Las verrugas aparecen a causa de una infección dermatológica provocada por virus de la familia del papiloma humano. No revisten gravedad, pero pueden llegar a ser un tanto engorrosas y molestas, además de cotagiarse con mucha facilidad, especialmente entre los niños.
Hoy hablamos de verrugas en la infancia, cómo se contagian, cuántos tipos existen y en caso de aparición, qué podemos hacer para que nuestros hijos se libren de ellas.
Características de las verrugas
Como decíamos al inicio, las verrugas son infecciones cutáneas provocadas por virus, con forma de pequeñas protuberancias abultadas, bien delimitadas, redondeadas y con una superficie rugosa. Su tamaño es variable, pudiendo llegar a tener más de un centímetro de diámetro.
Las verrugas pueden tener distintas tonalidades: desde claras, hasta amarilla, grisáceas, marrones o incluso negras. A veces también es frecuente ver un puntito oscuro en el interior. Son capilares que pueden llegar a sangrar si la verruga se corta o daña.
¿Dónde pueden aparecer las verrugas?
Las verrugas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque es más frecuente que el virus que las ocasiona invada lugares de la piel que estén humedecidos, como las plantas de los pies, o zonas con rasguños como las rodillas o las manos (por ejemplo, en niños que se muerden las uñas o se arrancan padrastros).
¿Cómo se contagian?
El virus del papiloma es contagioso, por lo que las verrugas podrían propagarse simplemente con entrar en contacto con una superficie infectada (suelos, duchas, objetos...) o tocando directamente está afección en la piel.
Pero además, existe un mayor riesgo de contagio en estas situaciones:
La edad es un factor muy importante, ya que las verrugas tienden a contagiarse con más facilidad entre niños que entre personas adultas.
Un sistema inmunológico menos potente (como el de los niños) también aumenta el riesgo de contagio.
Verrugas previas y recurrentes, así como otras lesiones o heridas en la piel favorece el contagio de este virus.
También hay factores genéticos que contribuyen a la hora de contagiarnos de verrugas.
Tipos de verrugas
Verrugas plantares o papilomas: son aquellas que aparecen en la planta de los pies y cuyo aspecto es similar a los callos. Suelen curar de manera espontánea, aunque en ocasiones pueden provocar dolor y esto hará que el médico prescriba un tratamiento para su eliminación.
Verrugas vulgares: normalmente se localizan en las manos, rodillas y codos. Tienen el aspecto de una cabeza de coliflor con abultamientos pequeños y duros con puntos negros en el interior. No suelen doler salvo que se localicen alrededor o debajo de las uñas.
Verrugas planas: son pequeñas, planas y de colores claros como el rosa, el amarillo o el marrón. A veces se reúnen en pequeños grupos, sobre todo en la cara. No son dolorosas.
Verrugas filiformes: este tipo de verrugas tiene forma alargada y suelen aparecer en la cara, especialmente cerca de la nariz, la boca y los ojos.
Verrugas genitales: en los adultos, este tipo de verrugas sale como consecuencia de una enfermedad de transmisión sexual, pero en los niños lo más común es que aparezcan por contagio a través de las manos, toallas u otros objetos, o incluso en el momento del parto.
Tratamiento contra las verrugas
La mayoría de las verrugas tienden a desaparecer espontáneamente en el curso de uno a dos años, por lo que dependiendo de la zona en la que se encuentren y si no resultan molestas para el niño, el pediatra podría valorar una conducta expectante.
Pero en otras ocasiones se aconseja la intervención mediante un tratamiento individualizado, aunque teniendo muy presente que estos no siempre resultan eficaces y tampoco nos garantizan que la verruga no vuelva a aparecer una vez haya sido eliminada. Desde la AEPap nos hablan de los siguientes métodos:
Productos a base de ácido acetilsalicílico
La aplicación de estos fármacos siguiendo las indicaciones del médico, da lugar a la descamación y posterior desprendimiento de la verruga. La parte positiva de este tipo de tratamientos es que pueden aplicarse desde casa, aunque los resultados suelen ser muy lentos y llevarnos semanas o incluso meses.
Técnicas quirúrgicas
Puede haber otras verrugas que por su tamaño, recurrencia, ubicación o resistencia a otros tratamientos, necesiten de técnicas quirúrgicas para su eliminación. En este caso, las más utilizadas por los médicos son:
Crioterapia: consiste en la aplicación de un líquido que se enfría a temperaturas muy bajas y al tocar la verruga la congela y la elimina. Es una técnica muy molesta, por lo que su uso debe ser valorado por el médico y la familia.
Curetaje: Es un raspado superficial que hace el pediatra en consulta con ayuda de un anillo afilado o "cucharilla". Se suele hacer previa aplicación de una crema anestésica local, de manera que el niño no sentirá prácticamente nada.
Electrocoagulación: destrucción de la verruga mediante infrarrojos.
Exprimir la lesión la verruga se elimina mediante unas pinzas y se aplica después un antiséptico.
En cualquier caso, si el niño presentara verrugas en la zona de la cara o los genitales, así como lesiones especialmente dolorosas, es posible que el pediatra prefiera referir el caso a un dermatólogo para su valoración.
¿Podemos prevenir su aparición?
Las zonas húmedas de la piel, así como los rasguños y heridas son especialmente vulnerables a la penetración del virus del papiloma humano causante de las verrugas, por lo que debemos tener precaución en estos casos.
Además, hay otros consejos que podemos seguir para prevenir el contagio:
No caminar descalzos en lugares públicos como piscinas, gimnasios o vestuarios. En estos casos es fundamental el uso de chanclas o escarpines.
Enseñar al niño a que no comparta sus toallas, zapatos o chanclas con otros compañeros.
Procurar que el pie del niño siempre esté seco. Para ello, debemos utilizar el calzado correcto para que ayude al pie a transpirar, y secarlo muy bien tras la ducha o el baño.
Si nuestro hijo tiene verrugas hay que enseñarle a no tocarlas ni rascarlas, pues si sangran aumentan las posibilidades de contagio. Además, si se tocan las verrugas hay que lavarse después muy bien las manos.
Si tenemos que curar una verruga es importante lavarnos después las manos y no compartir los objetos que se utilicen durante el tratamiento casero para su eliminación, tales como limas o piedra pómez utilizada para su descamación.
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