Los animales tenemos un componente de agresividad que hace que ante algún peligro activemos cierto instinto violento, pero, como humanos, afortunadamente contamos con unos cuantos grados de evolución y consciencia para controlar esos impulsos, racionalizarlos e intentar solucionar los conflictos de otros modos distintos a "los puños" y los gritos.
Pero resulta que hasta los chimpancés tienen recursos para resolver los conflictos sin emplear la violencia, ¿vamos a ser menos las personas? Uno de nuestros retos como padres consiste en resolver los conflictos con nuestros hijos de modo racional, porque será como ellos aprendan a hacerlo así.
Sería muy complicado explicarle a un pequeño que no se pega a otro niño porque quiere el mismo columpio que él si nosotros le hemos pegado un cachete a él por cualquier otra razón. A mí misma me desmonta toda lógica.
No se trata de eliminar el conflicto, el problema, esos siempre van a estar ahí, cuando observamos la naturaleza, los conflictos están generalmente bien integrados en las sociedades, y lejos de separar, parece que contribuyan a su fortaleza. En sociedades de naturaleza cooperativa no conviene alejarse demasiado del "oponente".
Los chimpancés pueden llegar a ser muy agresivos, pero también poseen habilidades excepcionales para la evitación y la resolución de los conflictos. Como animales sociales que son, hay una prioridad en sus vivencia: devolver la estabilidad al colectivo.
En situaciones "límite" de convivencia masificada y forzada, los primates aprenden a potenciar las actividades sociales y a reprimir la violencia. Estos animales también poseen diversas estrategias de acercamiento al contrario y de muestras de acercamiento y reconciliación.
Con lo difícil que nos cuesta a los humanos casi siempre pedir perdón o reconocer nuestros errores... Algo que, por cierto, yo practico mucho más desde que tengo hijas.
Es cierto que en las redes sociales de los mamíferos hay fuertes factores que contienen la violencia, aunque en la mayor parte de las ocasiones, muchas de las conductas que identificamos como agresivas en los animales tienen un carácter preventivo y están dirigidas a evitar la confrontación directa.
Y eso que no cuentan con una herramienta tan valiosa como el lenguaje, ¿qué no podremos hacer las personas para intentar resolver los conflictos con nuestros hijos sin agresividad?
Seguirá habiendo problemas, seguirá habiendo enfrentamientos, el conflicto en sí no es malo. Los choques serán con ellos, con otros adultos, y de nuestros hijos con otros niños y con otros adultos en el futuro, y harán lo que les hayamos enseñado a hacer para resolverlos.
No pensemos que "el bien y el mal" les van a quedar claros a nuestros hijos a la primera de cambio. Harán falta muchos conflictos, muchos problemas, muchas charlas, muchas repeticiones, muchas reflexiones... y al final, resolviendo los enfrentamientos sin violencia y ayudándoles a que los resuelvan así, seremos más personas y un poco menos animales. Los cachetes no aceleran el proceso y lo irracionalizan.
Vía | Somos primates Foto | Rennett Stowe - CC Flickr En Bebés y más | Me molesta que los padres peguen a sus hijos, “Esto se ha hecho toda la vida y no nos ha pasado nada" (I), La ministra de educación en contra del castigo físico, Erradicar el castigo físico