El profesor José María Fraga, presidente de la Sociedad Española de Medicina Perinatal, afirma que "Los cambios climáticos influyen en la epidemiología del VRS y su incidencia. Lo previsible son modificaciones, tanto en el inicio como en la severidad de la epidemia estacional". Y es que el cambio climático nos afecta en todos los ámbitos. Todos hemos percibido lo largo que se ha hecho el verano, y que estamos casi en diciembre y todavía salimos a la calle en mangas de camisa, cuando años atrás, a estas alturas del otoño, ya debíamos ir con guantes, bufanda y todo lo que tuviéramos para cubrirnos del frío. Esta climatología impide que la comunidad científica pueda predecir el nivel de gravedad con el que el virus aparecerá este otoño e invierno. Dada la gran incidencia del pasado año, la preocupación para estar preparados frente a los nuevos casos de bronquiolitis e infecciones por virus respiratorio sincitial este año es obvia, pero de momento, es impredecible.
Lo más eficaz para afrontar la bronquiolitis o al VRS es la prevención, para lo que se debe recurrir a los profesionales sanitarios. Hay estudios de seguimiento que indican que la prevención de infección severa por VRS con palivizumab puede reducir episodios de sibilancias recurrentes y de asma que se pueden dar posteriormente, pues los científicos están de acuerdo en que este virus es el origen principal de estas patologías.
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