación.
Los resultados del estudio revelan que después de dos meses, hasta un 71% de los niños habían reducido las reacciones que mostraban antes de recibir el peluche. La idea de los investigadores era desviar la atención de los niños de los problemas que se sufren en el lugar, y el peluche permitiría cambiar el centro de atención de los pequeños.
Todos los datos del estudio han sido publicados en la prestigiosa revista electrónica Pediatrics.
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