Técnicas como la hipnosis, la aromaterapia o la reflexología se están introduciendo en nuestra sociedad progresivamente, incluso los productos que se utilizan en algunas de estas técnicas se pueden adquirir en las grandes superficies. La medicina oriental tradicional, la acupuntura, la homeopatía, los curanderos, todos intentan a través de sus medios “mejorar o curar" al paciente.
Pero hay que realizarse algunas cuestiones, ¿este tipo de terapias son beneficiosas para un niño?, no hay respuesta, ya que no existen estudios que avalen los resultados, aunque se sabe que las sustancias que se emplean en las medicinas alternativas no son del todo inocuas y muchas tienen efectos secundarios. Tampoco se conoce de qué manera afectan al organismo del niño. Los médicos y los fármacos de la medicina son más de fiar, pues tras ellos existen rigurosos controles, estudios, análisis, etc., para garantizar resultados e inocuidad en el organismo de los niños. Hay que tener en cuenta que existen numerosos charlatanes que tratan de aprovecharse de las familias desesperadas asegurando curas inexistentes.
De momento, mientras no existan estudios científicos, pruebas y resultados acreditados por las comisiones médicas, no debemos caer en las garras de la medicina alternativa y menos cuando se trata de la vida de nuestros hijos. Con esto no queremos decir que sea una mala medicina, pero para poder asegurar su eficacia en los niños deben poseer algún tipo de acreditación que garantice sus beneficios.
Ante una enfermedad, lo mejor es acudir a los especialistas de la salud, ellos sabrán en la mayoría de casos qué se debe hacer y cuál es el tratamiento más recomendable.
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