El reflujo es algo que que puede ocurrir con frecuencia en los bebés, debido a que su sistema digestivo aún está inmaduro y esto ocasiona que parte de sus alimentos sean devueltos del estómago a su boca. Cuando un bebé tiene reflujo, puede volverse una situación que provoque mucha angustia a los padres.
En los casos más fuertes, es posible que el bebé necesite tomar algún medicamento, sin embargo, un estudio reciente encontró que dar antiácidos a los bebés durante su primer año de vida podría aumentar el riesgo de fracturas óseas. Te compartimos la información y te contamos qué otras medidas puedes tomar para ayudar a tu bebé.
El estudio
Publicado en la revista Pediatrics, el estudio analizó la asociación que había entre el uso de antiácidos en los bebés y las fracturas en los huesos en los años posteriores, debido a que los resultados de estudios anteriores parecían contradictorios.
En este nuevo estudio, se concluyó que los bebés que tomaban algún antiácido durante su primer año de vida, podrían tener un riesgo significativamente más elevado de presentar alguna fractura ósea en el futuro, tanto en la infancia como en la vida adulta.
De acuerdo con Elizabeth Hisle-Gorman, autora del estudio, el uso de medicamentos para suprimir la acidez puede ser apropiada en casos muy específicos en los que el bebé padezca enfermedad por reflujo gastroesofágico, que no es lo mismo que el reflujo simple que suelen presentar la mayoría de los bebés.
Sin embargo, comenta también, que cada vez existe mayor evidencia de que el uso de medicamentos antiácidos en bebés no solamente es inefectivo, sino también, está asociado a otros efectos adversos, que incluyen un riesgo más elevado de padecer ciertas infecciones.
En conclusión, el estudio se une a otras investigaciones que recomiendan evitar en lo posible dar antiácidos a los bebés, y que en caso de que sea realmente necesario, esperar a iniciar este tipo de tratamiento en edades más avanzadas y por el menor tiempo posible.
Qué hacer si tu bebé tiene reflujo
Como lo habíamos comentado al inicio, el reflujo, también conocido como reflujo gastroesofágico, sucede cuando el ácido del estómago regresa a la boca del bebé, ocasionando que se devuelva un poco del alimento. En la mayoría de los casos, esta no es una condición seria y va haciéndose menos frecuente conforme crece el bebé.
Sin embargo, es algo que puede resultar muy angustiante para los padres, pues el bebé se siente incómodo y naturalmente se desea ayudarles a que dejen de pasarlo mal. Afortunadamente, hay algunas medidas que se pueden tomar para tratar de ayudar a que el bebé no presente reflujo:
- En lugar de darle una toma completa y esperar hasta que tenga hambre, intenta administrar los alimentos en cantidades más pequeñas y con mayor frecuencia.
- Coloca su cabeza más alta que su estómago al comer, para que con ayuda de la gravedad, puedas evitar que el alimento vuelva a la boca.
- Evita hacer presión sobre su estómago, no aprietes demasiado los pañales y evita usar prendas con elásticos fuertes en la zona del abdomen.
- Hazle eructar después de cada comida.
- Sostenlo en una posición vertical después de alimentarlo durante al menos 30 minutos.
- Mantén la calma después de cada comida y no hagas actividades que puedan agitarle, para permitir que haga la digestión de forma tranquila.
- En caso de alimentar con biberón, deberás asegurarte de utilizar aquellos que tengan una tetina adecuada y válvula anticólicos, ya que ayudan a reducir la ingesta de aire.
Si estas medidas no funcionan o ayudan a disminuir el reflujo, lo mejor es consultar con el médico, para buscar otras posibles soluciones o revisar la posibilidad de que tu bebé tenga la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
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Vía | Healthline