El tráfico y otros transportes, el ocio urbano, las obras... Vivimos rodeados de sonidos no precisamente muy agradables, los ruidos.
La Organización Mundial de la Salud señala que existe una relación directa entre el exceso de ruido y el aumento de enfermedades cardiovasculares, la aparición de pérdida de audición, alteraciones psicológicas o problemas cognitivos en las personas.
Los niños son especialmente vulnerables a los efectos de los ruidos, que pueden acabar afectando su salud. ¿Están expuestos nuestros hijos a demasiados ruidos? ¿Cómo podemos protegerlos de los ruidos fuertes?
Efectos de los ruidos fuertes en los más pequeños
Los efectos de los ruidos fuertes en la salud de los niños pueden ir desde la pérdida de audición a los trastornos del sueño. Y el ruido nos afecta ya antes de nacer, cuando el sentido del oído ya se desarrolla. Un entorno ruidoso puede alterar la salud del feto, provocando pérdida auditiva o retraso en el crecimiento, si la madre ha estado expuesta a ruido crónico durante el embarazo.
Los recién nacidos también son muy sensibles y conforme crecen, es probable que estemos menos pendientes de los ruidos que les afectan a los niños. La contaminación acústica en el entorno es un factor ambiental que nos molesta y perjudica al bienestar, afectando también a la capacidad de atención, a los niveles de estrés, nerviosismo o irritabilidad.
Está comprobado que vivir rodeados de ruido también puede provocar trastornos del aprendizaje y de la memoria, podría afectar al desarrollo del habla, disminuye la motivación y rendimiento, perjudica la atención lectora y la resolución de problemas... Aquellos niños que viven en hogares ruidosos suelen presentar un menor desarrollo cognitivo, del lenguaje, pueden sufrir déficits de atención y pueden aparecer efectos negativos en su autoestima o generar ansiedad.
Cómo cuidar los oídos de los más pequeños
Los especialistas señalan que la pérdida auditiva aparece cada vez a edades más tempranas. Hay que estar atentos a las señales de alerta de deficiencia auditiva y procurar un entorno más saludable acústicamente hablando, como por ejemplo:
- Cuidado con los juguetes ruidosos: algunos juguetes con exceso de decibelios a los que los bebés están expuestos de forma prolongada puede afectar su audición.
- Proteger bebés y niños de otras fuentes de ruido como: aviones, pistolas, petardos, estéreos, reproductores de música y herramientas eléctricas.
- Si vivís en un entorno urbano con mucho ruido de tráfico y obras, mantener las ventas cerradas en las horas de más ruido.
- Retirar al bebé de sitios muy ruidosos como puede ser bares o restaurantes con música alta y repletos de gente.
- Poner la música o el volumen de la tele a niveles adecuados.
- Proteger los oídos de los niños con auriculares de cancelación en eventos con mucho ruido como puede ser un partido de fútbol o un concierto.
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