Aunque pareciera que estamos hablando de la "generación de cristal", un término que se le ha dado a las nuevas generaciones de niños y adolescentes insinuando que son frágiles, los niños de cristal son algo completamente diferente.
Se trata pues, de aquellos niños que tienen uno o más hermanos con necesidades especiales, desde alguna discapacidad física o intelectual hasta enfermedades crónicas o trastornos del desarrollo, como déficit de atención o autismo.
Como sabemos, estos niños requieren de atención y esfuerzos específicos para su cuidado, por lo que las necesidades especiales de un niño cambian toda la dinámica familiar. El problema, es cuando estos cambios afectan a sus hermanos y éstos terminan convirtiéndose en niños de cristal.
El sentimiento de invisibilidad
Hemos mencionado que ser un niño de cristal no está relacionado con la fragilidad, sino con algo completamente diferente. Se les ha llamado así a los niños que, al tener a sus padres consumidos por las necesidades especiales de sus hermanos, pasan prácticamente desapercibidos, como si fuesen transparentes como un cristal.
Al no tener las mismas necesidades especiales que sus hermanos, los niños de cristal muchas veces pasan a segundo plano y, al no requerir de las mismas atenciones y cuidados, se sienten invisibles ante sus padres y en algunos casos, hasta abandonados o ignorados.
En una charla de TedX, Alicia Maples habla sobre los sentimientos que como niña experimentó al crecer con dos hermanos con necesidades especiales:
"Somos muy sensibles a las necesidades de nuestros padres y hermanos. Amamos a nuestras madres, padres, hermanos y hermanas. Y sabemos que los problemas que enfrentamos, las cosas con las que lidiamos, son insignificantes en comparación con lo que están afrontando nuestros padres y hermanos. Por eso, somos muy callados."
Para Alicia, ser un niño de cristal no representa fragilidad, sino una enorme fortaleza, pues en su caso, mientras su padre se hacía cargo de un hermano con autismo severo y su madre pasaba los días en el hospital con otro hermano que padecía una enfermedad rara, Alicia debía de cuidarse a ella misma, a la corta edad de seis años.
Qué dice la ciencia
Se han realizado algunas investigaciones acerca de cómo influye el tener un hermano con necesidades especiales en los niños, encontrando que esto puede afectar la percepción de su familia, la autoimagen de ellos mismos y sobre todo, la relación con sus padres y hermanos.
En un metaanálisis de 2021, se identificó que los niños pueden experimentar un trato diferencial por parte de sus padres, viéndose afectados por la angustia o preocupación de ellos, así como recibir tareas adicionales o pedirles que se encarguen de ciertos cuidados.
Otros estudios han señalado que es necesario desarrollar intervenciones específicas que faciliten la comunicación familiar y mejoren el apoyo social de los hermanos, ya que a menudo son "niños olvidados" y en riesgo de enfrentar problemas familiares.
Desde luego, no se trata de señalar o hacer sentir culpa a los padres, pues es normal que esto suceda en muchas familias, ya que tener un hijo con discapacidad requiere mucha atención e implicación. Pero es importante recordar que sus hermanos también deben ser prioridad y siguen necesitando de sus padres.
Cómo ayudar a los niños de cristal
Alguna vez hablamos acerca de la importancia de darles su lugar a los hermanos de niños con necesidades especiales, teniendo algunas recomendaciones esenciales por parte de nuestra psicóloga y psicoterapeuta Laura Ruiz Mitjana en Bebés y más.
Una de las primera recomendaciones que nos da, es comprender que esta vivencia no es fácil para ellos y que debemos darles el espacio y la oportunidad para expresar sus emociones y pensamientos, así como las dudas o inquietudes que puedan tener.
Otra recomendación, y una de las más importantes, es hacer lo posible por dedicar tiempo y momentos solo para ellos, aunque sabemos que es normal que esto cueste de llevar a cabo, pues un hijo con discapacidad requiere mucha atención e implicación.
Pero es necesario buscar el momento, que puede ser desde buscar alguna actividad o algún plan para hacer con ellos, como tener momentos durante la semana, aunque sean pequeños, para estar con ellos a solas y hablar de cosas que no tengan que ver necesariamente con la situación de su hermano, sino de sus propias emociones, intereses, inquietudes...
Por otro lado, es importante también evitar lo que los estudios han encontrado: asignarles responsabilidades que no les corresponden. Aunque no tengan las mismas necesidades que sus hermanos, no debemos olvidar que ellos también son niños, dándoles el derecho de vivir su propia infancia, sin asumir tareas o roles que no les "tocan".
Foto de portada | Ivan Samkov en Pexels