Una noticia más que sorprendente es la que nos llega de un estudio de la Universidad de John Hopkins de Baltimore (EE.UU), en el que desvelan que hay padres que utilizan la selección de embriones para que sus hijos tengan el mismo defecto genético que ellos.
Si la manipulación genética para tener hijos perfectos levantó polémica, no podemos ni llegar a imaginar (a parte de dónde tienen la cabeza y el corazón estos padres) la que puede levantar esta actuación que se podría considerar egoísta.
El informe indica que "Algunos de los futuros padres han realizado este proceso para seleccionar un embrión con una enfermedad o incapacidad determinada, como la sordera, para que el bebé puede compartir esa característica con los padres". De la investigación realizada en 186 clínicas con un total de 3.000 diagnósticos genéticos preimplantacionales, cuatro reconocieron haber implantado embriones con algún defecto por petición de los futuros padres.
Con esta técnica el embrión es examinado para identificar si tiene algún defecto genético, y hasta hace poco, los que lo presentaban eran desechados, pero parece ser que hay padres que defienden la libertad de poder tener hijos de su misma condición.
El doctor Jaime Grifo de la Universidad de Nueva York es partidario de que los padres tengan esta opción, asegura que "Los padres tienen mucho que decir en este asunto, y deberían tener la libertad de tomar sus propias decisiones sobre cómo quieren desarrollar su vida reproductiva, en vez de dejarlo en manos de un legislador".
Sinceramente, nosotros pensamos que está muy equivocado, tampoco vamos a decir palabras tan crudas, pero que pueden dar que pensar, como las de la publicación de Slate en su artículo "Viejos miedos: bebés de diseño. Nuevos miedos: bebés deformes", que lo califica como “una deliberada mutilación de los niños”, pero se está dando la vida a una persona negándole la posibilidad de oír, de no padecer enanismo, etc.
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