La flora intestinal es tan importante para la salud que ya se realizan hasta trasplantes de heces

Si tras leer el título has pensado "¡Qué asco!", no estás solo. Seguro que la mayoría piensa lo mismo, que debe tratarse de una broma o algo similar, porque no tiene ningún sentido hacerte un trasplante de heces (o de caca, para ser más directo).

Y es que uno se trasplanta cosas importantes, normalmente un órgano, o una parte, para salvar la vida o mejorar la calidad de la misma, porque el órgano propio no funciona como debería. Pero, ¿caca?

Pues sí, porque las bacterias intestinales, lo que conocemos como flora intestinal o microbiota, tienen tanto que decir en la salud de las personas que ya se está haciendo en muchos hospitales.

¿En qué consiste un trasplante de heces?

En realidad, para que no quede tan mal, el tratamiento recibe el nombre trasplante de microbiota fecal (TMF), que incluso puede abreviarse en trasplante de microbiota para evitar decir "caca". Según leemos en Medline, consiste en conseguir heces de un donante sano que no haya tomado antibiótico en los últimos tres meses (normalmente algún familiar o amigo), analizarlas para asegurar que no tiene ninguna enfermedad, mezclarlas con una solución salina y filtrarlas.

Una vez hecho esto, se introduce en el colon del paciente a través de un colonoscopio, para que las bacterias de dichas heces "recolonicen" el intestino del paciente, sustituyendo bacterias que provocan molestias por otras que no.

Digamos que, a causa de tratamientos antibióticos, en caso de síndrome del colon irritable, estreñimiento, enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa, la flora del intestino se descompensa, habiendo un aumento de la bacteria Clostridium difficile. Esta bacteria, en gran cantidad (no hay un equilibrio con otras bacterias) genera una toxina que provoca síntomas muy molestos, y aunque en algunos casos el antibiótico puede ayudar, en otros no es suficiente y la técnica de trasplante de heces puede ayudar a restablecer ese equilibrio perdido.

¿Y qué tiene que ver esto con los niños?

Seguramente os estaréis preguntando esto mismo. ¿Por qué nos lo cuentan, si esta página es de bebés y niños? Pues precisamente porque todo esto está relacionado con la microbiota intestinal, esa que es diferente en los niños según sean el nacimiento, las vivencias y según sea la alimentación.

Se sabe que un bebé tiene una microbiota más saludable (con más bacterias buenas) si:

Todas estas cosas hacen que un bebé tenga una flora intestinal más saludable y, en consecuencia, una mayor protección ante ciertas infecciones y alergias. Obviamente, lo que prima es lo importante: si un bebé requiere ser separado de su madre al nacer porque necesita atención médica, o en el parto es preciso el antibiótico, por poner algunos ejemplos, está claro que lo demás queda en un plano secundario.

Pero si el bebé nace sano, interesa que los máximos organismos de salud sigan luchando no solo por informar a madres y padres, sino también a los profesionales para que a su vez se formen y reciclen, y ayuden a las mujeres a tener partos menos instrumentalizados, mayor confianza en sus posibilidades a la hora de parir y amamantar, y puedan aportar soluciones en caso de que haya problemas. Y no solo eso, sino que sean capaces de transmitir esta información a las parejas, para que le den a la salud de sus hijos la importancia que requiere.

Y si no, pues ya se sabe. En el futuro siempre podrán hacerse un trasplante de materia fecal en caso de que sea preciso, por si con esas consiguen tener una mejor microbiota intestinal. Os aseguro que yo, si lo necesitara para mí, lo haría.

Foto | iStock

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