Los oídos son uno de los órganos más sensibles, sobre todo en la infancia. El frío, el agua, los cambios de presión (provocados por ejemplo, al viajar en avión) o el exceso de ruido pueden causar serias molestias a los más pequeños, siendo las fiestas navideñas una época especialmente delicada.
Por ello, con el asesoramiento del equipo de audiólogos de Oticon, os compartimos una serie de consejos para proteger los oídos de los niños en estas fechas de gran bullicio, música y ruidos.
El exceso de ruido en Navidad: el principal enemigo de nuestros oídos
Si hay una época del año especialmente bulliciosa esa es la Navidad. En estas fechas nos sometemos a un alto nivel de ruidos que puede llegar a provocar molestias temporales o daños en los oídos de los niños.
La música alta, petardos y fuegos artificiales, el sonido de instrumentos como trompetas o bocinas, las ferias ambulantes, el ruido generado por determinados juguetes y, en general, el bullicio de las calles y las conversaciones en las reuniones familiares, pueden poner en riesgo la salud de nuestros oídos, especialmente en el caso de los más pequeños.
Para proteger los oídos de los niños del exceso de ruido en estas fechas, los expertos nos recomiendan seguir los siguientes consejos:
- Cuidado con los petardos y fuegos artificiales. Los ruidos impulsivos y y de muy alto nivel generados por petardos o fuegos artificiales pueden llegar a alcanzar los 140 dB y producir hipoacusia temporal en niños con audición normal, o agravar el problema si ya sufren pérdida auditiva. Por eso, si sabes que tu peque va a estar cerca de esta fuente de ruido es conveniente emplear protectores auditivos.
- Bajar el volumen de voz durante las reuniones familiares en las que se genera mucho bullicio por las conversaciones de unos y otros. Uno de los consejos básicos que señalan los expertos es evitar gritar y elevar la voz, así como reducir el volumen de televisores o reproductores de música. De este modo, no solo evitaremos el exceso de ruido sino que estaremos dando un buen ejemplo a los niños sobre cómo dirigirse a los demás con respeto y no gritar al hablar.
- Alejarse de las fuentes de sonido. Si vamos a llevar a los niños a un sitio con música muy alta (conciertos, espectáculos, ferias...) es conveniente permanecer alejados en la medida de lo posible de los altavoces o los instrumentos musicales. En caso de que no sea factible, se aconseja utilizar protectores.
- Reducir el tiempo de exposición. El tiempo de exposición al ruido es clave para producir daño en el oído. Según la OMS, la exposición a más de 70 dB durante un periodo de tiempo prolongado puede producir daños irreversibles en el oído. Este es un dato a tener en cuenta, sobre todo si los niños utilizan reproductores de música individuales o juguetes con un volumen musical alto.
- Acudir a un especialista en caso de problemas persistentes. En caso de detectar daño auditivo que no desaparece una vez evitada la exposición al ruido, es necesario consultar con un especialista en audición para valorar una posible pérdida auditiva.
Pero además de estos consejos para proteger los oídos de los niños del exceso de ruido, también debemos extremar las precauciones frente al frío, evitando los cambios bruscos de temperatura, vigilando la calidad del aire y utilizando gorro y orejeras para prevenir infecciones.