A raíz del caso de la pareja que perdió la custodia de su bebé de 10 meses por llegar al hospital con signos de anemia, malnutrición y deshidratación, según se comenta en muchos medios por culpa de seguir con lactancia materna a demanda y no darle nada más de comer, se ha encendido un intenso debate en relación a la lactancia materna y a lo peligroso que puede llegar a ser (o no) alimentar a un bebé sin darle nada más.
Con la intención de explicar qué hay de cierto en ello (si por dar teta 10 meses sin que el bebé apenas coma puedes tener a un bebé desnutrido, deshidratado y con anemia), vamos a dar hoy respuesta a esta pregunta: ¿Y si ya debería estar comiendo pero sigue con lactancia materna exclusiva?
Qué dicen las recomendaciones oficiales
La OMS, UNICEF, la AEP y en realidad la mayoría de organismos que velan por la salud de los bebés llevan muchos años dejando muy claro que la recomendación oficial es que los bebés sean amamantados con leche materna de manera exclusiva los primeros 6 meses, que a partir de ese momento empiecen a comer otras cosas, pero que la leche materna siga siendo el alimento principal, y que sea a los 12 meses cuando se considere que la lactancia pasa a un segundo plano, en forma de un alimento más dentro de una dieta diversificada.
Esto quiere decir que entre los 6 y los 12 meses la dieta lógica y habitual de un bebé es la que incluye leche de manera frecuente (y a demanda del bebé), que se complementa con un montón de alimentos que se le van ofreciendo poco a poco para que conozca las texturas, colores, sabores, olores, y los vaya comiendo cada vez en mayor cantidad, en base a su hambre.
Por eso se le llama alimentación complementaria
Porque al principio es un complemento del que es el alimento más importante para el bebé: la leche materna. Es decir, a partir de los seis meses, cuando el bebé está preparado, empieza a comer otros alimentos diferentes a la leche, con la intención de, poco a poco, ir diversificando su dieta, e ir asegurando el aporte de aquello que la lactancia aporta en poca cantidad (aunque de manera muy biodisponible): el hierro.
La leche materna tiene poco hierro, pero se absorbe muy bien, así que la cantidad que aporta es suficiente para los bebés de entre 6 y 12 meses, según sean las reservas de hierro de cada bebé.
Es decir, hay bebés que pueden estar con lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y poco más, porque tienen pocas reservas de hierro, y hay bebés que podrían estar hasta los 10-12 meses sin perjuicio importante para su salud (aunque la recomendación, como hemos dicho, es que a partir de los seis meses todos los bebé empiecen a comer otras cosas).
¿Cómo saber qué bebé tiene más o menos reservas de hierro?
Todo depende de las semanas de gestación con que nació el bebé (los bebés prematuros tienen más riesgo de padecer anemia), del peso al nacer (bebés de bajo peso también tienen más riesgo de padecer anemia) y del tiempo que esté latiendo el cordón umbilical una vez nace el bebé (se recomienda que pasen al menos 2-3 minutos desde que el bebé nace hasta que se pinza el cordón).
Esto nos da una pista de cuánto tiempo puede estar un bebé tomando leche materna de manera exclusiva, sin riesgo de anemia, pero obviamente no es motivo para atrasar la alimentación complementaria: es un dato que sirve para que, en caso de que al bebé le cueste comer, se pueda valorar hasta cuándo esperar para suplementar con hierro o hacer analítica.
Hay muchos bebés de 10 meses que casi no comen nada
La pareja de la que hablamos explica en la página de recogida de firmas que su hijo tomaba teta y había probado ya algunos alimentos, como frutas, verduras y cereales.
Mientras que muchas parejas cuentan que sus hijos de 10 meses han aceptado muy bien la comida, y están comiendo muchos alimentos diferentes, varias veces al día, son muchas las parejas que cuentan lo contrario, que es lo mismo que los padres de Jonás: que sus bebés tienen 9-10 meses y algún día consiguen que coma algo, de algún alimento concreto (hoy parece que ha tragado un trocito de fruta, ayer se comió dos macarrones, el otro día creo que comió alguna lenteja porque me encontré alguna en las cacas...), y son bebés que a simple vista parecen sanos, felices y bien cuidados.
Vamos, que si alguien está pensando que un bebé de 10 meses que solo toma leche materna a demanda y algún alimento más, va a tener un estado de salud crítico, se equivoca.
¿Y a partir de cuándo es peligroso?
Como acabo de decir, depende. Depende de cuáles sean las reservas de hierro del bebé. Esto queda un poco a criterio de cada pediatra, pero se suele recomendar que los bebés que van a llevar una dieta vegetariana reciban un suplemento de hierro desde los seis meses de vida, y esto nos da una pista de que tampoco se debería esperar mucho en el caso de los bebés que no son vegetarianos pero llevan una dieta vegetariana (un bebé que apenas come nada más que leche materna podríamos considerarlo, a la práctica, vegetariano).
Así, si el bebé tiene riesgo de anemia (porque nació pequeño o prematuro y el cordón se cortó relativamente rápido), puede ser necesario suplementar con hierro desde los seis meses, (tal y como recomienda el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría), o no tardar mucho si en cosa de pocas semanas apenas come nada.
Si en cambio el bebé tiene poco riesgo, se puede esperar hasta los 8-9 meses, para dejarle margen a que conozca los alimentos y aprenda a comerlos. Si para entonces el bebé va comiendo algo, y cada vez más, puede no ser necesario hacer nada.
Por dar una referencia, digamos que los padres pueden estar tranquilos si su hijo se come un par de albondiguitas al día, media hamburguesa, medio filete de pollo, de pescado, un huevo... o lo que es lo mismo, si llega a las cantidades máximas que se indican en las guías de alimentación complementaria:
- 20-30 gramos de carne en un día
- 30-40 gramos de pescado blanco o azul en un día
- Un huevo pequeño en un día
Si el bebé llega a eso, si se come esa cantidad de carne, o bien esa cantidad de pescado, o bien el huevo pequeño, combinado con otros alimentos como verduras, legumbres, pan..., se considera que el aporte de hierro es correcto.
Si en cambio apenas come nada más que leche materna, o come eso un día sí y cinco no, y da la sensación de que pasará tiempo hasta que la situación cambie, se puede suplementar con hierro para prevenir una anemia que más adelante podrá dar problemas (porque cada vez será mayor si la situación no cambia). Y si se sospecha que esa anemia ya existe, el pediatra indicará hacer una analítica para tomar las acciones oportunas en base a los datos que arroje la prueba.
Y entonces, ¿por qué Jonás estaba tan mal?
No lo sabemos, y por eso no se puede culpar a que "habían decidido criarlo piel con piel", que es un argumento poco menos que absurdo, pero que ha aparecido hasta en los telediarios, ni se puede culpar a que "la madre había decidido darle leche materna a demanda", porque eso lo han hecho con 10 meses millones de bebés a lo largo de la historia (y lo siguen haciendo hoy en día).
Yo tengo la sensación de que sus padres habían decidido ser "un poco antivacunas", porque aseguran que sí querían vacunar a su bebé a los dos años, y ser "un poco vegetarianos", porque debieron considerar que era más saludable limitar el aporte de alimentos animales, y por eso solo comían "pescado de vez en cuando, y a veces un poco de jamón".
Esto no era aún peligroso para el bebé, porque apenas tenía 10 meses y como acabo de explicar, muchos bebés llevan una dieta vegetariana a pesar de que sus padres les ofrecen carne y pescado. Sin embargo sí lo era a través de las carencias de la madre, porque una madre que recibe muy poca vitamina B12 a través de la dieta necesita suplementos de dicha vitamina, no solo para ella, sino también para que su leche materna también la contenga... y esto es lo que debió de pasar, imagino: que el bebé no recibió la vitamina B12 que tanto necesitaba ya desde el primer día de nacido, y debió crecer desde ese primer día con carencias que le provocaron una anemia cada vez más importante.
¿Y qué síntomas da una anemia? Pues falta de apetito, trastornos del sueño, debilidad, cansancio, problemas en el desarrollo... todos problemas que crean un círculo vicioso aún peor: la falta de apetito hace que el bebé coma menos de lo que necesita, y eso hace que tenga más anemia; a más anemia, menos apetito, menos comida y más anemia...
Quizás por esto llegó el bebé como llegó al hospital, a pesar de que su madre consideraba que lo estaba criando, más o menos, como muchas madres de hoy en día crían a sus bebés, sin saber que en realidad estaba cada vez peor porque tenía una carencia de hierro y de vitamina B12 más que evidente (lo que cuesta entender es cómo no se dieron cuenta de que su bebé estaba tan mal).
Pero esto es solo lo que yo creo que pasó, haciendo una deducción en base a los datos contradictorios que nos han ofrecido los medios y los padres del niño.
Yo con este post solo quiero dejar claras dos cosas: los bebés sí necesitan empezar a comer a los seis meses para prevenir posibles carencias y déficits, pero tampoco suele pasar nada si en los primeros 2-3 meses el bebé apenas acepta más alimento que la teta, y de ser así se puede actuar ofreciendo un suplemento de hierro hasta que el bebé empiece a comer más y mejor.
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