Verano y niños: cómo evitar infecciones en la piscina

Cuando hablamos de verano y niños, también hablamos de piscinas. A los peques les encantan los baños y los juegos en el agua, pero especialmente las piscinas comunitarias, al ser compartida por mucha gente, no están exentas de ciertos riesgos.

El agua comparte bacterias, virus y microorganismos que pueden contagiar a tu niño. Las partes del cuerpo más afectadas son la piel, los ojos y los oídos, por tanto te damos algunos consejos para evitar infecciones en la piscina.

Cómo prevenir las infecciones en la piscina

  • Darse una ducha antes y después del baño en la piscina: es una recomendación a la que no se le suele hacer caso, y tampoco tiene mucho sentido si lo demás no lo hacen, pero es una buena medida de higiene para evitar transmitir infecciones.
  • Ducharse en casa después del día de piscina: no vale el "total, ya me he bañado en la piscina". Una ducha con agua y jabón ayuda a eliminar gérmenes que pueden haber quedado adheridos en la superficie de la piel.
  • No hacer pis en la piscina: con niños es difícil de controlar, por eso procura llevarlo al baño antes de meterse al agua, ofrécele cada tanto, y por supuesto sacarlo si te lo pide.
  • Usar gafas de agua: los ojos son especialmente sensibles al agua de la piscina, sobre todo si el niño mete la cabeza debajo del agua con los ojos abiertos. Es muy fácil que se contagien conjuntivitis infecciosas, especialmente en aguas poco cloradas, o que contraigan conjuntivitis irritante si el agua tiene demasiado cloro.
  • Utilizar calzado en vestuarios o en los suelos alrededor de la piscina: para evitar el contagio de infecciones como hongos en los pies o en las uñas.
  • Evita que compartan toallas y que permanezcan demasiado tiempo con el bañador húmedo, ya que con el calor, favorece la proliferación de infecciones.
  • Mantener las orejas limpias y secas para evitar la conocida como otitis de las piscinas o del verano: no se recomienda el uso de tapones si los oídos del niños están sanos, ya que podría llegar a ser contraproducente al empujar el cerumen hacia el conducto auditivo pudiendo generar tapones.
  • Evitar que trague agua, en la medida de lo posible: con niños es prácticamente imposible, pero enséñale que no debe beber agua de la piscina. Muchos niños lo hacen como una gracia o al jugar con cacharritos como si tomaran un café.
  • Las piscinas son foco de contagio moluscos, una infección en la piel que se manifiesta en forma de perlita de entre 2 y 5 mm. Se contagia por el contacto de la piel del niño infectado con uno sano, o al rascarse la zona y tocar a otro niño.
  • Ya es algo que no manejamos, pero la cloración de la piscina está relacionada con un mayor riesgo de asma y alergias ya que los desinfectantes de cloro y sus derivados son irritantes poderosos para la piel y las vías aéreas. Es preferible la cloración salina u otros sistemas de depuración.
  • Por último, si utilizas en casa una piscina hinchable para que tu bebé se refresque, procura renovar el agua con frecuencia.

Como veis, en verano no solamente hay que estar atento a medidas de seguridad y prevención de golpes o ahogamientos en las piscinas, sino que también hay riesgos "invisibles" que pueden enfermar a nuestros hijos.

No hay que obsesionarse tampoco, pero seguir estos sencillos consejos ayudarán a evitar el contagio de infecciones en la piscina.

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