Abrir las ventanas de par en par y dejar que aire se renueve es un gesto sencillo pero tremendamente necesario para mantener la estancia oxigenada, limpia y libre de sustancias nocivas. Ventilar a diario es esencial, pero mucho más en estos momentos en los que cada vez gana más peso la teoría de los científicos de que el coronavirus se transmite principalmente por aerosoles.
Y es que si hasta entonces se ha puesto el foco en mantener la distancia interpersonal, utilizar mascarilla y lavarse las manos para evitar contagios, ahora también se suma la necesidad de ventilar los espacios pues "los aerosoles que contienen virus infecciosos también pueden viajar más de dos metros y acumularse en el aire interior mal ventilado" (revista Science).
COVID y aerosoles: ¿qué sabemos hasta ahora?
Al inicio de la pandemia se sostenía que la principal vía de contagio del coronavirus era mediante la trasmisión de las gotículas que las personas expulsamos al hablar, toser o estornudar, de ahí que se recomendara el uso de mascarillas y mantener la distancia de seguridad.
Además, se vio que esas gotitas infectadas que salían despedidas de la garganta y nariz tenían un tamaño y densidad que no les permitía mantenerse en el aire, por lo que acaban cayendo al suelo o quedando depositadas en objetos y superficies. En este caso, la vía de contagio sería a través de la boca, la nariz o los ojos cuando nos tocamos con las manos después de haber tocado una superficie contaminada, por lo que la desinfección de objetos y el lavado de manos ayudaría a prevenir el contagio.
Sin embargo, la comunidad científica lleva tiempo sosteniendo la teoría de que la principal vía de contagio del SARS-CoV-2 es a través aerosoles, es decir, partículas más pequeñas que pueden permanecer suspendidas en el aire durante horas (como ocurre con el humo del tabaco, por ejemplo) y ser respiradas, aunque la OMS siempre se ha mostrado reticente a admitirlo con contundencia.
"Existe evidencia abrumadora de que la inhalación del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) representa una vía de transmisión importante para la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19)" - alertaba recientemente un grupo de científicos en la revista Science.
Ya en el mes de julio, más de 200 científicos de 32 países diferentes (entre ellos España) realizaron un llamamiento a través de un documento en el que pedían a la comunidad médica y a los organismos nacionales e internacionales pertinentes que reconocieran el potencial de propagación por el aire del SARS-CoV-2.
Los científicos sostienen que otros virus similares al nuevo coronavirus, como el sincitial respiratorio (VRS), el coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) o el virus de la gripe, sobreviven incluso mejor en aerosoles que en superficies. Por lo que "hay muchas razones para esperar que el SARS-CoV-2 se comporte de manera similar y que la transmisión a través de microgotas en el aire sea una vía importante", han señalado.
"La orientación actual de numerosos organismos nacionales e internacionales se centra en el lavado de manos, el mantenimiento del distanciamiento social y las precauciones contra las gotitas. La mayoría de las organizaciones de salud pública, incluida la Organización Mundial de la Salud no reconocen la transmisión aerotransportada, excepto en los procedimientos de generación de aerosoles realizados en entornos sanitarios".
Por el momento, tanto la OMS como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) no creen que esta sea la vía principal de contagio, aunque admiten que se han dado brotes en entornos cerrados o mal ventilados donde la gente habla o canta, como restaurantes, clubes nocturnos, gimnasios o lugares de culto, por lo que instan a realizarse más estudios al respecto.
Por su parte, el director del Centro de Coordinación de Alertas Sanitarias de nuestro país, Fernando Simón, admitía hace unos días que "la correcta ventilación es una de las medidas de la que hay cierta evidencia para la reducción de la transmisión de la gripe", pero en lo que respecta a la transmisión por aerosoles del coronavirus indicaba "no tenemos hasta ahora evidencia sólida de que haya habido transmisión probada por aerosoles en medios sociales normales".
Cómo ventilar correctamente nuestra casa
Teniendo en cuenta el peso que tiene la teoría de los aerosoles, el principal problema radicaría en aquellos entornos cerrados o con ventilación inadecuada en donde se congrega un determinado número de personas durante un tiempo prolongado, ya que esto podría favorecer el contagio en caso de que alguna persona estuviera enferma o fuera portador asintomático.
Por ello, aparte de las recomendaciones mantenidas hasta la fecha (higiene de manos, distancia interpersonal y uso de mascarillas homologadas y que ajusten correctamente a la cara), los científicos insisten en la necesidad de realizar la mayor parte de las actividades al aire libre y cuando esto no sea posible, procurar siempre una renovación continua del aire, especialmente en edificios públicos, oficinas, colegios, hospitales y residencias de ancianos.
En nuestras casas la ventilación también es muy importante ([¡siempre con seguridad!](Ahora que viene el calor y abrimos las ventanas, ¡cuidado con los niños!)), no solo como medida de prevención frente al coronavirus y otros virus respiratorios (recordemos que pronto nos adentraremos en época de gripe y la ventilación es clave), sino también por una cuestión de higiene y prevención de olores, además de que respirar un aire limpio y renovado favorece el sueño de los niños y mejora su concentración cuando estudian.
El momento más adecuado para ventilar nuestra vivienda dependerá del clima de nuestra ciudad y la estación del año en la que nos encontremos. Así, en invierno se recomienda hacerlo al mediodía, mientras que en verano, el mejor momento sería por la tarde-noche. En primavera se debe tener especial cuidado cuando conviven personas alérgicas al polen y ventilar especialmente a primera y última hora de la mañana, que es cuando se registran menores concentraciones de polen.
Además, es necesario ventilar el dormitorio todas las mañanas al levantarnos, la cocina tras haber cocinado o comido, los cuartos de baño después de ducharnos (en caso de no disponer de ventana hemos de dejar la puerta abierta y también la mampara de la ducha o bañera), y cualquier otra estancia tras habernos congregado varias personas durante un tiempo prolongado.
En cuanto al tiempo recomendado bastaría con cinco o diez minutos para renovar el aire de una estancia, aunque mientras el clima lo permita podemos tener las ventanas abiertas todo el tiempo que deseemos. En general, los expertos recomiendan realizar seis renovaciones de aire al día en habitaciones de 3x3 metros en las que se congreguen entre tres y cuatro personas (cuantas más personas haya en la estancia, más veces tendremos que renovar el aire).
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