La psoriasis es una enfermedad inflamatoria del sistema inmunitario que puede afectar a la piel, las uñas y las articulaciones. Se trata de una dolencia crónica que se presenta en brotes y que afecta al 2,3% de la población, sobre todo en la edad adulta.
Sin embargo, un tercio de los afectados por psoriasis son niños y adolescentes cuya calidad de vida puede verse seriamente afectada por esta enfermedad, que no sólo genera problemas físicos sino que puede provocar también inseguridad, miedo y otros trastornos emocionales. Los expertos insisten en la importancia de un diagnóstico precoz para su correcto tratamiento.
¿Qué es la psoriasis y cuáles son sus síntomas?
Como hemos comentado al inicio, la psoriasis es una enfermedad crónica e inflamatoria de carácter autoinmune que afecta a la piel, las uñas y las articulaciones. A día de hoy no existe cura, pero sí tratamientos que ayudan a controlar los brotes y a mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Aunque no es una enfermedad hereditaria, sí hay una predisposición genética a desarrollarla y un tercio de los afectados tienen familiares directos aquejados de psoriasis. Pero además de la predisposición se necesitan una serie de factores ambientales desencadenantes que harán aparecer la enfermedad en un momento dado.
Estos factores son variados y van desde infecciones víricas o bacterianas, hasta estrés, frío y cambios de estación, ciertos medicamentos o traumatismos que desencadenen las lesiones de psoriasis en la piel afectada.
Las lesiones en la piel son rojas y abultadas, y están cubiertas de escamas blanquecinas y brillantes que se desprenden fácilmente. Estas lesiones pueden picar, doler y a veces se agrietan y sangran.
En los niños y adolescentes, las formas más comunes de presentación de la enfermedad son:
Psoriasis en placas, que son lesiones finas y rosadas de tamaño variable.
Psoriasis en gotas, que son lesiones muy pequeñas y numerosas que se distribuyen a lo largo de todo el cuerpo. En niños y adolescentes suele aparecer tras una infección por estreptococos (bacterias), generalmente una faringe-amigdalitis.
Como en todas las enfermedades, un diagnóstico precoz ayudará a poner un tratamiento eficaz, cuyo objetivo será hacer desaparecer las lesiones durante el mayor tiempo posible y mejorar la calidad de vida del niño. Hay diversos tratamientos para mantener a raya la enfermedad, pero el médico valorará el más indicado para cada caso concreto, en función de la gravedad y la edad del niño.
Es importante tener en cuenta que la psoriasis puede afectar al bienestar emocional del paciente, y en este sentido la infancia y especialmente la adolescencia, pueden ser etapas de gran vulnerabilidad.
La piel es lo que nos separa del mundo y lo que todos ven, por ello las lesiones propias de esta enfermedad pueden provocar vergüenza, miedo al rechazo social e inseguridad. Por tanto, apoyar al niño desde un punto de vista emocional es fundamental para sobrellevar la psoriasis.
Consejos para sobrellevar la enfermedad
Ante un diagnóstico de psioriasis, lo primero que deben hacer los padres es informarse con detalle sobre la enfermedad, y preguntar al médico todas las dudas que puedan surgir. De este modo, será más fácil entender por lo que está pasando nuestro hijo, y hablar de ello con nuestro entorno.
Una vez hayamos entendido la enfermedad, debemos explicársela al niño, sin mentirle en ningún momento y utilizando palabras y expresiones acordes a su edad y entendimiento, para que pueda comprender lo que le ocurre y sepa convivir con su enfermedad sin miedo.
Un buen recurso a la hora de hablar con los niños, especialmente si éstos son pequeños, es apoyarnos en cuentos, historias o cómics, que suponen una gran ayuda a la hora de desestigmatizar la enfermedad y aumentar la autoestima.
Involucrar al niño en el uso de las cremas y tratamientos, e introducirlo en su rutina diaria como un hábito de higiene más, como puede ser cepillarse los dientes o ducharse.
Puede que al inicio, o en algún momento de su enfermedad, el niño sienta vergüenza de que otros le vean así, por eso es fundamental mejorar su autoestima y, si fuera necesario, recurrir a un psicólogo especializado que nos ayude a enfocar este tema.
Igualmente, es importante que a nivel emocional el núcleo familiar del niño también se encuentre fuerte, para poder apoyarle cuando lo necesite.
Si los padres lo consideran, también puede ser de gran ayuda para el niño impartir una charla en el colegio sobre la psoriasis, de cara a informar y concienciar a compañeros y profesores.
Mantener hábitos de vida saludables, practicar ejercicio físico con regularidad, llevar una dieta equilibrada y evitar situaciones de estrés y ansiedad.
Datos a tener en cuenta
La psoriasis no es un enfermedad infecciosa ni contagiosa.
Después del baño, hay que secar muy bien la piel pero sin frotar, y aplicar posteriormente crema hidratante.
Los cambios de estación suelen provocar alteraciones en los pacientes, aunque no todos reaccionan de la misma forma. En cualquier caso, es muy importante utilizar cremas de protección solar tanto en invierno como en verano, utilizar ropa cómoda y transpirable y limitar el tiempo que el niño pasa en el agua, especialmente en las piscinas y el mar.
Cuidar la alimentación de nuestros hijos es algo que debemos hacer siempre, pero en este caso se hace especialmente importante aumentar la ingesta de frutas y verduras, reducir el consumo de grasas saturadas y evitar el consumo de grasas trans y de alimentos procesados.
Infecciones tales como otitis, amigdalitis, gripe... pueden desencadenar un brote de psoriasis. Sabemos que es difícil evitar el contagio de este tipo de enfermedades infecciosas en la infancia, pero debemos intentar prevenirlas tomando las medidas adecuadas.
Si diagnostican a tu hijo de psoriasis y es la primera vez que tienes contacto con esta enfermedad, quizá necesites apoyo y acompañamiento profesional y de otras personas que están viviendo lo mismo que tú. En este sentido, asociaciones como Acción Psoriasis pueden ser de gran ayuda para entender y afrontar el curso de esta enfermedad.