No cabe duda de que la leche materna es el alimento ideal para el recién nacido, el mejor formulado, y además, gratis. La OMS la recomienda en exclusiva hasta los seis meses de edad y complementada con la alimentación hasta al menos los dos primeros años de vida.
La base de esta recomendación es su maravillosa composición especialmente formulada para cada etapa de crecimiento del bebé, atendiendo a sus necesidades de desarrollo en cada momento.
Los beneficios de la lactancia materna son innumerables: beneficios gastrointestinales, reduce la tasa de sufrir infecciones, mejora del desarrollo neurocognitivo, disminución del riesgo de asma y enfermedades, alergias, diabetes y obesidad.
La composición de la leche materna
Son muchas las investigaciones en torno a los diferentes componentes de la leche materna. Se han encontrado innumerables moléculas beneficiosas que componen la leche materna, sin embargo muchas otras aún no han sido descubiertas.
La leche materna está compuesta por casi un 90% de agua e incluye además otros nutrientes básicos esenciales para el bebé, como carbohidratos, proteínas y grasas.
Según nos explican desde Medela, marca especializada en la investigación de la lactancia materna, la lista de ingredientes es bastante extensa:
- Millones de células vivas. Entre ellas se incluyen los glóbulos blancos, que refuerzan el sistema inmunitario, y los citoblastos, que ayudan al desarrollo y curación de los órganos.
- Más de 1000 proteínas que ayudan al crecimiento y desarrollo de tu bebé, activan su sistema inmunitario y desarrollan y protegen las neuronas cerebrales.
- Todas las proteínas de la leche materna están compuestas por aminoácidos. Tu leche cuenta con más de 20 compuestos de este tipo. Algunos de ellos, denominados nucleótidos, elevan sus niveles por la noche, y los científicos creen que pueden inducir el sueño.
- Más de 200 azúcares complejos llamados oligosacáridos que actúan como prebióticos, alimentan a las «bacterias buenas» del intestino del bebé. También evitan que las infecciones lleguen al torrente sanguíneo y reducen el riesgo de inflamación cerebral.
- Más de 40 enzimas catalizadoras que aceleran las reacciones químicas en el cuerpo y favorecen los sistemas digestivo e inmunitario del bebé, además de permitir la absorción del hierro.
- Factores de crecimiento que favorecen un desarrollo saludable y llegan a muchas partes del cuerpo del bebé, como los intestinos, los vasos sanguíneos, el sistema nervioso y las glándulas, que segregan hormonas.
- Hormonas. Estas sustancias químicas envían mensajes entre los tejidos y órganos para garantizar su correcto funcionamiento. Algunas ayudan a regular el apetito y los patrones de sueño del bebé, e incluso ayudan a reforzar el vínculo entre vosotros.
- Vitaminas y minerales, que son nutrientes que favorecen el crecimiento saludable y el funcionamiento de los órganos, y además ayudan a la formación de los dientes y huesos del bebé.
- Anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas. Hay cinco formas básicas de anticuerpos y todas ellas están presentes en tu leche. Protegen a tu bebé contra las enfermedades e infecciones, ya que neutralizan las bacterias y los virus.
- Ácidos grasos de cadena larga, con un papel fundamental en el desarrollo del sistema nervioso, además de contribuir al desarrollo saludable del cerebro y los ojos.
- 1400 moléculas diferentes de microARN, cuya función regula la expresión genética, además de ayudar a evitar o detener el desarrollo de enfermedades, reforzar el sistema inmunitario y favorecer la remodelación del pecho.
Como vemos, no es extraño que muchas veces se considere a la leche materna como un "elixir milagroso" o como "oro líquido" para el bebé, ya que contiene todo lo necesario para su mejor desarrollo.