Esta semana, aproximándose San Valentín, todo nos habla de amor, sexo y deseo. Y hemos pensado hablar de estos temas con claridad, profundizando en la expresión de la sexualidad en las parejas que tienen hijos, hablando de la crianza, la lactancia y el puerperio.
Para ello entrevistaremos a varios expertos, comenzando hoy con la psicóloga Mónica Serrano, a quien nuestros lectores ya conocen del especial que dedicamos a la hipersexualización de las niñas.
Mónica Serrano es psicóloga y experta en Maternidad y Crianza con Apego y podemos seguirla habitualmente en su blog Psicología y Crianza.
¿Es normal que disminuya el deseo o la pasión con la crianza?
El postparto es una etapa de la vida de la pareja en la que se producen cambios importantes. El nacimiento de un hijo conlleva grandes transformaciones psicológicas y emocionales para los padres. Asimismo, la mujer experimenta cambios físicos y hormonales después del parto.
Y además, cambia todo el horario y estamos agotados, ¿eso también influirá?
Claro. La llegada de un bebé a la familia supone una adaptación a todos los niveles por parte de los padres. Los horarios, las rutinas, las actividades cambian para orientarse a responder a las necesidades del bebé.
Además, después del parto, los médicos suelen recomendar a la pareja un período de abstinencia sexual de 30-40 días, para permitir a la mujer recuperarse físicamente y que las relaciones sexuales (con penetración) no la perjudiquen.
Y después de la cuarentena ¿automáticamente se recuperan las ganas de sexo?
Después de este período de abstinencia, la mayoría de los hombres suelen querer reanudar las relaciones sexuales. Sin embargo, muchas mujeres encuentran dificultades a la hora de reanudarlas. El miedo al dolor, la atención centrada en el bebé o los cambios hormonales pueden explicar, en parte, estas complicaciones.
¿Hay otros factores que puedan hacer que no exista deseo sexual?
Muchas mujeres han de reajustar su autoimagen corporal y, por tanto, su autoconcepto y su autoestima tras el embarazo, debido a los cambios corporales experimentados. Este proceso de aceptación requiere tiempo. Esto puede incidir fuertemente en la falta de deseo sexual de la mujer, pues el no sentirse atractiva hace que su libido disminuya.
¿Tanto cambia el amor cuando llegan los niños?
Es obvio que el postparto es una etapa en la que el deseo disminuye en casi todas las mujeres. Después del postparto, la crianza de los hijos hace que la pareja necesite construir nuevos espacios de comunicación adaptados a las necesidades y requerimientos de sus hijos. Esta nueva manera de interacción como pareja influye en las relaciones sexuales.
De esta manera, la pareja pasará por un proceso de transformación en su relación que variará a lo largo de toda la crianza.
Tanto el hombre como la mujer irán desarrollando su propia identidad como padre y madre y, en consecuencia, su identidad como pareja.
El descenso del deseo del puerperio temprano se irá transformando en una forma de contacto sexual adaptado a la vida en familia. Cuando este proceso de adaptación finaliza y el bebé comienza a ser más independiente, el deseo sexual suele volver a incrementarse. Pero para ello hay que respetar los ritmos del bebé y de la madre, especialmente. Es esencial permitir al otro y a uno mismo desarrollar este nuevo espacio de interacción sexual y entenderlo como algo gradual, progresivo.
Pero, realmente, el puerperio no es momento de sexo, ¿o sí, si entendemos el sexo no como penetración y si como sensualidad?
El puerperio es el período de tiempo que sucede al parto y se prolonga hasta que el bebé es capaz de percibirse a sí mismo como un ser diferenciado de su madre (alrededor de los 2 años de edad, generalmente).
Después del parto, el organismo de la madre se prepara para integrarse con el funcionamiento físico y mental de su bebé. La madre, durante la etapa puerperal, está completamente conectada con su bebé, puesto que éste aún no posee una noción concreta del “yo" y percibe su propia existencia desde la entrada y la participación en el mundo emocional de su figura de apego (por lo general, su madre).
Esta conexión madre-bebé durante el puerperio influye en las relaciones de la madre con otras personas y, obviamente, también influye en la relación de pareja.
De manera natural, la madre se orienta a la protección y el cuidado de su bebé, estableciendo como prioritarias todas las acciones dirigidas a este fin. Así, el resto de acciones y relaciones pasan, temporalmente, a un plano secundario.
De esta manera, podríamos entender que durante el puerperio, el interés de la madre por el sexo disminuye. Esta disminución es más acusada cuanto menor edad tiene el bebé.
Pero no todo es blanco o negro, ¿verdad?
La mujer, generalmente, trata de buscar espacios de intimidad con su pareja. En muchos casos, las parejas tratan de negar este cambio en su vida sexual debido al miedo que esto les produce.
El hecho de pensar que sus relaciones sexuales nunca volverán a ser como antes del nacimiento del bebé, el miedo a que esto haga tambalear su relación como pareja o la sensación de “juventud perdida" son algunos de los fenómenos que hacen que la pareja trate de negar el cambio y reanudar sus relaciones sexuales de una manera forzada antes de tiempo.
Parece que hay que volver a ser como antes y lo más rápidamente posible en todos los ámbitos. ¿No e eso un error?
El puerperio, entendido como proceso natural, requeriría que la madre redujese su actividad general para centrarse en el cuidado del hijo durante toda esta etapa. Sin embargo, la sociedad de consumo en la que vivimos no permite a la mujer esta reducción.
La inmediatez de la reincorporación al trabajo es un claro ejemplo de ello. Con el sexo sucede algo parecido. El mensaje social nos arrastra a seguir consumiendo de manera continuada y el sexo se ha convertido en un negocio con muchos objetos de consumo asociados.
De esta manera, el puerperio es un período difícil para la pareja en cuanto a las relaciones sexuales. Es en esta etapa en la que se está atravesando el período de adaptación a la llegada del hijo y las transformaciones personales que la maternidad y la paternidad conllevan.
Es la etapa en la que hay que establecer nuevas formas de comunicación, de relación y de contacto sexual
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Le agradecemos a la psicóloga Mónica Serrano la atención que nos ha hecho al concedernos esta entrevista y mañana seguiremos hablando con ella sobre la sexualidad y el amor en las parejas que tienen hijos.
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