¡Cuidado con las altas temperaturas! Los bebés tienen mayor riesgo de sufrir un golpe de calor, y es muy peligroso

¡Cuidado con las altas temperaturas! Los bebés tienen mayor riesgo de sufrir un golpe de calor, y es muy peligroso
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Por su fisiología, los bebés y niños pequeños presentan mayores riesgos frente a las altas temperaturas. Los menores de cuatro años y sobre todo los menores de un año son los más vulnerables, ya que, al tener una menor reserva de agua y sudar menos debido a un sistema de regulación todavía inmaduro, su temperatura corporal se eleva más rápido que la de un adulto.

Esto podría llevarlos a sufrir un golpe de calor, un shock que puede alterar las funciones metabólicas, el corazón o los pulmones que provocan importantes problemas de salud. Es una urgencia extrema que puede ocasionar incluso la muerte, por lo que es importantísimo prevenir cualquier riesgo.

¿Por qué se produce un golpe de calor?

Un golpe de calor ocurre cuando el cuerpo se sobrecalienta debido a una exposición prolongada o intensa a altas temperaturas. Se produce una pérdida de agua y de sales minerales (deshidratación) que afecta al sistema de regulación térmica, causando una elevación de la temperatura corporal que impide que los órganos vitales funcionen correctamente

Las principales causas de un golpe de calor incluyen:

  1. Exposición prolongada al sol: permanecer bajo el sol durante largos períodos de tiempo sin protección adecuada puede hacer que la temperatura del cuerpo se eleve.
  2. Actividad física intensa: realizar esfuerzos físicos vigorosos en condiciones de calor puede aumentar la temperatura corporal rápidamente.
  3. Ambientes calurosos y cerrados: estar en espacios sin ventilación adecuada, como automóviles estacionados o habitaciones sin aire acondicionado, puede elevar la temperatura del cuerpo.

Síntomas de un golpe de calor

Los síntomas de un golpe de calor pueden incluir:

  • Fiebre superior a 39ºC
  • Abundante sudoración al inicio del golpe.
  • Mareos, náuseas y vómitos
  • Dolor de cabeza
  • Confusión
  • Fatiga
  • Debilidad
  • Piel enrojecida y seca
  • Pulso rápido y fuerte
  • Respiración rápida y superficial

Si se sospecha un golpe de calor, es importante actuar de inmediato buscando ayuda médica mientras se toman otras medidas para reducir la temperatura corporal, como moverse a la sombra a un lugar fresco, quitarle la ropa innecesaria, mojar al niño con agua fresca (se puede aplicar un paño mojado en frente, nuca, muñecas, axilas o ingles), abanicar y ofrecer agua para rehidratar.

Cómo prevenir un golpe de calor

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La mejor manera de prevenir un golpe de calor es anticiparse para evitar que el niño sufra esta situación.

Manténlo hidratado. Los bebés y niños, debido a que tienen un mayor porcentaje de agua en su cuerpo y un equilibrio más débil, se deshidratan más rápido que los adultos. Hay que adelantarse a la sensación de sed, por lo que ofreceremos líquidos con frecuencia. La cantidad de agua diaria que debe beber un niño es de entre 50-60 ml por cada kilo de peso.

Los expertos recomiendan darles agua, zumos o lácteos cada dos horas. Si el bebé es amamantado, habrá que dar el pecho con más frecuencia. Y si se alimenta con leche artificial, la cantidad de agua que ingiere en cada biberón preparado es suficiente para evitar la deshidratación.

Protégelo del sol directo con el uso de sombrillas, sombreros, gorros, pañuelos o cualquier cosa que les proteja de los rayos de sol directos sobre la cabeza. No olvides el protector solar para evitar quemaduras e idealmente, el uso de gafas para proteger los ojos del bebé, puesto que son más sensibles que los de los adultos a la radiación ultravioleta.

Refréscale la piel. Si el bebé es muy pequeño, evitaremos los baños en el mar o en la piscina por el salitre y los químicos que pueden contener, pero podemos refrescarles la piel con frecuencia, sin olvidar la cabeza.

Nunca lo dejes dentro del coche. La temperatura aumenta muy rápidamente dentro de un coche cerrado, pudiendo causar la muerte en pocos minutos. Ni al sol, ni a la sombra, aunque se dejen las ventanillas abiertas.

Evita las horas centrales del día. Cuando hace mucho calor, lo mejor es quedarse en casa fresquitos con aire acondicionado o ventiladores que refresquen el ambiente y dejar las salidas para las primeras horas de la mañana y las últimas del día.

En resumen, un golpe de calor se produce cuando el cuerpo no puede regular adecuadamente su temperatura en condiciones de calor extremo, lo que lleva a un aumento peligroso de la temperatura corporal. Es importante tomar medidas para prevenirlo y buscar atención médica de inmediato si se presentan síntomas.

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