El acoso sexual es sin duda uno de los problemas que más ha dado de que hablar en los últimos años. A pesar de que este ha existido desde siempre, el uso de las redes sociales lo hace aún más fácil, pues es muy sencillo ocultarse detrás de una pantalla cuando se trata de ofender a alguien.
Pese a que la idea de las redes sociales es acercarnos más a quienes queremos, también nos acerca a personas que definitivamente no quisiéramos en nuestras vidas, como completos desconocidos que se dedican a atacar a alguien y se sienten con el derecho de hacerlo simplemente porque una foto o una publicación están visibles en internet.
El caso de Nadia Jémez
Esto es lo que ha venido sucediéndole por ejemplo, a Nadia Jémez, la hija de 17 años de Paco Jémez, ahora entrenador del equipo de fútbol mexicano Cruz Azul, quien ha tenido que salir a los medios para defenderla del acoso que está sufriendo a través de sus redes sociales.
Nadia Jémez es una bella chica, aspirante a modelo y con un estilo de vida que pocos tienen. ¿Pero eso la hace merecer el acoso que recibe diario por parte de miles de desconocidos? Expresiones vulgares son comunes en los comentarios de las fotografías que publica en su cuenta de Instagram, donde cientos de hombres le dicen "piropos" subidos de tono, dejando de lado por completo el respeto que deben darle como mujer, independiente de lo sensual que ella pueda llegar a ser.
Lo más lamentable es que los mismos medios deportivos mexicanos se han encargado de hacerla famosa por su belleza, aumentando esta creencia de que todos tienen derecho a opinar sobre la apariencia de una mujer y el acoso sexual es algo normal.
No, Nadia Jémez no se lo está buscando. Dejemos de utilizar pretextos como este para justificar los actos de acoso y abuso sexual en mujeres y hagámonos cada quien responsable de nuestras acciones.
Como mujer, seguro la mayoría ha sufrido de alguna clase de acoso sexual, ya que la objetificación de la mujer se ha vuelto algo tan normal, que muchas personas creen que solo estamos aquí para ser admiradas o juzgadas por el aspecto físico. Pero la realidad es que no debería ser así y ninguna mujer debe ser atacada o juzgada por su físico.
¿Qué podemos hacer como padres?
Prevenir el acoso es la mejor manera de combatirlo. Erradicar esta mala práctica antes de que se vuelva "lo normal" y enseñarle a nuestros hijos e hijas a darse el valor que merecen y a respetar a los demás, independientemente del sexo o edad que tengan. La educación sexual a temprana edad, cuando veamos que el niño esté listo para comprender su importancia, es un factor determinante para que ellos comprendan cómo funciona su cuerpo.
Una educación a tiempo en este tema, puede prevenir el acoso sexual y de este modo evitar consecuencias terribles, como el abuso sexual. Para esto se necesita ser abiertos con nuestros hijos y enseñarles dos cosas sumamente importantes: que sepan que merecen respeto y que deben respetar a los demás.
Necesitamos educar a nuestras hijas para que sepan que deben ser respetadas
Como madre de una niña, me preocupa que el día de mañana pueda sufrir esta clase de acoso o abuso sexual. Así que me corresponde a mí, comenzar a cambiar eso, primero educándola a ella. ¿Alguna vez han hablado con sus hijas e hijos y les han dicho que siempre deben darse a respetar y que nadie puede obligarlos a hacer algo que no quieren? Si lo han hecho, felicidades. Si no, es momento de hacerlo.
Probablemente no haya una edad exacta para hablarle a nuestros hijos sobre este difícil tema, pero considero que es mejor hacerlo desde que son pequeños, antes de que comiencen a ser bombardeados por publicidad donde la mujer es altamente sexualizada y comienza a ser vista solamente como un objeto.
Educar a nuestros hijos para que sepan que deben ser respetados es una parte esencial para comenzar a ponerle un alto al acoso sexual. Decirle a nuestras hijas que si ellas dicen que no, es no y que los demás deben respetar su decisión.
Yo quiero que mi hija comprenda que ella importa, que lo que siente importa y que su apariencia no define la persona que es, ni que su físico está disponible para ser tema de conversación, especialmente si se le hace sentir incómoda.
Cuando una mujer claramente no permite el acoso y lo contrarrestra de manera directa y precisa, los atacantes se sienten confundidos. La mayoría de ellos espera que nosotras sólo nos quedemos calladas y sigamos nuestra vida de manera normal, sin darle mayor importancia al acoso y les ignoremos. Pero si no hacemos nada el problema continuará presentándose, si no con nosotros, con otras mujeres.
¿Por qué deberíamos ignorar y seguir permitiendo una situación así, que nos incomoda y nos hacen sentir vulnerables? Creo que el primer paso como mujeres para terminar con el acoso y el abuso sexual es dejar muy claro que no, no estamos a su disposición para ser criticadas, atacadas o acosadas y que no continuaremos permitiendo esa clase de comentarios y acciones de su parte.
Educar a nuestros hijos para que respeten a otros
Los niños aprenden con el ejemplo. Piensa en su situación en casa. ¿Respetan a las mujeres? ¿O las miran como simples objetos? El origen de un acosador se remonta al hogar donde creció y la crianza que tuvo. Educar a los hijos varones que sepan respetar y valorar a una mujer, es la clave para evitar futuros acosadores o abusadores.
Si nosotros como madres y padres, les enseñamos desde pequeños a respetar a los demás, seguramente educaremos adultos empáticos, que sean capaces de comprender lo que siente el otro, pero sobre todo, criaremos adultos respetuosos, que puedan ver más allá del físico de las personas.
Enseñar a nuestros hijos el uso responsable de las redes sociales
Es importante que como padres establezcamos también límites en cuanto a la libertad de nuestros hijos. No se trata de mantenerlos vigilados 24/7, pero sí de cuidar y mantener alejados muchos de los peligros a los que se exponen. Las redes sociales deben ser tratadas con mucho cuidado y seriedad al momento de presentárselas a nuestros hijos, pues de no hacerlo puede convertirse en uno de estos peligros.
Evitar peligros en redes sociales y proporcionarles una buena y completa educación sobre este tema, puede lograr evitar daños irreparables. Enseñarles a nuestros hijos a hacer un uso responsable de estas, como no proporcionar información personal tal como su nombre, escuela o ubicación, así como no confiar ni responder a los mensajes de desconocidos en internet, es algo que marcará la diferencia entre ser o no ser víctima de abuso.
Como padres deseamos un mundo mejor y más seguro para nuestros hijos, y si bien no podemos controlar a los medios ni ocultarle la publicidad con matices sexuales, sí podemos educarlos para que desde pequeños conozcan sobre el respeto hacia sí mismos y hacia los demás.
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