Sucede a menudo que los niños, normalmente por la tarde o ya por la noche, se quejan de dolores musculares. No son muchos padres los que acuden a urgencias por este motivo, pero si el dolor es intenso y el niño se queja mucho aparece la duda y se acaba consultando al médico que, en caso de no hallar una causa real al dolor puede llegar a diagnosticarlo como "dolores de crecimiento".
Ahora bien, ¿existen realmente los dolores de crecimiento o son uno de esos diagnósticos que se utilizan como cajón de sastre? A continuación vamos a hablar un poco de ello, pues hay varias teorías al respecto.
¿Diagnósticos "cajón de sastre"?
Seguro que después de haber leído esto os estaréis preguntando a qué me refiero con eso de diagnóstico "cajón de sastre". Pues son aquellos sucesos normales del desarrollo de los bebés y niños que pueden provocar algunos síntomas. No se sabe a ciencia cierta si son los causantes directos pero, como los síntomas son leves y desaparecen solos, suelen servir para poner un nombre al padecimiento del niño.
Son diagnósticos de ese tipo los cólicos o la salida de los dientes. Con ellos tienes causa probable de molestias, llanto o fiebre hasta bien entrados los dos años.
De bebitos, porque lloran y no sabemos por qué (hasta que los bebés sepan hablar seguiremos igual, y no creo que esto pase jamás), tendemos a decir que "serán cólicos" si no se ha hallado una causa previa. Es decir, descartado el hambre, el frío o calor y la necesidad de estar acompañado, si un bebé sigue llorando suele decirse que tiene cólicos. Como los cólicos son limitados en el tiempo, pues a partir de los 3 meses van desapareciendo, y como se consideran algo normal, pues ya está, no queda otra que conformarse y tratar de ayudar al bebé a que esté lo mejor posible por el día para prevenirlos.
Cuando ya tienen unos meses, si los bebés se quejan, si tienen unas décimas de fiebre, si se meten la mano en la boca con rabia, si lloran, entonces decimos que "serán los dientes". No sabemos si duele de verdad o si en realidad causan molestias (yo creo que sí, porque en los míos ha sido matemático), pero de nuevo la salida de los dientes es un proceso normal que a los padres nos lleva a tener que conformarnos y a ayudar al niño a que esté lo mejor posible.
Los dolores de crecimiento, ¿existen?
Y después de los cólicos (que nadie sabe explicar qué son) y de los dientes (que hay quien dice que al salir no duelen), pueden aparecer dolores musculares, normalmente por la tarde o por la noche, y habitualmente en las piernas, que tal como vienen, se van, que pueden durar unas horas o incluso días y que suele diagnosticarse como dolores de crecimiento.
A este respecto he oído varias teorías. Una de ellas dice que no, que los dolores de crecimiento no existen y que es simplemente el nombre que se le pone a un dolor en las extremidades cuando se evidencia que el niño no tiene nada grave. Son dolores en ciertas zonas de las piernas, habitualmente, que no aumentan al presionar, que no es concreto en un punto, sino que afecta más bien a una zona y que no produce cojera. La explicación más lógica, la que da esta teoría, es que son dolores secundarios a haber hecho actividad física el día anterior (saltar, trepar, correr, etc.) y por eso los dolores de crecimiento se dan más a menudo en niños.
Sin embargo, otra de las teorías que he oído dice que sí, que los dolores de crecimiento existen porque no siempre van ligados a una actividad física intensa el día anterior. Según esta otra teoría los huesos no duelen al crecer, pero sí pueden doler los tendones que se insertan en ellos cuando, tras crecer el hueso, los tendones quedan algo más tensionados, hasta que se produce el crecimiento del músculo en un plazo corto de tiempo y la molestia cede.
No puedo decir cuál de las dos es real, y la verdad es que es un poco indiferente. Los dolores de crecimiento (o lo que sean) suelen suceder en niños de entre 3 y 12 años, pueden despertar a los niños pero se calman con un masaje y, si hace falta, con un analgésico. Al día siguiente el dolor ya no suele estar, y de repetirse, se va con la misma facilidad que la noche anterior.
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