No hay nada que nos quite más la tranquilidad que tener a nuestros hijos enfermos. Cuando tenemos más de uno y alguno empieza con síntomas de algún virus, empezamos a visualizar el panorama resultante de su (y ya sabemos cómo es), así que lo mejor que podemos hacer es tomar todas las precauciones y así reducir las posibilidades de que se contagien entre ellos.
Ventila la casa varias veces al día
Una de las cosas que nos ha recordado la pandemia es la importancia de la ventilación cruzada para evitar que los virus que se contagian por vía respiratoria se expandan en un ambiente cerrado. Si algún integrante de la familia está enfermo, debemos ventilar toda la casa varias veces al día (principalmente en la mañana y antes de dormir), y tener las ventanas abiertas si estamos en la misma habitación.
Usad mascarillas faciales
Aunque ya sabemos que usar mascarillas es un incordio, todos tenemos claro que es una medida muy eficaz para atajar los virus y prevenir contagios, especialmente entre convivientes. Ahora tenemos la ventaja de que los niños se han acostumbrado a ella, así que es recomendable que la llevemos todos, incluyendo a los niños mayores de cinco años.
Enséñales a cubrir boca y nariz cuando tosen
Esta es otra de las grandes enseñanzas que nos ha dejado el coronavirus y que los niños han aprendido de una forma muy natural, especialmente los más pequeños porque ellos no deben llevar mascarilla.
Ya sabemos que cubrirnos la cara con la mano no es suficiente porque ésta se convierten en un vehículo conductor de los virus, así que debemos hacerlo con la parte interior del brazo. En este caso, como en prácticamente todo lo que queremos enseñar a nuestros hijos, lo mejor es hacerlo a través del ejemplo.
Pañuelos desechables, siempre
Tanto si son pequeños, como si son más grandes y autónomos, enséñales a usar pañuelos desechables siempre y a tirarlos en el cubo de la basura cada vez que los utilicen. Los pañuelos de tela son un repositorio de virus y gérmenes, así que no es buena idea tenerlos rondando por casa.
El lavado de manos debe ser constante
Otra de las buenas costumbres que nos debería dejar la pandemia es la constancia en el lavado de manos y muy especialmente cuando hay algún virus circulando en el ambiente. Debemos estar pendientes de que los niños lo hagan al menos al llegar de la calle, después de ir al aseo, antes y después de comer.
Obviamente nosotros también debemos hacerlo y sobre todo después de atender al niño que se encuentre malito.
El aseo personal debe ser primordial
Aunque algunas abuelas se empeñen en decirnos lo malo que es bañar a los niños cuando están malitos, lo cierto es que cuidar su aseo es vital para atajar los virus (y más cuando hay otros niños en casa). En todo caso, puedes darle un baño muy rápido, sin corrientes de aire cerca, siempre con agua tibia y vistiéndoles rápidamente. Se sentirán más relajados e incluso conciliarán mejor el sueño.
Separa los platos y cubiertos del niño que esté malito
Aunque los platos se laven concienzudamente o utilicemos lavavajillas, es recomendable separar los platos y cubiertos de los niños que estén enfermos para minimizar el riesgo de contagio (porque sería directo al entrar en contacto con la boca).
Mantenlos bien hidratados
Las necesidades de agua en los niños son mayores que las de los adultos, y aún más si están enfermos. Por eso es tan importante mantenerlos bien hidratados a todos los pequeños que tengamos en casa, ya que es una manera de mantener el buen funcionamiento de su organismo y de su sistema inmunitario.
Evita que se den besos y abrazos
Esta es otra tarea muy complicada, pero debemos intentar que no entren en contacto las mucosas de los niños (especialmente si uno de ellos es un bebé). Explícales que es solo mientras uno está malito, para que se pueda recuperar rápido y el virus se vaya de casa cuanto antes.
Que jueguen al aire libre
Por experiencia sé que los hermanos se buscan para jugar, independientemente de que estén enfermos o no. Si no están decaídos y las condiciones lo permiten, lo mejor que podemos hacer es sacarlos para que lo hagan al aire libre (si es en el campo, donde el aire tiene más calidad, mucho mejor). Si lo hacen en casa, deja alguna ventana abierta para que el aire circule constantemente.
Desinfecta la casa
No me refiero a estar detrás de ellos como una posesa con un spray porque es algo inviable. Sin embargo sí que se recomienda limpiar con algún desinfectante (hay unas toallitas muy prácticas, por ejemplo), las superficies y los objetos que utilicen como tablets, el móvil o los juguetes cuando dejen de jugar con ellos.
En caso extremo, sepáralos
Si estamos hablando de una enfermedad extremadamente contagiosa, la mejor opción (aunque quizá la más complicada, sobre todo si duermen juntos), es la de separarlos. Ellos deben saber que será una cuestión temporal, mientras que el hermanito (a) se recupera y todo vuelva a la normalidad. La habitación en la que esté el niño malito debe ventilarse a diario y desinfectarse cuando se haya recuperado.
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