Decir que los humanos somos los únicos “animales” que tropezamos dos veces con la misma piedra es una gran verdad y podríamos incluso añadir, hasta tres. En ocasiones, cuando una mamá ha tenido algunos problemas durante el embarazo causados por el tabaco, un nacimiento prematuro, el nacimiento de un bebé muerto o la temida muerte súbita, no ha sido un impedimento de consistencia para que en un segundo embarazo, la futura mamá tenga en cuenta los problemas acaecidos durante el primer embarazo y automáticamente deje de fumar.
Esto es lo que se desprende de un estudio elaborado por el Doctor Sven Cnattingius y su equipo del Karolinska Institutet, localizado en Estocolmo (Suecia). Realizaron un estudio a casi 100.000 mujeres que tuvieron dos embarazos y que fumaban cuando durante la primera gestación. Los datos son tan lamentables que nos remitimos a la conclusión con la que hemos iniciado el post, hasta un 70% de las mujeres que fumaron durante el primer embarazo, lo hicieron durante el segundo. Además, al parecer está relacionado el nivel cultural con esta situación, ya que los investigadores indican que las mamás con menor educación y las que eran más jóvenes recaían nuevamente en el hábito de fumar, las grandes fumadoras lo hacían también, aunque de estas últimas se podría esperar por el arraigo que presenta en ellas el hábito de fumar.
Tener complicaciones en el embarazo a causa de algún hábito no saludable debería ser una motivación de peso para no recaer nuevamente en el mismo problema, no estamos hablando de temas banales o meros problemas, estamos hablando de un riesgo potencial para una nueva vida. Es necesario realizar mayor hincapié en todo lo que se encuentre relacionado con la salud del futuro bebé, mayor concienciación de las posibles consecuencias y un gran aplomo para reconocer y cambiar el modo de proceder.
Más información | Doyma Más información | American Journal of Obstetrics and Gynecology (Volumen 195, tema 6, Páginas 1680-1686)