¿El momento más feliz de tu vida? Muchos sin duda contestarán que el día en que nació su hijo. Podemos escoger ese momento como el más alto baremo de felicidad, como un hito en nuestra vida, que recordamos de una manera especial. Un cúmulo se sentimientos difícil de explicar pero que muchos resumirían en eso: felicidad. Pues bien, según un estudio, podría parecer que utilizar Facebook puede aportarnos una satisfacción similar a la de tener un bebé o a la de casarse. Como leéis.
Se trata de un estudio llevado a cabo por la propia red social y por la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh (Estados Unidos). A mí me suena a que se están mezclando churras con merinas, pero la investigación justifica (o lo intenta) esta conclusión. Porque aunque el titular haya sido este en algunos medios, realmente los datos que permiten extraer semejantes conclusiones son mínimos.
Lo que sucede es que el uso de la más popular red social proporciona al usuario interacciones con amigos y familia, unas relaciones que se cuidan y que pueden proporcionarnos sentimientos de satisfacción similares a los que nos abordan al tener un bebé o al casarnos. ¿Pero tan inmensa felicidad, como ha saltado en los titulares?
Pues parece ser que para algunos, sí... pero para muy pocas personas como para extraer conclusiones y afirmar esta cuestión categóricamente (aunque bastaría con un poco de sentido común y haber pasado por ello para ver que no, no es lo mismo). Además, no hemos de confundir la felicidad de tener un bebé (y que te feliciten muchísimo en Facebook por ello) a la felicidad de cualquier comentario en la red social.
La felicidad no la da el número de comentarios
El estudio, publicado en la revista "Journal of Computer-Mediated Communication", es el resultado de la investigación de las cuentas de Facebook y la actividad de cerca de 2000 usuarios de esta red social de 19 países a lo largo de tres meses. La edad media de los usuarios, bastante activos en Facebook, era de 46 años. Se intentaba comprobar cómo las distintas interacciones les proporcionaban bienestar psicológico.
Siguiendo también la actividad de seis amigos cercanos de cada participante, los investigadores encontraron que no cualquier actividad de Facebook da a la gente unos sentimientos cálidos de bienestar, sino específicamente los comentarios o mensajes procedentes de conexiones más próximas y personalizadas en Facebook.
En este sentido apunta el título de la investigación: "La relación entre el uso de Facebook y bienestar depende del tipo de comunicación y la fuerza del vínculo". Y es lo que se comprueba y lo que parece obvio: que cuanto más contacto tengamos con nuestros amigos más próximos, más felices estamos (y seguro que esto vale también para otras redes, para el teléfono e incluso para cuando nos vemos a cara a cara).
La autora principal del estudio (científica de investigación en Facebook) aseguró que tanto los mensajes privados como los públicos pueden asegurar el bienestar del destinatario, si provienen de esos amigos próximos, que nos recuerdan las relaciones importantes en nuestras vidas (como ya he dicho, seguro que quedar con ellos a tomar algo cuando se pueda también aumenta nuestro bienestar).
Pero unos simples comentarios no dan la "felicidad". Para alcanzar ese hito de sentirte como si hubieras sido madre o padre (o como el día de tu boda) hay que obtener más comentarios que tus amigos cercanos (¿quién va comparando las interacciones de unos y otros?), en concreto unos 60 comentarios más de promedio. Es lo que les sucedió a unos pocos usuarios que, o bien habían tenido un bebé (o a los que se sumó un nuevo miembro en la familia, sobrino...) o los que se habían casado a lo largo de esos tres meses. Recibieron muchos más comentarios y se sintieron felices (¿qué lleva a qué?).
Pero fue muy poca gente la que atravesó por esas circunstancias (menos del 5% del total) y no se encontró una relación directa causa-efecto, ni tampoco sabemos cómo midieron esa felicidad, qué tipo de usuarios escogieron (con hijos, casados...) o cómo eran las encuestas, por lo que las lagunas son inmensas y sin conclusiones claras.
De hecho, otro de los acontecimientos vitales que también daban satisfacción en Facebook era la muerte de un familiar (por los mensajes de apoyo). Lo que os decía, churras y merinas... Y es que, entonces, el titular podría haber sido: "Facebook da la misma felicidad que cuando se te muere un familiar". Pero aquí nuestros circuitos hubieran soltado chispas...
Lo que parece claro es que este estudio deja de lado otros lados menos positivos del uso de la red social (no olvidemos que Facebook también participa en él), como el hecho de la soledad que se esconde detrás de determinados usos, las inseguridades o el aumento de la tendencia a la depresión o ansiedad cuando no todo funciona como deseamos en la red... Y es que muchos otros estudios, a los que tal vez este quiera contrarrestar, apuntan que el uso de Facebook puede hacer que la gente se sienta más deprimida.
En definitiva, yo me quedo con que Facebook entretiene, divierte en ocasiones, te sirve para contactar con gente a la que habías perdido el rastro... pero no da la felicidad. Mejor buscarla en otra parte y tampoco tiene que ser con hijos o con una boda. Quien sabe lo que se siente al ver por primera vez a tu bebé difícilmente puede compararlo a lo que nos da una red social, por muchas interacciones y likes que tengamos.
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