Así sin más que alguien nos pregunte si prohibiríamos la entrada a la escuela a niños que no estuvieran vacunados sonaría duro, incluso algo insensible podríamos decir. ¿Pero qué pasaría si la vida de nuestro hijo dependiera de ello?
Esto es lo que ha sucedido en California, Estados Unidos, dónde el padre de un niño enfermo de leucemia ha solicitado a las autoridades que se prohíba la entrada a la escuela a los niños que no hayan sido vacunados.
La inmunidad de grupo
Parece que que los virus llevan una temporada empeñados en que hablemos de ellos y es que después de el brote de ébola del año pasado, el aumento de los casos de varicela y el brote de sarampión en Disneyland uno diría que los virus están en pié de guerra. Pero la realidad es que siempre han estado ahí y la causa principal por la que han llegado hasta nosotros estas noticias no es otra que la ruptura o debilitamiento que ha sufrido lo que podemos llamar inmunidad de grupo, al menos de las dos últimas, el ébola, por desgracia aún no tiene una vacuna efectiva.
Pues justamente de esta inmunidad de grupo depende la vida de Rhett, un niño de seis años que el pasado 2010 enfermó de leucemia. Tras varios tratamientos contra el cáncer por fin este está en regresión, pero el sistema inmune de Rhett ha pagado un alto precio durante el tratamiento y actualmente se está regenerando, de hecho, está tan débil que no ha podido ser vacunado y por tanto, hasta que su sistema no se refuerce entrar en contacto con una persona enferma podría hacerle enfermar a él y ponerle en una difícil situación pues es probable que su sistema no pudiera defenderse convenientemente.
Por si fuera poco Rhett vive en California donde los movimientos antivacunas se están haciendo muy populares y se calcula que la tasa de niños no acunados en algunos colegios podría llegar al 20% ratio más que suficiente para poner en peligro la inmunidad de grupo. Por suerte, si se puede llamar así, el colegio al que asiste Rhett presenta un porcentaje mucho más reducido, del 7%, pero Rhett sólo necesita a un niño enfermo para que se le complique la vida.
Por todo ello su padre ha solicitado a las autoridades escolares del estado que se prohíba la entrada a las escuelas de los niños no vacunados debido al peligro potencial que estos representan. La solicitud no ha sido aceptada por las autoridades, que si bien, entienden la preocupación del padre de Rhett, no consideran que esto sea una medida justa para el resto de niños, - efectivamente los niños no tienen la culpa de no haber sido vacucados-. Afirman también que otros potenciales focos de infección podría ser las estaciones, los estadios, un supermercado y que no podrían cerrar la ciudad a los no vacunados.
Por mi parte creo que las vacunas, o al menos cierto tipo de ellas, deberían ser obligatorias. Nuestra obligación es la de proteger a nuestros hijos y hacerles inmunes a la mayoría de los peligros que nos sea posible.
A continuación os dejo un gráfico que muestra la propagación de una enfermedad según el número de individuos vacunados que exista en la sociedad. Con color azul estarían aquellos que no están vacunados, amarillos los que si lo están y de rojo los que están enfermos. Los tres escenarios muestran una sociedad sin individuos vacunados, el del medio con alguno de sus miembros vacunado y el último con la mayoría de individuos vacunados.
Foto| Thinkstock, «Community Immunity» de National Institutes of Health (NIH) - National Institutes of Health (NIH)
Vía | NY Times