Nuestros niños se enfrentan a jornadas escolares tan largas como la laboral del adulto desde bebés, deberes, extraescolares, comedor, socialización impuesta, competitividad. Sus padres no tienen tiempo para ellos y apenas les prestan atención agobiados por mil quehaceres y preocupaciones. Los niños se sienten solos y son presionados para cumplir expectativas adultas que en nada les benefician a la larga. ¿Hacia donde corremos? ¿Hacia donde les hacemos correr?
Los adultos han secuestrado la infancia de los niños. El impulso de modelar a los hijos con un celo sobrehumano, la llamada "hiperpaternalidad", evidencia el fracaso del modelo infantil actual. Es lo que el autor de 'Elogio de la lentitud' defiende en su nuevo libro, 'Bajo presión': Y se pregunta, en un artículo para El País Semanal, qué significa ser niño y ser padre en el siglo XXI.
Más información | El Pais, El triunfo de la lentitud. En Bebés y más | Maternidad slow