Los autores de la investigación hicieron un seguimiento a más de ochocientos bebés prematuros hasta que cumplieron los 21 años de edad, todos nacidos a partir de la semana 26 de gestación con un peso de entre 500 gramos y dos kilos. A cinco de cada 100 adultos jóvenes que habían nacido con menos de 2 kilogramos de peso se les diagnosticó autismo.
El estudio, publicado en la revista Pediatrics, es el primero en establecer una relación entre el bajo peso al nacer y el autismo.
Por su parte, un estudio anterior halló una incidencia aún más elevada: ocho de cada 100 niños nacidos extremadamente prematuros (antes de la semana 26 de gestación) desarrollan autismo.
La relación no radica en que la prematuridad cause autismo, sino en que nacer antes de término aumenta el riesgo de que el cerebro del bebé sufra de una lesión, y de que esa lesión pueda estar asociada con el autismo.
Los expertos advierten que muchos de los problemas cognitivos de estos niños pueden esconder un autismo de fondo.
Aún así, para tranquilizar a los padres de bebés prematuros, la mayoría no desarrolla autismo, sólo hay que estar alerta a posibles señales pues la intervención temprana mejora notablemente la calidad de vida de estos niños.
Vía | Público Foto | Chris Owen Photography en Flickr Más información | Revista Pediatrics En Bebés y más | Mayor riesgo de autismo para niños muy prematuros, El riesgo genético del autismo