Ser padres no es fácil. Obviedad, lo sé, pero una obviedad necesaria para servir de marco a la siguiente afirmación: Ser padres, tener hobbies y querer que la pasión por ellos se perpetúe de alguna manera en nuestra prole, es aún más complicado. Con la lectura —cómics y novelas—, los juegos de mesa y el cine como filias personales que intentar compartir con mi pequeñaja de cuatro años, saber qué poder acercarle en cada momento es una constante prueba por cuanto, entre las infinitas decisiones que como progenitores hemos de tomar al cabo de un día, quiero pensar que muchas de ellas se fundamentan en evitarle a nuestros hijos experiencias no adecuadas a su edad.
Y si con la lectura o los juegos dichas decisiones están perfectamente definidas, cuando hablamos de cine comienza a abrirse un abismo de subjetividad en el que resulta extremadamente sencillo bien terminar perdiéndose, bien acabar sepultado en preguntas mil acerca de si esta o aquella escena de tal o cuál película será adecuada al cien por cien para esos ángeles que iluminan nuestros días. Una disquisición ésta que, para colmo, ha ido adquiriendo tintes cada vez más caleidoscópicos en las últimas décadas hasta tal punto que hemos pasado de aquello a lo que mis padres tuvieron que enfrentarse hace treinta años a eso a lo que nosotros hemos de hacer frente hoy.
El cine, la Navidad y los papás
A principios de los ochenta el cine se veía acudiendo a las salas de cine. La información que había acerca de un estreno no era abundante —máxime si eras un aficionado de fin de semana— y el control sobre lo inadecuado de una producción quedaba casi limitado a tener que sacar a tu hijo de la proyección si veías algo que te parecía poco recomendable para su edad. Treinta años después, el acceso ilimitado a la información de internet no ha mejorado mucho las cosas en lo que a información se refiere por el mal uso en términos generalizados que suele hacerse de la misma, pero lo que sí ha cambiado de forma rotunda es la facilidad con la que nuestros pequeños pueden asomarse a contenido audiovisual indiscriminado.
Un hecho éste que, por encauzar allí hacia donde va dirigida esta entrada, hace hoy más necesario que nunca el tener cierto control sobre los vídeos de Youtube a los que se va acercando la generación "tablet" y que podemos vigilar de manera más efectiva en festividades prolongadas como aquellas en las que estamos ahora mismo inmersos, unas Navidades que siempre se antojan propicias para sentarnos con los más pequeños de la casa en la comodidad de nuestro sofá y ver junto a ellos filmes sobre los que podamos tener una doble certeza: la de la corrección para su rango de edad y, por supuesto, la de la calidad.
A este fin, y centrándonos de forma exclusiva en lo que a cine navideño se refiere —mi compañero Juan Luis Caviaro ya redactó el otro día lo mejor que el cine para niños ha ofrecido durante 2015— vamos a repasar en dos entradas diferentes los que consideramos los mejores títulos para poder ver, ya hasta seis años, ya a partir de seis años. Dos listas concisas y no muy extensas que esperemos os sean de utilidad y guía para los días que todavía nos separan de la reincorporación de los peques al normal discurrir del curso escolar.
Películas de Navidad para menores de 6 años
1. A Charlie Brown Christmas
Con Snoopy en las carteleras desde el pasado viernes —en una cinta genial que, no obstante, resulta mucho más recomendable para los adultos amantes de la animación que para los "enanos"— echamos la vista atrás, a 1965, para fijarnos en este especial de televisión de 25 minutos emitido originalmente por la CBS que, al menos al otro lado del charco, es una auténtica institución de los fastos que sirven para cerrar cada año con emisiones que en los últimos tiempos se hacen hasta en dos ocasiones a lo largo de las celebraciones navideñas.
De animación muy ajustada a los dibujos originales de Charles Schulz y una banda sonora de corte jazzistico, el guión de 'A Charlie Brown Christmas' sigue a un Carlitos deprimido ante la proximidad de las vacaciones navideñas y es un vehículo para una magnífica reflexión crítica acerca de la excesiva comercialización de la Navidad, recordando a todos a través de la elocuencia de su mensaje el verdadero significado de la misma.
2. Rudolph, el reno de la nariz roja
No nos movemos de la "caja tonta" —aunque ya de caja tienen poco las enormes pantallas planas que decoran nuestros salones— para dar cuenta de otra institución televisiva estadounidense que lleva emitiéndose de forma ininterrumpida cada nueva Navidad desde su primera incursión en los hogares yanquis en 1964 y que, de la misma manera que 'A Charlie Brown Christmas', tiempo ha abandono su único pase anual para ser televisado en más de una ocasión durante esta época del año.
Responsabilidad de Rankin-Bass, una compañía de animación que durante los ochenta sería responsable de títulos como 'El vuelo de los dragones' ('Flight of Dragons') o 'El último unicornio' ('The Last Unicorn'), 'Rudolph, el reno de la nariz roja' es un relato lleno de candor y buenos sentimientos que narra la historia de un reno de nariz encarnada que busca su lugar en un mundo que se burla de él por lo llamativo de su apéndice. Filmado con la técnica stop-motion, estos escasos cincuenta minutos son de obligado visionado para todo niño.
3. How the Grinch Stole Christmas!
Seguimos en la televisión —desafortunadamente, la gran pantalla no ha sido especialmente prolífica en títulos navideños adecuados para los niños de educación infantil— y lo hacemos con otro de esos especiales que los infantes americanos se saben de memoria. Quizás muchos lo que recuerden al oir el nombre de Grinch es la muy olvidable película protagonizada por Jim Carrey en el año 2000, pero la adaptación del relato del Dr.Seuss que a nosotros nos interesa es la que fue dirigida en 1966 por esa institución de la animación llamada Chuck Jones.
Responsable de la creación de algunos de los personajes más famosos de los "Looney Tunes" —entre ellos de mi adorado Wile E.Coyote— y director de muchos de los mejores episodios que protagonizaron Bugs Bunny, el Pato Lucas y compañía, Jones se hacía aquí cargo de poner en imágenes en movimiento al desagradable Grinch, un personaje verde y con un corazón de "dos tallas menos" cuyo odio hacia la Navidad provocará que intente arruinársela a los habitantes del pueblo que se encuentra cerca de su casa. Calificar a estos 25 minutos de clásicos es, probablemente, quedarse cortos.
4. Los Teleñecos en cuentos de Navidad
Si hasta ahora he hablado de instituciones televisivas de la Navidad estadounidense, de lo que deberíamos hablar aquí es de instituciones infantiles universales, una calificación que incluso podría llegar a ser pobre al referirnos a Gustavo, Peggy, Gonzo, Fozzie y todas las marionetas creadas en la factoría de ese genio llamado Jim Henson que conforman la habitual alineación de los Teleñecos. Unos personajes que forman parte del imaginario de muchas generaciones de televidentes y que, de cuando en cuando, se han atrevido a dar el salto a la gran pantalla con resultados desiguales.
De entre lo mejor de lo que los "Muppets" han protagonizado en el cine se encuentra una de las muchas adaptaciones que el séptimo arte ha llevado a cabo sobre la inmortal novela de Charles Dickens, 'Cuento de Navidad'. Con el ávaro Ebenezer Scrooge interpretado por Michael Caine y el resto de personajes de la novela recayendo en los muñecos que muchos adoramos desde siempre, 'Los Teleñecos en cuentos de Navidad' ('The Muppet Christmas Carol') es, probablemente, la mejor forma de introducirle a los más pequeños este relato sobre la bondad humana y el alcance de "el espíritu navideño".
5. Arthur Christmas: Operación regalo
Y terminamos esta pequeña selección con la que fuera una de las más agradables sorpresas cinematográficas que nos trajo 2014, una cinta que refleja con precisión, humor y mucho cariño la magia de las Navidades y que confirmaba que, cuando así lo quiere —que es casi siempre—, la productora británica Aardman puede hablarle de tú a tú, al menos en lo que a guión se refiere, a aquellas cintas que son consideradas el rasero de calidad indiscutible del cine de animación actual, las cintas de la Pixar.
Animada por completo mediante ordenador pero sin perder la muy reconocible personalidad que siempre ha acompañado a los filmes y cortometrajes de los creadores de Wallace y Gromit, la historia del hijo menos agraciado de Santa Claus y de su empeño por humanizar la asombrosa maquinaria en la que se ha convertido el trabajo de su padre es de esas capaces de arrancar todo tipo de reacciones del público, ya sea de aquél al que va "dirigido" ya, sobre todo, de unos padres que disfrutarán de lo lindo con una propuesta estimulante y tremendamente divertida.
Películas de Navidad para mayores de 6 años
Nos disponemos aquí a recopilar los títulos que podrán resultar más atractivos a los chavales que ya están en primaria y que comienzan a contar con las capacidades emocionales necesarias como para asumir reflexiones acerca de lo que les rodea que, en el caso de la Navidad, no se ciñan a la inocencia y el candor que ostentaban de forma mayoritaria la selección anterior.
6. Elf
Creedme cuando os digo que, como cinéfilo recalcitrante, jamás se me ocurriría recomendar una cinta protagonizada por Will Ferrell que no fuera la fabulosa 'Más extraño que la ficción' ('Stranger than Fiction'). Dicho esto, he de confesar que, aún contando con su irritante presencia, 'Elf' es una comedia navideña de buenos sentimientos que da gusto ver...y revisar. Y eso, viniendo de alguien que no puede ver al actor ni en pintura —por no hablar de Zooey Deschanel—, ya os debería dar una idea aproximada de esta producción firmada por Jon Favreau antes de que Marvel requiriera de sus "talentos" para poner en pie la primera entrega de 'Iron Man'.
Ferrell da aquí vida a un niño que terminó yendo a parar al Polo Norte en uno de los sacos de Santa Claus y que, criado por elfos, deberá volver a la civilización siendo ya un hombre para reencontrarse con su padre, un tipo sin escrúpulos. Lo mejor de la película, sin duda alguna, los ridículos momentos en los que la educación de Buddy, el personaje de Ferrell, choca de frente tanto con la sociedad moderna como con ese progenitor interpretado con su habitual sorna, por un estupendo James Caan y, por supuesto, la aparición de Peter Dinklage.
7. Pesadilla antes de Navidad
La vi con dieciocho años en el momento de su estreno en 1993, y desde entonces casi no ha pasado año que no haya vuelto a ella para seguir dando cuenta de la increíble magia que despliega esta producción dirigida por Henry Selick —que no por Tim Burton, que sólo hizo funciones de productor..y de alguna otra cosa más— en la que mediante un uso asombroso de las técnicas de animación por stop-motion se nos da a conocer uno de los mundos de las festividades estadounidenses, el de Halloween, un mundo oscuro, tétrico y lleno de criaturas de pesadilla en el que vive ese torrente de carisma llamado Jack Skellington.
Deprimido por no encontrar ya la alegría en la celebración de la festividad que da paso al mes de noviembre, Jack irá a dar con sus huesos a la tierra de la Navidad, urdiendo un descabellado plan para secuestrar a Santa Claus y sustituirlo como aquél que reparta a los niños sus regalos. Genialidad constante, animada por canciones inolvidables y por personajes asombrosos, 'Pesadilla antes de Navidad' ('Nightmare Before Christmas') es una de esas películas que, vistas con la edad adecuada, permanecerán para siempre en la memoria cinematográfica. Deseando estoy ya que mi hija tenga seis o siete años para poder ponérsela y que alucine como lo han hecho ya tantos y tantos niños...y no tan niños.
8. Solo en casa
Responsable del guión de tres de las producciones infantiles-juveniles más importantes de los años ochenta —a la que veremos algo más abajo habría que añadir las imprescindibles 'Los Goonies' ('The Goonies') y 'El secreto de la pirámide' ('Young Sherlock Holmes')—, en su faceta de director Chris Columbus también nos ha dejado algún que otro título de esos que, sin ser obras maestras imprescindibles, hay que ver al menos una vez en la vida con la edad adecuada. Y la edad adecuada para 'Solo en casa' ('Home Alone') es sin duda la de los ocho años que tiene el Kevin McCallister interpretado por Macaulay Culkin, un chaval cuya alocada familia deja atrás en una inmensa casa durante la Navidad.
Cumpliendo así el sueño de cualquier niño de quedarse solo en su hogar sin la "molesta" presencia de sus padres y hermanos, recuerdo perfectamente las risas que mi padre y yo nos echamos en el cine junto la platea al completo aquél año de 1990. Risas que, conforme avanzaba el metraje y hacían acto de aparición los "ladrones mojados" se convertían en incontenibles carcajadas mientras un niño poseído por el espíritu de McGyver les daba "para el pelo" a dos de los cacos más ineptos que ha conocido el cine.
9. Polar Express
Decidido a demostrar a todo el mundo que la animación por captura de movimiento era poco menos que el futuro al que estaba abocado el cine, Robert Zemeckis dejó de lado durante doce años el cine de imagen real para volcarse de lleno en las tres producciones que estrenó durante la primera década de este s.XXI: con dos de ellas destinadas, bien al público adulto —la visualmente fascinante pero irregular 'Beowulf'— bien a adolescentes entrados en años —la adaptación del 'Cuento de Navidad' dickesiano— es 'Polar Express' el primer experimento en el uso de la citada técnica que Zemeckis nos hizo llegar en 2004.
Con un guión que no pasa de lo anecdótico, alguna que otra canción metida con calzador y la tecnología dando su peor cara en los en ocasiones extraños movimientos de los personajes humanos —muchos de ellos encarnados por Tom Hanks— donde 'Polar Express' resulta más alucinante es en la auténtica montaña rusa que plantea el viaje el tren al polo Norte que realiza el tren que da nombre al filme. Un viaje que justifica —y es de las pocas películas que así lo hace— el visionado de la cinta en 3D y que atesora momentos capaces de quitar el hipo al más pintado.
10. El origen de los guardianes
Desde que arrancara su actividad a finales de los noventa, la división animada de Dreamworks ha intentado de forma denodada plantar cara a la indiscutible hegemonía de Pixar en el mundo de la animación digital con propuestas que se han saldado con todo tipo de resultados artísticos y comerciales. Y si bien en éste segundo término 'El origen de los guardianes' ('Rise of the Guardians') no tuvo nada que hacer contra 'Brave', la apuesta del estudio de Luxo Jr. de 2012, en lo que se refiere a historia, este relato que une a los "guardianes" de las festividades más reconocibles superaba, bajo mi punto de vista, a aquello que nos ofrecía la cinta protagonizada por la princesa Mérida.
No en vano, esta historia en la que el conejo de Pascua, el Hada de los Dientes, Sandman y Santa Claus se unen a Jack Frost para combatir a un ente que busca acabar con la felicidad de los niños del mundo, cuenta con muchos alicientes para para emocionar —y atemorizar en algunos momentos— y para dejar huella imborrable en los chavales que a ella se acerquen por lo mucho que les habla de la necesidad de no perder nunca de vista eso que hace de la niñez el período más importante de nuestras vidas: la imaginación.
11. Gremlins
Para cualquier cinéfilo que fuera niño durante los ochenta, 'Gremlins' es sin duda alguna uno de los puntales sobre el que se fundamentará su pasión por el séptimo arte. El que esto suscribe la vio con nueve años y el recuerdo que guardo de aquella primera vez en el cine asistiendo al despliegue de gamberradas constantes al que los mogwais sometían a Kingston Falls —un pequeño pueblo imaginario que homenajeaba al Bedford Falls de la cinta navideña por antonomasia, esa obra maestra llamada '¡Qué bello es vivir!'— es de esos que los treinta y un años transcurridos desde su estreno no han sido capaces de borrar.
Respaldada por Steven Spielberg, con guión de Chris Columbus, dirigida por Joe Dante y con una fantástica banda sonora compuesta por el maestro Jerry Goldsmith, sólo estos cuatro nombres hablarían ya de sobra de la calidad de una cinta que no ha perdido lustre con el paso del tiempo y que, revisada de forma constante en las tres décadas que han transcurrido desde su estreno, sigue sorprendiendo por la audacia con la que se apartaba del concepto de cine familiar más tradicional para ofrecer un divertimento lleno de sorpresas y giros muy inesperados.