La vacuna del tétanos: todo lo que hay que saber

Iniciamos con ésta una serie de entradas en las que os explicaremos todo lo relacionado con las vacunas infantiles. Para empezar hemos escogido la vacuna del tétanos, una de las más conocidas por ser una de las primeras que se administra a los bebés y por proteger contra una enfermedad con un nombre muy conocido.

La vacuna del tétanos se administra actualmente en varias presentaciones diferentes. A los bebés se les aplica la vacuna hexavalente, administrada a los 2, 4 y 6 meses, que recibe ese nombre porque incluye protección para seis enfermedades: el tétanos, la difteria, la poliomielitis, la tos ferina o pertussis, el Haemophilus influenzae tipo B y la hepatitis B.

A los 18 meses se administra dentro de la vacuna pentavalente, que sirve para prevenir cinco enfermedades, las mismas que la hexavalente pero sin la dosis de hepatitis B.

Luego a los 4 a 6 años, se administra dentro de la vacuna trivalente, junto a la difteria y la tos ferina.

Finalmente, a los 11-12, se administra en la vacuna Td, junto a la difteria, en una vacuna que hasta ahora era de elección a partir de los 7 años (cuando un niño o niña no se había vacunado nunca del tétanos o le faltaban dosis), pero que probablemente quede reservada sólo para los adultos al recomendarse que, a los 11-12 años, se administre también la vacuna trivalente, cuya protección ante la tos ferina puede ayudar a controlar los últimos brotes aparecidos en el país.

Qué es el tétanos

El tétanos es una enfermedad grave causada por la toxina de la bacteria Clostridium tetani y se produce cuando una herida se contamina con esta bacteria. La toxina actúa como un veneno y afecta al sistema nervioso central causando rigidez muscular, espasmos, convulsiones y otros síntomas que ponen en riesgo la vida de la persona. Hace ahora un año os comentamos el caso de un niño que cogió el tétanos, por ejemplo, y lo que llegó a vivir tanto él como su familia.

El tiempo que pasa entre la infección y la aparición de los primeros síntomas puede ir desde los 7 a los 21 días. La mayoría de casos, ya pocos, ocurren en personas que no han sido vacunadas de la enfermedad o que no llevan las dosis necesarias.

Gracias a la vacuna, como digo, es una enfermedad muy poco frecuente en España, pero es importante recalcar que la única manera de prevenir la enfermedad es con la vacunación individual. Es decir, el hecho de que otros niños se vacunen del tétanos no hace que un niño no vacunado tenga menor riesgo de coger la enfermedad, porque no se contagia, la coge uno solito.

Digamos que, si una persona decidiera no vacunar a sus hijos, lo recomendable sería, al menos, administrarles la del tétanos, ya que con el resto de vacunas podrían beneficiarse de la vacunación de los otros niños.

Qué heridas pueden ser peligrosas

Las heridas que pueden revestir peligro de infección son aquellas que no sean de bordes limpios, es decir, cuando la piel haya quedado erosionada y quede una zona abierta (herida con bordes limpios es una herida que se une fácilmente con tiritas o puntos y que enseguida vuelve a proteger de la entrada de microorganismos).

También lo son las heridas punzantes cuando se está en contacto con el suelo o estiércol, heridas muy sucias con trozos de cuerpos extraños enclavados, las quemaduras, fracturas de hueso abiertas (el hueso produce herida en la piel), las mordeduras de animales o personas y las congelaciones.

Todo esto para decir y recalcar que el tétanos no es la enfermedad de los clavos oxidados, sino la de los clavos oxidados, la de los clavos no oxidados, la de las uñas sucias y muchas cosas más.

¿Dónde se administra?

A los bebés, es decir, cuando se les pone a los 2, 4 y 6 meses, se les administra vía intramuscular (dentro del músculo) en la pierna. En el cuádriceps, para ser más exactos. Antiguamente se administraba en la nalga, pero se ha visto que la absorción es peor, siendo de elección músculos como el deltoides (en el hombro, pero no recomendable en bebés) y el cuádriceps.

Efectos secundarios de la vacuna del tétanos

La vacuna del tétanos, al ir acompañada de otras vacunas, puede producir efectos secundarios derivados del tétanos, pero también de las vacunas que le acompaña. La dosis del tétanos administrada puede producir hinchazón de la zona y dolor y, en raras ocasiones, una erupción en la piel que puede durar 24 horas desde la administración.

La difteria produce los mismos efectos secundarios, mientras que la porción de tos ferina puede provocar calor local en la zona del pinchazo y sensibilidad. Además, la tos ferina se desaconseja si el niño ha sufrido algún episodio de convulsión antes de recibir la vacuna, aunque esto lo ampliaremos cuando hablemos de la vacuna de la tos ferina.

Cuando se acompaña de la hepatitis B, puede producirse intranquilidad, y si se acompaña de Haemophilus influenza tipo B puede dar algo de fiebre. Aunque en general, toda vacuna puede acompañarse de fiebre.

Se ha reconocido la ocurrencia de inflamación cerebral tras la vacuna, pero la incidencia es muy baja (1 de cada 110.000 casos), y no se sabe si se trata de una reacción a la vacuna o si es provocada por otras sustancias o infecciones.

He oído que podría estar relacionada con el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante

Se dice que la vacuna del tétanos, combinada con las otras vacunas, podría estar relacionada con el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL). Sin embargo, no existe evidencia científica que demuestre que haya relación entre una cosa y otra.

El mito sigue vivo porque la primera dosis se administra a los dos meses, cuando el riesgo de SMSL es muy elevado.

Fotos | Tom & Katrien, Carlos Reusser Monsalvez en Flickr Más información | Medline Plus, VacunasAEP En Bebés y más | 180.000 niños mueren cada año a causa del tétanos neonatal, “Las vacunas son muy eficaces para prevenir las enfermedades”. Entrevista a Carlos González (I) y (II), Diez cosas que debemos saber sobre las vacunas

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