La vicepresidenta de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Inmaculada Calvo, ha avisado a los padres de que los niños deben ir al colegio porque es "bueno para su salud" y que es solo en situaciones "muy concretas", y con estados patológicos específicos, cuando no se recomienda que vayan a clase.
Ha querido enviar un mensaje de tranquilidad a los padres recordando que diferentes estudios han evidenciado la baja tasa de contagios del nuevo coronavirus entre la población infantil, y pidiéndoles que no dejen de llevar a sus hijos al colegio por miedo al Covid-19.
La AEP, junto con 14 sociedades científicas, ha elaborado el documento ‘Recomendaciones de las distintas especialidades pediátricas de la Asociación Española de Pediatría acerca de la reincorporación a la escuela de los niños con enfermedades crónicas’, en el que se explican los casos en los que los menores no deberían acudir al colegio en tiempos de Covid-19, y se insiste en que la mayoría está en condiciones de poder asistir a clases.
En este sentido, la doctora y coordinadora del trabajo ha explicado que algunos supuestos en los que en la actualidad no estaría indicado que los menores fueran al colegio es en aquellos que están a la espera de un trasplante, que tienen una insuficiencia renal grave, una cardiopatía grave o asma grave.
No obstante, puntualiza, estos casos son puntuales. La mayoría de los niños con una enfermedad crónica pueden ir a clase, unos deberán llevar la mascarilla FFP2 y otros la quirúrgica.
Miedo al colegio pero no en playas ni piscinas
Dicho esto, Calvo se ha preguntado los motivos por los que los padres no tienen miedo cuando los niños están sin mascarilla jugando con otros en la piscina y en la playa y sí cuando tienen que llevarles al colegio, a pesar de que van a estar con mascarillas, lavándose las manos y manteniendo la distancia de seguridad.
"Entiendo que haya una situación de alarma con la ‘vuelta al cole’, pero los pediatras tenemos el deber de no alarmar más y enseñar a los padres a que hay que convivir con el virus y a que no se puede tener más tiempo a los niños encerrados porque al final aparecerán otras enfermedades derivadas de esto", ha zanjado.
Qué niños no deberían acudir al colegio: riesgo en niños enfermos
Cada asociación científica específica ha elaborado un documento que podéis ver aquí que detalla en qué casos los niños no deberían acudir al colegio, cuáles tienen mayor riesgo y cuáles tienen riesgo similar a la población general.
Lo resumimos en líneas generales:
Niños con cardiopatías congénitas:
No deberán reincorporarse a la escuela sin ser valorados previamente por su cardiólogo pediátrico aquellos pacientes con:
• Hipertensión pulmonar. • Cardiopatías cianóticas con saturación de oxígeno inferior al 90%. • Pacientes recién intervenidos o pendientes de intervención quirúrgica o cateterismo cardiaco (2- 4 semanas previas y posteriores al procedimiento). • Pacientes trasplantados o en espera de trasplante cardíaco. • Cardiopatías congénitas intervenidas con lesiones residuales y repercusión hemodinámica significativa. • Enfermedad de Kawasaki con aneurismas gigantes o estenosis coronaria. • Arritmias mal controladas que requieren tratamiento con varios fármacos. • Insuficiencia cardíaca con tratamiento médico.
Niños con enfermedades endocrinológicas
Como conclusión, todos los niños y adolescentes afectos de patologías endocrinológicas, incluyendo la diabetes tipo 1, han de mantener una adherencia óptima a las terapias sustitutivas para poder hacer frente en la mejor situación a la pandemia por el covid-19.
Niños con errores innatos del metabolismo
Los errores congénitos del metabolismo de mayor riesgo son aquellas que tienen un riesgo de descompensación asociado a las infecciones víricas, siendo los principales: • Trastornos del ciclo de la urea. • Trastornos de la B oxidación: o Principalmente déficits de beta oxidación de cadena larga (LCHADD, VLCAD). o Déficit múltiple de acil-deshidrogenasas severo (MADD). • Enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce (MSUD). • Acidemia metilmalónica. • Acidemia propiónica. • Aciduria glutárica tipo 1. • Enfermedades mitocondriales. • Las enfermedades de depósito lisosomal y otras enfermedades con afectación más heterogénea precisan de una valoración individual.
Niños con enfermedades crónicas gastrointestinales y hepáticas
Desde el punto de vista de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP) en general, en la mayoría de las patologías digestivas pediátricas no existe un riesgo aumentado de infección por el Coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19) respecto a otras infecciones epidémicas ya conocidas, siempre y cuando se cumplan las medidas de higiene de manos, uso de mascarilla y distancia de seguridad recomendadas para el resto de los niños.
Niños con enfermedades raras
El riesgo dependerá de las complicaciones médicas asociadas y deberá ser valorado de forma individual por los especialistas correspondientes.
Pacientes onco-hematológicos
- Pacientes en tratamiento: Dadas las dudas sobre la situación epidemiológica de cara al otoño, y a la espera de ver su evolución, de momento, solicitar la escolarización domiciliaria por si la situación epidemiológica sufriese un empeoramiento y no fuera posible reiniciar la escolarización presencial.
- Pacientes en seguimiento: pacientes que hayan finalizado su tratamiento antes de marzo 2020, podrán iniciar su actividad académica normal en septiembre 2020 y asistir a las clases y actividades presenciales con mascarilla FPP2.
Niños con inmunodeficiencia
- Extremadamente vulnerables: pacientes con inmunodeficiencia combinada, así como los trastornos asociados con hemofagocitosis linfohistocitaria. Otras formas de inmunodeficiencia combinada también son vulnerables, así como las formas de IDP tributarias de trasplante, tanto antes como después del trasplante de progenitores hematopoyéticos (si hace menos de 1 año del trasplante, están en tratamiento con inmunosupresores y/o de reemplazo con inmunoglobulina, tienen enfermedad pulmonar significativa o enfermedad injerto contra huésped crónica). En estos casos de mayor vulnerabilidad, las medidas para evitar el contagio deben ser más extremas.
- Riesgo moderado: principalmente la inmunodeficiencia común variable, la agammaglobulinemia congénita y la enfermedad granulomatosa crónica. Probablemente quedarán incluidas en este grupo moderado los defectos del complemento, de la inmunidad innata y las enfermedades autoinflamatorias, si bien no hay evidencia en este grupo.
- Riesgo bajo: Los pacientes con deficiencia selectiva de IgA y defectos específicos de anticuerpos sin enfermedad pulmonar. Algunas IDP como el angioedema hereditario se consideran inmunocompetentes y no tienen un riesgo mayor que la población general.
Niño y adolescente con asma
En general, se recomienda que los niños/adolescentes asmáticos acudan al centro educativo siguiendo las recomendaciones generales de prevención: mantener distancia interpersonal, usar la mascarilla e higiene de manos.
Recomendaciones generales:
- Administrar adecuadamente el tratamiento de mantenimiento indicado para el asma.
- Usar el inhalador de forma correcta con una cámara espaciadora o dispositivo de inhalación de polvo seco. En caso de acudir al Servicio de Urgencias, es conveniente llevar su propia cámara espaciadora.
- Tratar los síntomas de asma de la manera habitual y consultar con su pediatra de atención primaria o su pediatra alergólogo en caso de que los síntomas no mejoren o sean atípicos.
- Evitar factores desencadenantes (alergias del paciente y tabaco).
- Extremar las medidas de higiene y evitar el contacto con personas enfermas.
- Se recomienda la vacunación antigripal en todos los pacientes asmáticos
En aquellos pacientes con asma mal controlado u otras circunstancias especiales se individualizará el caso y la asistencia al centro escolar se podrá valorar con el pediatra alergólogo.
Niños con patología respiratoria
Se consideran de alto riesgo:
• Los pacientes con función pulmonar reducida, evaluada como cualquiera de los siguientes: FEV1 ≤60% del teórico, FCV ≤60% del teórico, DLCO ≤70%. • Los pacientes que precisan oxigeno de forma continua o intermitente, todos los días. • Los pacientes que precisan un respirador todo el día o parte del mismo. • Los pacientes pediátricos traqueotomizados y/o con enfermedades graves de la vía aérea (malacias y estenosis). • Los pacientes en espera de trasplante de pulmón o trasplantados.
Si no fuera posible aplicar medidas de protección, o hubiese alto riesgo de contagio, considerar aislamiento en casa. Si el nivel de COVID-19 fuera elevado en la zona donde se encuentra la escuela considerar la educación en domicilio.
• Asma: pacientes con asma moderada-grave (diagnostico según los criterios clínicos), corticodependientes o en tratamiento con fármacos biológicos, porque se aplica lo que se ha observado en otras infecciones víricas: pueden desencadenar reagudizaciones que se pueden complicar de forma muy grave (ver gripe). No realizar ejercicio físico intenso o usar mascarilla durante el mismo.
• Fibrosis quística: se trata de pacientes que sufren exacerbaciones coincidiendo con una infección vírica y que pueden presentar una disminución de la función pulmonar, frecuentemente irreversible • Bronquiectasias no FQ: se aplica el mismo criterio de la FQ, aunque la enfermedad puede ser menos progresiva.
• Bronquiolitis obliterante posinfecciosa o postraspalnte de progenitores hematopoyéticos: la obstrucción fija de la pequeña vía aérea con o sin alteración de la DLCO altera en general de forma marcada la dinámica respiratoria especialmente durante las infecciones y durante el ejercicio • Displasia broncopulmonar y otras manifestaciones de enfermedad pulmonar crónica relacionada con la prematuridad: son las enfermedades pediátricas que más se parecen a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica del adulto (EPOC) que se ha demostrado ser un factor de riesgo importante para ingreso en UCIP, necesidad de soporte respiratorio o muerte en caso de infección por COVID 19.
• Enfermedades intersticiales primarias o asociadas a enfermedades del tejido conectivo: en general son enfermedades que cursan con presencia de diferentes grados de fibrosis en el parénquima pulmonar y con un progresivo deterioro del mismo.
• Hipertensión pulmonar primaria o asociada enfermedad pulmonar, cardiaca, del tejido conectivo u otra enfermedad sistémica: en general son situaciones de hipoxemia de diferentes grados y de sobrecarga del ventrículo derecho que se pueden descompensar con cualquier infección respiratoria
• Enfermedades neuromusculares con disminución del pico flujo de la tos y/o de la presión máxima inspiratoria y espiratoria: son pacientes que en caso de aumento de secreciones pueden tener dificultad en el manejo de las mismas y presentar un episodio de insuficiencia respiratoria aguda.
Niños con patología neuropediátrica
El riesgo de infección por COVID-19, sabiendo que es poco sintomática en niños, se puede estratificar en tres grupos de pacientes con patología neurológica:
• Aquellos que por su enfermedad de base o por el tratamiento que reciben, tienen mayor riesgo de presentar síntomas más graves (inmunodepresión, insuficiencia respiratoria crónica, etc.). Las patologías más habituales que reúnen estos requisitos son: o Síndrome de West, epilepsia con punta onda continúa durante el sueño lento (Síndrome de Penélope o EPOCSL). o Distrofia muscular de Duchenne, miastenias. o Vasculitis, encefalitis de origen autoinmune. o Atrofia muscular espinal y otras enfermedades neuromusculares con afectación bulbar, o musculatura respiratoria. o Pacientes con parálisis cerebral infantil (PCI) con formas de tetraparesia espástica.
• Aquellos en los que la infección por COVID-19, como lo haría cualquier otro patógeno, puede agravar su estado neurológico basal: Enfermedades mitocondriales, enfermedades metabólicas o enfermedades sensibles al estrés como la enfermedad de sustancia blanca evanescente, etc.
• Aquellos que por su condición o trastorno tenga menor garantía de seguir recomendaciones de protección individual y colectiva: Pacientes con déficit cognitivo. Trastornos del espectro autista (TEA). Trastorno por déficit de atención con/sin hiperactividad (TDAH).
Teniendo en cuenta el riesgo que presentan estos grupos (mayor riesgo el 1 y menor riesgo el 3), el manejo ha de ser similar, extremando las medidas dirigidas a evitar el contagio o propagación por un lado (distanciamiento social con lavado de manos, mascarillas y en algún caso guantes) y facilitar control de estas recomendaciones por los padres por otro (facilitando teletrabajo).
Niños con enfermedades reumáticas
Grupo de riesgo elevado:
• Pacientes que hayan recibido ciclofosfamida iv como tratamiento de inducción en enfermedades sistémicas como Lupus Eritematoso Sistémico (LES), vasculitis, … en los últimos 6 meses. • Pacientes que hayan recibido Rituximab iv como tratamiento de inducción en enfermedades sistémicas en los 6 meses previos. • Pacientes que hayan presentado debut o brote de enfermedades autoinmunes como LES, Dermatomiositis Juvenil, Esclerosis Sistémica, Vasculitis, o enfermedades autoinflamatorias como la artritis idiopática juvenil de inicio sistémico, o síndrome de activación macrofágica secundario a alguna de estas enfermedades, que por este motivo estén en tratamiento con corticoides en dosis superiores a 1 mg/kg/día. • Pacientes con enfermedades autoinflamatorias que asocian componente de inmunodeficiencia que no se encuentren en remisión y precisen, además de su tratamiento habitual, de tratamiento con corticoides para su control ((APLAID, PLAID, SIFD,…). • Pacientes complejos que precisen en su tratamiento de base (inmunosupresores y biológicos) doble o triple terapia y no se encuentren estables y en remisión.
La recomendación en este grupo (que es minoritario) sería que estos niños no se incorporen a la escuela y realicen clases telemáticas hasta que mejore el estado de la epidemia o su situación clínica.
En otros casos deberá ser valorado individualmente.
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