Los niños residentes en China realizan actividades extraescolares, elegidas en su mayoría por los padres, para ocupar su poco tiempo libre, por lo que se tiene que restar de otras actividades, jugar o descansar. Y no olvidemos lo complicado y lento que es el desplazamiento en esas ciudades.
Más de la mitad de los niños que durante el estudio fueron encuestados con preguntas como a qué dedicarían su tiempo libre, respondieron que a dormir. Hablamos de niños pequeños, pues ya a partir de los cuatro años, los niños que viven en zonas urbanas ya son sometidos a una agenda apretada. Los cursos de inglés, la danza, el piano o el violín, las artes plásticas o las artes marciales, son las actividades extraescolares con las que los padres quieren ampliar la formación que reciben en las escuelas y que consideran insuficientes para el futuro tan competitivo con el que se van a encontrar, sólo el 10% de los padres considera que son sus hijos los que pueden elegir que curso o actividad desea realizar.
Pero hoy entra en vigor una nueva ley que resulta de la revisión de la Ley de Protección de Menores de 1991 (que se dictó en China un año después de adherirse a la Convención de Derechos de los Niños de la ONU) que garantiza a los pequeños su derecho a dormir y a jugar.
También se garantiza la educación básica, atención al cuidado mental de los niños y sanciones contra crímenes como el trabajo infantil, la trata de menores y el maltrato.
La revisión de la ley implica muchos otros cambios, en lo que respecta a los niños, destacamos los centros de acogida para niños sin hogar que el Gobierno creará aunque quedarán vacíos también muy serios, como la falta de que sea obligatorio el registro de nacimiento y que una institución compruebe el bienestar del niño.
Vía | La Vanguardia Más información | China.org