Dormir en el embarazo puede convertirse en un suplicio a veces, especialmente en el último trimestre cuando el tamaño de la barriga nos impide encontrar una posición cómoda. Damos vueltas en la cama buscando la mejor postura para lograr un buen descanso, pero ¿cuál es la mejor posición para dormir en el embarazo? ¿Hay una mejor que otra? La respuesta es sí, la hay. Os contamos cuál es y por qué.
Mejor sobre el lado izquierdo
Los expertos recomiendan dormir sobre este lado por razones médicas. Sobre el lado derecho está situada la vena cava, la mayor vena del cuerpo por la que circula un importante caudal de sangre. Al acostarnos sobre el lado izquierdo evitamos la presión del peso del cuerpo sobre esta vena, favoreciendo la irrigación de la sangre hacia la placenta y aportando mayor cantidad de oxígeno y nutrientes para el bebé.
Lo más aconsejable es tumbarse en la cama sobre el lado izquierdo manteniendo en la misma dirección y ángulo los hombros y la cadera para mantener relajados los músculos de la columna vertebral.
Si bien no se puede decir que dormir sobre el lado derecho sea perjudicial para el bebé, pues no hay aún estudios concluyentes que lo avalen, dormir sobre el lado izquierdo en el embarazo, parece ser la mejor opción, si es que la embarazada lo tolera.
¿Y boca arriba?
Al tumbarse la embarazada boca arriba, todo el peso del útero recae sobre la espalda, los intestinos y la vena cava inferior, que como mencionábamos antes es la responsable de devolver al corazón la sangre que procede de la parte inferior del cuerpo.
Dormir de esta manera durante un tiempo prolongado estando embarazada puede intensificar los dolores de espalda, así como favorecer algunas dificultades digestivas, especialmente el estreñimiento o las hemorroides (dificultad de movimiento intestinal, inflamación...).
Incluso hay un estudio que señala que podría ser peligroso dormir boca arriba durante el último trimestre en un embarazo de riesgo. Los autores señalan que dicha postura aumenta el estrés del feto y ello podría contribuir al riesgo de muerte fetal en mujeres con trastornos subyacentes.
Las almohadas, tus mejores aliadas
Sin duda pueden ser de gran ayuda, así que ármate de un par de almohadas extra, además de la que utilizas para apoyar la cabeza. Tumbada sobre el lado izquierdo, coloca una almohada de suficiente espesor entre las rodillas, flexionando la pierna que está encima de la almohada.
También puedes colocar una pequeña almohada por debajo del vientre para evitar así la distensión de los ligamentos del útero que suelen generar molestias.
Hay embarazadas que duermen colocando una tercera almohada sobre el pecho para también mantener relajados los hombros. Como las almohadas pueden descolocarse, hay almohadas corporales gigantes para embarazadas, generalmente en forma de U, que rodean el cuerpo de la madre y que colocándola entre las piernas permite apoyar la barriga y el pecho a la vez que sirve para apoyar la cabeza. Son muy práctica y una vez que nace tu bebé podrás seguir utilizándola.
Esperamos que os sirvan nuestros consejos y que logréis un buen descanso en el embarazo.
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