Un nuevo estudio intenta aproximarse al síndrome de muerte súbita infantil, en este caso apuntando hacia una dirección que ya hemos señalado como factor asociado a esta muerte: un exceso de temperatura mientras el niño duerme, como por ejemplo el exceso de abrigo, la calefacción demasiado alta o el hecho de compartir la cama con los adultos.
Según el estudio, publicado en la revista Pediatrics, hasta un 25% de los bebés que mueren por el síndrome de muerte infantil súbita suelen aparecer con sus cabezas cubiertas con la ropa de cama. Esto respalda las recomendaciones de evitar cubrirles las cabezas a los bebés para reducir el riesgo.
El equipo, dirigido por el doctor Edwin A. Mitchell, de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, indica que las guías británicas recomiendan colocar los pies del bebé contra el extremo de la cuna para evitar que se deslice debajo de las sábanas. Aun así, el estudio explica que se desconoce si la cabeza cubierta causa la muerte o está relacionada con otros factores como parece probable.
El informe es el resultado de analizar datos de 393 casos de muerte súbita de un estudio anterior (en Nueva Zelanda, 1987-1990) y de 333 casos en el estudio caso-control en Alemania (1998-2001). El 15,6 por ciento de los bebés del estudio en Nueva Zelanda y el 28,1 por ciento de los bebés en el estudio en Alemania murieron por tener la cabeza cubierta. Los datos se pueden ver en esta tabla.
Los bebés que murieron con la cabeza cubierta estaban en general muy sudados, lo que demostraría que la cabeza estaba tapada antes de morir. Los bebés mayores, con desarrollo motor más avanzado, eran más propensos que los menores a morir con la cabeza cubierta.
Mientras los nuevos resultados respaldan las medidas de prevención del síndrome, los autores concluyeron que se necesitan más estudios para conocer cómo prevenir mejor que los bebés se cubran la cabeza.
El sentido común indica que las sábanas y mantas se deben poner bajas como medida de prevención, de modo que no se desplacen hacia arriba y les puedan cubrir la cabeza, y el mantener una temperatura tibia en la habitación evitará que se enfríen o busquen arroparse más.
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