Causas del llanto de los bebés: el hambre

Los bebés tienen que llorar, pero no hay que dejarles llorar. El llanto es su forma de comunicación para transmitir o expresar necesidades o incomodidad. Ambas circunstancias son inevitables, pero si es evitable el que el niño sufra por ellas. Saber identificar las causas posibles del llanto del bebé espero que ayude a los papás, especialmente a los primerizos.

El hambre es la primera de las causas del llanto del bebé que vamos a analizar.

Cuando el bebé llora los papás se preocupan y buscan soluciones que calmen esta manifestación de inquietud. No siempre podrán hacer algo, pero muchas veces, al ir descartando causas, si conseguirán ofrecer al pequeño lo que les está pidiendo.

Hambre

El hambre es la causa más habitual de llanto y la que debemos estar siempre listos para calmar. Cuando un bebé tiene hambres solo la leche le calmará, aunque pueda distraerse con la succión de un chupete o con los brazos que le acunen. Esa distracción vale pocos minutos, lo que necesita es leche y hay que dársela.

Cuando tiene hambre el llanto es grave y agudo alternativamente y con un ritmo lento y rápido también de forma alterna. Tomará aire de golpe y si le hablamos suele poder controlarse y mirarnos. Puede morderse las manitas y retorcerlas en su boca. Si le mostramos el alimento, el pecho o el biberón, sus llantos se transforman rápido en un gruñido de satisfacción. Obviamente, aunque se calme brevemente al tomarlo en los brazos, lo que le hará sentirse bien es comer.

Recordemos que todas esas antiguas pautas sobre la duración de las tomas no responden a la fisiología real de la lactancia: la lactancia es a demanda, lo que implica que hay que darla siempre que el bebé la quiera y sobre todo siempre que el bebé la pida llorando, olvidándo si mamó hace media hora o hace tres.

La leche materna es de rápida digestión y un bebé, especialmente en sus primeros meses, debe ser quien establezca cuando debe ser la toma y cuanto debe durar. La fórmula de estropear la lactancia es que establezcamos horarios, pues la lactancia es un mecanismo natural que se regula con la demanda. El niño pide el pecho que necesita y mediante la succión consigue que lleguemos a producir la cantidad que precisa.

Cuando llega la llamada "crisis de los tres meses" los bebés aumentan su demanda para conseguir que la madre produzca más leche.

No hay que dejarse llevar por la inquietud si disminuye el tiempo entre las tomas, en unos días, si damos el pecho cuando el bebé lo pide, día y noche, la producción se estabilizará. Meter un biberón en esos momentos, pensando que calmará su hambre, solamente conduce a un descenso de la producción y a dificultades en la lactancia a partir de entonces.

El biberón, aunque parezca lo contrario, también es a demanda. La leche de bote también será solicitada por el niño según sus necesidades, unas veces más continuada, otras veces más espaciada, y en cada caso hay que respetar la necesidad de cantidad que el niño desea ingerir, sin forzar ni preocuparse si no se termina la supuesta cantidad estipulada para su edad.

¿Podemos siempre satisfacer el hambre del bebé?

La respuesta debería ser si. Hay que tener en cuenta que la sensación de hambre del bebé no puede ser comparada a la nuestra. Nosotros, primero, tenemos reservas energéticas, y segundo, sabemos esperar. Ellos no, el hambre se desencadena cuando su minúsculo estomágo está vacio y su nivel de energía disponible baja. No atender una demanda de alimentación es muy doloroso para ellos y desencadena un llanto incontrolable.

Si damos el pecho lo tenemos más sencillo, basta con ofrecerlo, preferiblemente antes de que la crisis de llanto comience. El niño, antes de llorar de hambre, comienza a dar signos de querer mamar, mordiendose las manos, manifestando inquietud o buscando el pecho si está en brazos.

Por eso es importante que la sociedad esté preparada para aceptar que un bebé mame esté donde esté, ninguna convención o pudor puede ser más poderoso que la naturaleza mamífera de nuestros niños. La civilización no es negar las necesidades a los bebés, estemos en un restaurante, en una reunión o en un pleno del ayuntamiento. Si el bebé quiere teta hay que sacarse la teta sin marcharse, si no lo deseamos, a ninguna sala oculta.

El biberón

Si nuestro bebé se alimenta con biberón no siempre podemos tener la leche preparada, por lo que planificar las salidas es importante, ya que la leche preparada a temperatura adecuada es caldo de crecimiento óptimo para las bacterias. De forma ideal el biberón debe prepararse en el mismo momento que vayamos a proporcionarlo.

Me acuerdo cuando mi hijo tomaba biberones, los dos primeros meses de su vida, eran angustiosos esos cinco minutos hasta que lo tenía listo. Basta con esos cinco minutos para descompensarnos y, en mi caso, terminar con la cocina hecha un desastre cuando se me derramaba todo por querer ir más rápido de lo que podía.

Para eso no hay consejos concretos, cada mamá y cada papá tienen que saber planificarse y siempre tener todos los elementos necesarios para preparar el biberón cuando el niño vaya a tener hambre, sabiendo que no siempre podemos adelantarnos a sus necesidades ni tampoco empecinarnos en que coma si no tiene hambre.

Conclusión

El hambre puede ser la primera causa de llanto del niño, sobre todo si asumimos que para los lactantes los relojes no existen y las cantidades que van a ingerir serán, en cada caso, las que sus cuerpos les pidan.

En Bebés y más | El significado del llanto del bebé, El llanto del bebé

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