Ha finalizado el curso escolar para los estudiantes españoles, y por fin comienzan las ansiadas vacaciones estivales. El verano es época de disfrutar, descansar y de olvidarse por un tiempo de los deberes y los estudios.
Pero en Bebés y Más creemos que hay ciertos "deberes" que todos los niños, con independencia de la edad que tengan, deberían hacer en verano . Nosotros los hemos recogido en una lista que os invitamos a guardar y repasarla con vuestros hijos para ponerlos en práctica durante las vacaciones.
¡Seguro que estarán encantados de hacerlos y de disfrutar y aprender con cada una de estas experiencias!
Conectar con nuestros seres queridos
Ha sido un año en el que ha primado el distanciamiento social, los grupos burbuja y las celebraciones de festividades a través de una pantalla. Todos hemos echado de menos a nuestros familiares y amigos (los niños son, quizá, quienes más lo han acusado), y aunque nos hubiera encantado disfrutar de su compañía en más ocasiones, ha tocado ser prudentes.
Pero por fortuna, vamos avanzando poco a poco en recuperar la normalidad que teníamos antes de la pandemia, y aunque no hay que bajar la guardia, con la vacunación a buen ritmo y el fin de las mascarillas en exteriores, es tiempo de recuperar los abrazos y la compañía física de nuestros seres queridos, siempre con las debidas precauciones.
Hacer un diario de verano
El verano de 2021 puede ser muy especial, y para no olvidarnos ni un solo detalle de todo lo que vamos a vivir, nada mejor que escribir un diario de recuerdos. Basta con comprar o elaborar un álbum de hojas en blanco que iremos rellenando conforme avancen nuestras vacaciones.
Las entradas de ese espectáculo que tanto nos gustó, un sobrecito con un puñadito de la arena de playa en la que nuestros hijos han jugado, unas conchas, una postal, unas fotos divertidas, la letra de la canción que no hemos parado de bailar... ¡Seguro que os encantará revivir esos recuerdos una y una otra vez!
Ver una puesta de sol y un amanecer
Una de los espectáculos más sobrecogedores que nos regala la naturaleza es contemplar la puesta de sol y el amanecer; dos momentos especialmente impresionantes cuando se observan desde un sitio privilegiado como la montaña, la playa o un mirador en medio de un paraje natural.
Si tenéis la suerte de pasar vuestras vacaciones en uno de estos entornos, no dejéis de admirar con vuestros hijos cómo se oculta el sol y cómo sale por la mañana. Por una cuestión de horarios, quizá no sea posible ver amanecer con los más pequeños, pero si tenéis niños más mayores merece la pena madrugar y disfrutar de este impresionante regalo para los sentidos.
Contemplar el cielo estrellado
Las noches de verano son perfectas para contemplar la inmensidad del cielo estrellado e incluso aprender a identificar las diferentes constelaciones. Es increíble como un gesto tan sencillo y cotidiano como mirar al cielo, puede descubrirnos tantos detalles sorprendentes cuando ponemos todos nuestros sentidos e interés.
En agosto, durante la festividad de San Lorenzo, las noches de verano nos regalan un espectáculo aún más increíble si cabe: el de las perseidas o estrellas fugaces. No dejéis pasar la oportunidad de disfrutar de este momento único y maravilloso que seguro que queda grabado en la mente de los más pequeños.
Activar nuestros cinco sentidos
Podríamos decir que durante el curso vamos con "el piloto automático encendido"; es decir, engullidos por la vorágine del día a día, dejamos escapar cientos de detalles que se suceden a nuestro alrededor y que nutrirían nuestros sentidos si tuviéramos la oportunidad de parar y conectar.
El verano nos ofrece esa oportunidad y es importante aprovecharla.
Activa tus sentidos: siente como la arena de la playa se desliza entre los dedos mientras juegas con ella; inspira profundamente el olor que desprenden los árboles cuando hagáis una excursión a la naturaleza; escucha atentamente el revolotear de los insectos o el piar de los pájaros; observa la paleta de colores que conforman el mar en calma; saborea en tus labios el salitre del mar...
En definitiva, conectad con vuestro cuerpo y disfrutad de las experiencias que os permite vivir a través de los sentidos.
Dejarnos engullir por las páginas de un buen libro
Los libros no deberían faltar nunca en nuestras vidas, y menos aún en la de nuestros hijos. Leer da vidas extra, nos permite soñar, disfrutar de historias increíbles y viajar sin movernos del sillón.
Este verano, encuentra tu libro perfecto y déjate atrapar por sus personajes, su trama y su mundo. Y es que no hay mayor privilegio en verano que disfrutar de una buena lectura; una de esas lecturas que marcarán tus vacaciones y no olvidarás jamás.
Hacer una noche de sacos
Uno de los planes imprescindibles si tienes un jardín o terraza grande en casa es hacer con tus hijos una noche de sacos. Los niños recordarán para siempre esa experiencia como algo único, diferente y especial. Podéis amenizar la velada con canciones, historias y picnic nocturno, como si de un auténtico campamento de verano se tratara.
Pero si no tienes jardín o terraza en la que acampar, tu noche de sacos puede ser igual de divertida en el salón de casa. Cread una tienda de campaña o tipi, adornarla con una guirnalda de luces, haced un teatro de sombras chinescas, leed cuentos y sacad el máximo partido a esta experiencia tan entretenida y peculiar.
Permitir que los niños se ensucien, cocinen y aprendan
La cocina es fuente de aprendizaje para los niños y siempre que tengamos la oportunidad es bueno que hagamos partícipes a nuestros hijos de los platos y recetas que elaboramos. Durante el curso quizá es más difícil encontrar tiempo para cocinar con calma y disfrutar de la experiencia, pero eso puede cambiar en vacaciones.
Helados caseros, bizcochos, platos sencillos, recetas refrescantes... pide a tus hijos su colaboración y aprovechad las vacaciones para compartir ratos de cocina en familia, fomentar su autonomía y aprendizaje y dejarles sacar al chef que llevan dentro.
Bailar y cantar todo el rato
Siempre he pensado que una vida sin música es una "vida coja". Por eso, uno de los deberes obligados para este verano es elaborar en familia una play list de música que os guste y conformar la banda sonora de vuestro verano.
Géneros variados que den gusto a todos, canciones alegres, divertidas y refrescantes de esas que te alegran el día, te animan a cantar a pleno pulmón y hacen que los pies se muevan sin descanso. Bailar y cantar es divertido, nos ayuda a liberar tensiones y a desinhibirnos: ¿puede haber "deberes" más divertidos que estos?
Pintar un cuadro
Los niños son artistas en potencia, pero no siempre tienen la oportunidad de sacar al genio creativo que llevan dentro. Por eso, uno de los deberes obligados para este verano es comprar un lienzo, un caballete y un estuche de pinturas y dejarlos experimentar.
Ya sea con los dedos o con pinceles, permite que tus hijos den rienda suelta a su imaginación. El cuadro no tiene por qué quedar terminado en un día ni en dos. Puede llevarles incluso todo el verano hacerlo, pues seguro que cada día encuentran nuevos detalles y matices que incluir y con los que nos sorprenderán.
Permitir que los niños tengan tiempo para aburrirse
Y no queremos cerrar nuestra lista de recomendaciones de "deberes" para el verano sin una actividad primordial: permitir que los niños se aburran.
Y es que en ocasiones, los padres nos podemos llegar a obsesionar planificando la agenda de nuestros hijos en vacaciones para que se diviertan a cada instante y no se aburran ni un segundo. Aunque en algunos momentos el clásico "¡mamá, me aburro!" puede llegar a desquiciarnos, es importante saber que el aburrimiento es sano y beneficioso para los niños, pues les ayuda a poner a prueba su creatividad y sacar al genio que llevan dentro.
En cualquier caso, si necesitan un empujoncito para salir del aburrimiento, podemos proponerles actividades con disfraces, representaciones teatrales, juegos de roles e imitación, juegos de construcciones, manualidades, experimentos caseros, juegos que les permitan explorar en la naturaleza, juegos sensoriales...