Lleïr nació con una hipoplasia de las venas de los pulmones, una malformación que empeora con los años provocando que los órganos se deterioran hasta tal punto que se acaba desarrollando insuficiencia respiratoria y el paciente no puede respirar. La única solución es un trasplante pulmonar.
Pero hay pocos donantes pequeños por lo que, aunque Lleïr entró en la lista de espera para conseguir unos pulmones nuevos, su situación comenzó a ser crítica. De ahí que el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona recurriera a una alternativa: extraer los pulmones a un bebé con el corazón parado para trasplantarlos al niño, menor de dos años. Es la primera vez que se realiza está técnica en España y abre la puerta a nuevas posibilidades en el trasplante de pulmón en los niños.
Según explica el doctor Alberto Jáuregui, jefe del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar de este centro hospitalario:
"En la población infantil es mucho más infrecuente que en la adulta necesitar trasplantes de pulmón. Sin embargo, hay niños y niñas que están en lista de espera y los donantes son muy escasos".
En qué consiste la parada controlada del corazón
La técnica que se emplea para la extracción de los pulmones es la misma que en pacientes adultos, pero se complica el procedimiento en el caso de los niños, ya que la estructura y los tejidos de los pulmones son diferentes. También difiere la resistencia a la isquemia, fase que pasa entre el momento en que se interrumpe la circulación del órgano hasta que se restituye nuevamente en el cuerpo del receptor.
La doctora Irene Bello, del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar de Vall d’Hebron, señala que "hay muy poca experiencia de donación en asistolia controlada con bebés" y es la primera vez que se hace con un donante menor de 24 meses.
En cuanto al procedimiento, la doctora Laura Romero, del Servicio de Cirugía Torácica y Trasplante Pulmonar de Vall d’Hebron, explica que “en asistolia controlada, el donante se traslada a quirófano, se le retira el soporte vital y se espera que se produzca el asistolia, es decir, que el corazón deje de latir”.
La asistolia controlada se realiza en pacientes sin esperanza de vida que están a la espera de que se les retire el soporte vital. En esta situación los órganos están mejor preservados que en el caso de muerte encefálica u otros tipos de asistolia como la no controlada, cuando la parada cardiorrespiratoria tiene lugar fuera de un centro hospitalario después de no superar la aplicación de maniobras de reanimación cardiopulmonar.
Así lo explican desde el Hospital Vall d'Hebron, asegurando que "esta intervención abre un nuevo campo”.
Cómo se realizó la operación
En cuanto a la extracción, la doctora Bello señala que "en donantes tan pequeños, no sabemos cuánto tiempo pueden estar los tejidos sin recibir oxígeno", por lo que hay que hacer la cirugía de la extracción de los pulmones lo más rápido posible.
Así que los expertos explican que, en este caso, una vez se extrajeron los pulmones del bebé y se comprobó que el órgano era viable para llevar a cabo el trasplante, se trasladaron al hospital donde el receptor esperaba en el quirófano y la intervención la llevó a cabo un equipo multidisciplinar.
“Más complejo fue el trasplante, ya que el bebé receptor tiene una cardiopatía congénita y fue necesario remodelar el corazón con la colaboración del equipo de cirugía cardíaca pediátrica”.
Trabajo coordinado antes y después del trasplante
Lis Vidal, enfermera gestora de casos de trasplantes, explica que “antes del trasplante trabajamos con la familia o cuidadores como será todo el proceso: el acceso a la lista de espera, la intervención, la estancia en la UCI y la hospitalización.":
"Establecemos una relación muy próxima, basada en el respeto y la confianza para que el niño y la familia logren los conocimientos y las habilidades después del trasplante en relación al tratamiento, la dieta y la actividad física aconsejados para tener total autonomía una vez reciban el alta”.
El Dr. Nacho Iglesias, referente en trasplante pulmonar pediátrico de la Unidad de Neumología Pediátrica y Fibrosis Quística, añade que “hacemos seguimiento del paciente para prevenir y tratar posibles complicaciones respiratorias como las infecciones o de rechazo del injerto, y ajustamos el tratamiento inmunosupresor."
"Además, trabajamos de forma coordinada con otras especialidades fundamentales para la buena evolución del paciente, como son soporte nutricional pediátrico, cardiología pediátrica, nefrología pediátrica, fisioterapia, logopedia y foniatría”.
Pero de momento, el día más feliz para Lleïr y sus padres fue cuando recibió el alta del hospital. Hoy ya está en casa y comienza una nueva vida.
Vía | Hospital Vall d'Hebron
Fotos | Redes Sociales Hospital Vall d'Hebron
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