Un momento tan duro como los últimos momentos de vida de un hijo es un dolor que suele vivirse en la intimidad. Pero a pesar de la profunda angustia por la que estaban atravesando, Kristi y Justin Rogers quisieron compartirlo por una causa mayor: crear conciencia sobre la donación de órganos para que otras familias no tengan que pasar por lo mismo.
El pasado 26 de enero su hija Adalynn Grace, de dos años, murió a causa de complicaciones derivadas de un defecto cardíaco congénito con el que nació, mientras esperaba recibir un trasplante de corazón que nunca llegó.
La malformación cardíaca fue detectada con 32 semanas de gestación: una de las cámaras del corazón, la izquierda, no se había desarrollado y no era capaz de bombear la sangre correctamente.
Dos días después de nacer, Adalynn fue sometida a su primera cirugía de corazón, y cinco meses después, a la segunda. Mientras tanto sobrevivía con una bomba mecánica implantada dentro del tórax y exámenes periódicos cada cuatro o seis meses.
Pero en noviembre sufrió un fallo cardíaco grave, y los médicos les advirtieron que la niña necesitaría un trasplante de corazón para sobrevivir. Sin embargo, desafortunadamente el corazón no llegó a tiempo; el fallo le produjo un daño cerebral severo por falta de oxígeno.
Una vez que decidieron retirar el soporte vital, los padres pidieron a la fotógrafa Suha Dabit que les realizara una sesión de fotos por sugerencia de un trabajador social. Casualmente, Suha es madre de una niña que recibió un trasplante de corazón y la fundadora de World of Broken Hearts.
Lo hacen con la convicción de que al compartir su pérdida, lograrán hacer más visible la condición que se llevó la vida de su hija y concienciar sobre la importancia de la donación de órganos.
Quisieron documentar los momentos finales de la niña, mientras la pareja y sus otros tres hijos (de siete y cinco años y un bebé nacido este año) se despedían de ella. Una triste y conmovedora historia con un potente mensaje de solidaridad.
La donación de órganos
Precisamente esta semana conocíamos la decisión de Holanda de convertir a todos sus ciudadanos mayores de 18 años en donantes de órganos, excepto que dejen por escrito lo contrario.
La noticia levantó revuelo y varios se llevaron las manos a la cabeza, pero aunque muchos no lo sepamos, en España sucede lo mismo. En nuestro país, líder mundial en donación de órganos, la ley lo deja claro: todos somos donantes de órganos, salvo que manifestemos lo contrario de manera expresa y por escrito. Sin embargo, en la práctica es voluntario, ya que se les pregunta a los familiares (en caso de menores de edad, a los padres), quienes en caso de oponerse, quedaría sin efecto la donación.
La legislación no es la única responsable de que España lleve 26 años a la cabeza en donaciones. La solidaridad de los ciudadanos es clave en el proceso y ha contribuído en gran medida a que en los últimos tres años se haya registrado el mayor incremento en donaciones de la historia, con una subida del 30%.
La donación de órganos es una de las mayores muestras de generosidad que puede haber, sobretodo cuando hay bebés o niños de por medio. No podemos dejar de recordar el precioso gesto de una madre que deciddió dar a luz a su bebé con anencefalia para donar sus órganos, quien sabiendo que no sobreviviría decidió continuar con el embarazo para donar los órganos de su bebé cuando naciera.
Fotos | Word of broken Hearts (Reproducidas con autorización)
Vía | Today Parents
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