Los juegos de escape están de moda, y no solo empiezan a ser una de las opciones de ocio preferidas por las familias, sino que varios colegios de España los están incorporando a sus aulas como una forma de mejorar el aprendizaje de sus alumnos.
Y es que este tipo de actividad, en donde el trabajo en equipo y la toma de decisiones a contrarreloj cobran especial importancia, tiene múltiples beneficios para los niños. ¡Seguro que cuando te los contemos todos, no se te ocurrirá plan de ocio mejor para disfrutar con tus hijos!
Es un plan original
Cuando decidimos hacer un plan en familia se abre ante nosotros un amplio abanico de posibilidades: desde juegos de mesa, hasta practicar actividades deportivas o cocinar. Cualquier plan es estupendo para pasar tiempo juntos, si bien los escape room (tanto en vivo, como en formato de juego de mesa) suponen una alternativa especialmente original.
A la novedad de participar por primera vez en este tipo de juegos, se suma la expectación y la emoción de descubrir algo nuevo que, sin ninguna duda, atrapará la atención de todos por su dinámica ágil y divertida.
Mejora la concentración y atención
Los juegos de escape ponen a prueba la concentración y atención de los participantes desde el mismo momento en que el reloj marca el inicio de la partida. Cualquier detalle puede ser crucial para resolver un enigma, por lo que no debemos pasar nada por alto.
Quizá al principio, el niño (¡y el adulto!) se sienta aturdido y no sepa por donde empezar a resolver el misterio que se le plantea, pero la concentración ayudará a eliminar ese bloqueo mental y a estar alerta ante cualquier indicador que pueda ayudar a la resolución final.
Propicia el uso del pensamiento crítico
El escenario al que se enfrentan los participantes de un escape room es inicialmente confuso y caótico. Tan sólo hay una cosa clara: el reloj juega en contra. A partir de ahí, todos los miembros del equipo deberán encontrar pistas y resolver enigmas que les ayuden a escapar.
Es por ello, que los juegos de escape son considerados como una excelente forma de fomentar el pensamiento crítico y el razonamiento deductivo, ya que el niño debe enfrentarse a situaciones y pistas que tendrá que descartar o aprovechar, al tiempo que promueve sus habilidades cognitivas para la resolución de acertijos.
Favorece la creatividad y la imaginación
Antes de comenzar a jugar a un escape room es importante saber en qué situación ficticia nos vamos a encontrar, qué enigmas debemos resolver y qué papel tenemos que adoptar. En algunas ocasiones seremos detectives o policías, en otras científicos, en otras investigadores... ¡Lo importante es meterse de lleno en la historia!
Y una vez dentro del juego, aunque este tenga unas determinadas normas que debemos cumplir, los participantes son libres de dar rienda suelta a su imaginación y creatividad y fomentar libremente su personalidad.
Fomenta el trabajo en equipo
Trabajar en equipo es una de las habilidades imprescindibles que todos deberíamos tener, y que cada vez más colegios deciden incorporar en sus métodos educativos.
Los juegos de escape son una excelente forma de potenciar el trabajo en equipo, puesto que la dinámica de la actividad consiste en resolver juntos una serie de enigmas que nos ayuden a salir de la habitación en la que estamos encerrados antes de que el tiempo se agote.
Por lo general, los escape room suelen admitir entre cuatro y seis jugadores, aunque también los hay que cuentan con la participación de grupos más numerosos. Pero en todos ellos es clave escuchar a tus compañeros, colaborar y buscar juntos una solución al enigma que se plantea.
Fortalece la autoestima y motivación
Como venimos diciendo, los escape room son juegos colaborativos en donde todos los miembros del equipo deben aportar y trabajar juntos. Esto hace que el niño se sienta integrado dentro de un grupo y tenido en cuenta cuando manifieste su opinión, lo que ayudará a fortalecer su autoestima.
Además, el hecho de ir resolviendo pistas y acertijos contribuirá a que el niño se sienta orgulloso de los logros de su equipo, y especialmente motivado para seguir trabajando en grupo y lograr salir de la sala antes de que el tiempo se acabe.
Así lo explica Joan Arnedo, profesor y director del Máster universitario de Diseño y Programación de Videojuegos de la Universidad Oberta de Catalunya:
"El juego, entendido como la resolución de un reto con el único propósito de la satisfacción de haber sido capaz de hacerlo, ha sido una herramienta para aprender desde siempre. A las personas nos encanta resolver retos y ver la manera de encontrar soluciones dadas unas restricciones artificiales"
Mejora el autocontrol
Los escape room son juegos a contrarreloj, en donde el equipo debe trabajar unido para resolver una situación antes de que el tiempo se agote. La observación, la concentración y la toma de decisiones consensuada y reflexionada contribuye a lograr un mayor autocontrol.
Y es que en este tipo de actividades, las conductas impulsivas no tienen cabida, y es importante no dejarse llevar por los nervios y la presión del tiempo, y dejar aparcado el estrés y la ansiedad.
Promueve las habilidades sociales
Aunque el desarrollo de las habilidades sociales en los niños se va consiguiendo mediante la observación, la imitación y la interacción continua con los adultos, este tipo de actividades de ocio también son una excelente forma de promoverlas, porque:
Al ser un trabajo en equipo y de cooperación, el niño debe aprender a escuchar de forma activa las opiniones de todos los participantes, y a tenerlas en cuenta.
La dinámica del juego anima a los niños a expresarse y a manifestar sus ideas y opiniones.
Ante el intercambio de opiniones entre todos los miembros del equipo, se refuerzan otras habilidades sociales como la empatía, la tolerancia, el respeto por el turno de palabra, la asertividad, la comunicación...
Así lo explica Amalia Gordóvil, profesora de Psicología de la Universidad Oberta de Catalunya:
Nos ayuda a descubrir sus habilidades y talentos
Durante el juego los niños se muestran tal y como son, y la información que nos aportan es realmente valiosa a la hora de detectar sus virtudes, habilidades y aptitudes. Estas son algunas de las destrezas que se requieren a la hora de participar en un escape room:
Los sentidos se agudizan y todo cobra importancia, desde sonidos, hasta sensaciones olfativas, táctiles y por supuesto estímulos visuales.
En ocasiones hay que resolver puzzles, o probar llaves y códigos que requieren de una gran precisión y coordinación ojo-mano.
Memorizar códigos y soluciones es fundamental.
Algunas pruebas pueden requerir de cierto movimiento que implique equilibrio y coordinación.
Al ser un juego de equipo, cada uno de los miembros adquirirá un determinado rol en función de sus habilidades, y el cómputo de las destrezas de todos los miembros será lo que ayude a la resolución de la actividad.
Ayuda a fortalecer vínculos
Y ya por último, pero no por ello menos importante, recordemos que cualquier actividad que compartamos y disfrutemos con nuestros hijos servirá para fortalecer nuestro vínculo con ellos, mejorar las relaciones y conocernos mejor a través de las emociones y sentimientos.
Jugar en familia es divertido y relajante. Nos hace sentir bien, reírnos, disfrutar de un ambiente distendido y mejorar nuestro estado de ánimo. Y todo ello gracias a las endorfinas, las hormonas de la felicidad que el cuerpo segrega ante emociones placenteras.
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