Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo y mente suelen enviarnos diversas señales: nos sentimos irritables, no logramos concentrarnos, sufrimos dolor cabeza, espalda u hombros. Pero aunque es importante atender todos ellos, hay uno en particular al que debemos prestar especial atención.
Hablamos del dolor de mandíbula, una molestia que ha sido identificada por la ciencia como un síntoma de estrés y que, de no solucionarlo, podría traer diversas consecuencias para nuestra salud.
¿Por qué nos duele la mandíbula cuando estamos estresados?
El estrés puede desencadenar una serie de respuestas físicas y emocionales como las que comentábamos al inicio. Cuando nos sentimos estresados, nuestro cuerpo reacciona tensando los músculos -incluidos los de la mandíbula-, o podemos hacer ciertas acciones o hábitos de forma involuntaria, como apretar los dientes con fuerza.
En ambos casos, el resultado es dolor y molestias tanto en la mándibula como las articulaciones temporomandibulares, pero si no atendemos este síntoma y dejamos que pase el tiempo, podría desencadenar en otros problemas de salud, como el bruxismo, que puede erosionar o desgastar los dientes y provocar dolores de cabeza, cuello y oído; o alteraciones en la alineación de la mandíbula y tensión muscular, lo que podría dificultar el abrir o cerrar la boca completamente.
Esto es lo que debes hacer si te duele la mandíbula
Aunque hablamos del dolor en la mandíbula por estrés, es importante señalar que el dolor en esta zona puede tener otros motivos como artritis o problemas bucodentales (como muelas del juicio e infecciones), por lo que es recomendable consultar primero con un médico para identificar la raíz del problema y atenderlo como es debido.
En el caso de que el dolor de mandíbula sea resultado del estrés, habremos entonces de atender la causa por la que nos sentimos de este modo y buscar maneras de reducir o gestionar el estrés de manera efectiva. Estas son algunas de las cosas que podemos hacer en casa para lograrlo:
- Practicar técnicas de respiración profunda, como la respiración cuadrada.
- Meditar, ya sea con meditaciones guiadas o con música relajante.
- Practicar algún ejercicio relajante, como yoga o tai chi.
- Descansar lo suficiente y dormir las horas recomendadas según nuestra edad.
Además de trabajar en reducir el estrés, el uso de compresas frías y calientes puede ayudarnos a aliviar los síntomas del dolor en la mandíbula, así como tomar medicamentos para el dolor preescritos por el médico. En algunos casos suele recomendarse el uso de férulas dentales para usar por las noches, que ayudan a prevenir el bruxismo al evitar que los dientes inferiores y superiores choquen entre sí.
Dependiendo de lo avanzado o severo que sea el dolor de mandíbula, también es posible que se necesite alguna clase de tratamiento adicional, como fisioterapia o terapia cognitiva en caso de que el estrés sea muy elevado o persistente. En cualquier caso, lo mejor es consultar con un dentista o un médico, para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.
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