He pillado a mi hijo adolescente masturbándose: cómo afrontar el momento y hablar del tema con naturalidad

He pillado a mi hijo adolescente masturbándose: cómo afrontar el momento y hablar del tema con naturalidad
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Si has pillado a tu hijo masturbándose, es probable que esto haya generado un momento tenso o que nos sintamos avergonzandos, porque siempre tendemos a asociar el sexo con "vergüenza". Y lo primero que podemos pensar es "no hace falta hablarlo", pero en realidad sí.

Debemos evitar que se convierta en algo tabú (porque eso alimenta la idea de que ha hecho algo "malo"). Sin embargo, tampoco hace faltar tener la conversación "sin más", sino tener en cuenta algunas consideraciones previas antes de tenerla. Por ello ofrecemos algunas ideas clave para afrontar el tema con ellos con naturalidad.

La importancia de hablar de sexualidad: diez claves para hacerlo

Es curioso porque los jóvenes reciben formación de matemáticas, lenguas y mil cosas más, pero no de cómo pueden relacionarse con sus cuerpos para obtener placer, o cómo vincularse con los demás en busca de una sexualidad sana, libre y satisfactoria. Y son habilidades importantes para la vida.

La sexualidad es algo natural, y algo que tarde o temprano, nuestros hijos conocerán y explorarán, y está bien que así sea. Sin embargo, por muy "abiertes de mente" que nos consideremos, es normal que ver a nuestros hijos como seres sexuales, e incluso, descubrirles masturbándose, nos pueda incomodar o pillar desprevenidos.

Sin embargo, es fundamental normalizar este tema, evitar que se convierta en algo tambú y acompañar a nuestros hijos en el desarrollo de una sexualidad saludable. Por ello, hablar sobre el tema resulta fundamental. Pero, ¿cómo lo hacemos?

1. Evita que se convierta en un tema tabú

No hablar sobre el sexo puede hacer que nuestros hijos acaben interiorizando la idea de que es algo "malo" o por lo que avergonzarse, cuando no es así. Además, el no ofrecerles esta educación sexual puede hacer que, justamente, ocurra todo lo contrario, y desarrollen conductas de riesgo a edades más tempranas.

En relación a ello, una encuesta realizada en 2012 con adolescentes americanos reveló lo siguiente: el 87% afirmó que les habría resultado más fácil retrasar la actividad sexual y evitar el embarazo si hubiesen podido hablar más abierta y honestamente con sus padres sobre el sexo.

Otro hallazgo interesante de la encuesta fue que lo que sus padres piensan les influye más en sus decisiones sexuales de lo que los padres creen. Por otro lado, según el Observatorio Bloom sobre ITS en mujeres en España, en los últimos años han aumentado sustancialmente el número de relaciones sexuales de riesgo.

2. No pospongas esta conversación

El riesgo de posponer esta conversación que sentimos como "incómoda" es que, la pospongamos tanto que finalmente no la tengamos, o que sean nuestros propios hijos los que busquen la información que "les falta" en lugares inadecuados (por ejemplo, internet, el porno...). Por eso, pregúntate de dónde quieres que obtenga esta información, ya sea de ti o de un profesional que le pueda asesorar.

3. Pregúntate: ¿cómo quiero que viva el sexo mi hijo?

En función de la respuesta a esta pregunta, enfoca de esta forma la conversación. Lo ideal es que nuestros hijos desarrollen un apego seguro que les permita involucrarse en relaciones sexuales saludables y satisfactorias, basadas en cuatro pilares; el respeto (hacia uno mismo y hacia el otro), la libertad, el deseo y el consentimiento. Así, este mensaje debe estar sí o sí dentro de la conversación.

4. Escoge un buen momento

No hace falta tener esta conversación justo después de haber descubierto a tu hijo masturbándose, ya que tal vez los dos necesitéis un momento para digerir esta situación.

Podéis hablar el día siguiente, por ejemplo (y así aprovechas para hablar con alguien de confianza, desahogarte si lo necesitas, ver un punto de vista diferente a lo que te ha pasado y a cómo te sientes...).

Por otro lado, tampoco hace falta esperar a "pillarlo" para tener esa conversación. Aprovechemos los momentos de complicidad y en los que sabemos que no tendremos interrupciones, para tenerla. Fomentar la confianza mutua aquí es clave.

5. Destaca la naturalidad del sexo

Como decíamos en la introducción, es importante que reforcemos la idea de que es saludable y normal masturbarse y explorar nuestra propia sexualidad. "Tranquilo, lo que vi es algo normal, no tienes por qué sentirte culpable o avergonzado". "Lo hacemos para conocernos a nosotros mismos y para buscar placer, eso es algo sano".

6. Recordar la privacidad

Sobre todo en niños más pequeños, es fundamental que sepan que esto deben hacerlo en su habitación, de forma privada, y no delante de otras personas. No porque sea algo de lo que avergonzarse, sino por respetar su propia intimidad (es un acto íntimo). "No hay absolutamente nada de malo en tocarse por placer. Es algo íntimo y privado, pero la mayoría de la gente lo hace".

7. Relativiza y transmite seguridad

No le des más importancia a esta conversación de la que tiene (aunque la tenga; esto evitará que tu hijo se ponga modo "alerta" o a la defensiva). Puedes utilizar alguna frase más "ligera" para romper el hielo. Por ejemplo, puedes disculparte por haber entrado sin llamar.

Esto no quita que no podamos hablar con seguridad y firmeza, pero siendo abiertos y cercanos. También debemos validar cómo se sintieron; "tal vez te sentiste incómodo ayer, no te preocupes, es normal...".

8. ¿Cómo empezar la conversación?

Esto dependerá de cómo sea tu hijo. Si lo conoces y sabes que se va a avergonzar si abordas el tema de forma muy directa, mejor empezar con alguna otra cosa e ir entrando en el tema.

Pero también puedes ser más directo; tal vez con un, "¿Tienes un momento? Podemos hablar de lo que ocurrió ayer", o "tranquilo, lo que pasó ayer era algo normal, no tienes por qué sentirte mal", "podemos hablar de lo que quieras de sexualidad".

No hace falta centrar la conversación exclusivamente en el momento en que lo "pillasteis", sino de forma genérica a cualquier tema relacionado con el sexo. De hecho, es recomendable hacerlo así, para que ese momento tenso sea una oportunidad para hablar de otros temas sexuales. También podéis empezar a hablar de algo más superficial y poco a poco ir profundizando.

9. Piensa antes qué quieres transmitir

Antes de la conversación, piensa bien qué mensajes quieres transmitirle a tu hijo, o con qué objetivo. Y alíate con tu pareja, hacer equipo como padres. Por ejemplo, el mensaje puede ser que no tiene por qué avergonzarse de lo que ocurrió, que es algo natural, que tú también tuviste su edad, que puede consultarte las dudas si las tiene...

Explícale la parte emocional de la sexualidad, pero también instrucciones precisas para practicar sexo seguro (en caso de que esté ya en la edad y en la madurez para tener relaciones).

10. Seguir hablando sobre sexualidad

Esta no es una conversación que deba ser "algo que quitarnos de encima", sino algo fluido que se debe ir actualizando. Nuestros hijos crecerán y madurarán, y por lo tanto tendrán necesidades, dudas e inquietudes diferentes.

Es bueno que nos mostremos siempre abiertos a poder seguir acompañándoles también en esta faceta más íntima. Eso sí, deberemos adaptar nuestro lenguaje a su edad (la forma de hablar, el tono, los detalles que incluyamos en el discurso, etc.).

Foto | Portada (Freepik)

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