No paran de realizarse estudios intentando desenmascarlos y ahora se ha descubierto un nuevo agente implicado. Resulta que si la futura mamá padece depresión durante el embarazo aumenta como mínimo en un 60 por ciento la probabilidad de tener un parto prematuro.
Esta conclusión la avala un estudio publicado en la revista "Human Reproduction" realizado en 800 mujeres que se encontraban en las 10 primeras semanas del embarazo.
Es importante recalcar que mediante una encuesta se vió que el 41 por ciento de estas gestantes se encontraba en un estadío de depresión moderado o grave, cifra bastante alta que hace reflexionar. Además tan sólo el 1,5 por ciento de estas mujeres tomabn algún medicamneto para aliviar los síntomas.
Al analizar a las mismas mujeres tras el parto, se halló que existía una importante relación entre los signos de depresión y el parto prematuro. Esta correlación era mayor cuanto más graves eran los síntomas, así si los síntomas se podían considerar leves o medios se elevaba hasta un 60 por ciento los casos de parto premauro y si era una depresión más grave, se producía hasta en el 100 por cien de las mujeres, es decir todas las mujeres muy deprimidas tenían el parto antes de la semana 37.
La causa de este hallazgo se encuentra en factores relacionados con las alteraciones hormonales que se producen en la depresión que podrían provocar que la placenta no funcionara tan bien como es necesario.
Desde mi punto de vista, con este estudio se sacan conclusiones importantes, ya que la depresión no es un tema que se aborde profundamente en las consultas ginecológicas. Evitar o tratar la depresión podría ser evitar prematuridad y por tanto mortalidad y morbilidad infantil.
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