¿Hay un plan más navideño que pasar un día en la nieve? A lo niños les encanta, y cualquier actividad en la que la nieve esté implicada será siempre un acierto seguro. Desde planes sencillos como hacer un muñeco de nieve, participar en una guerra de bolas o tirarnos al suelo y "hacer el ángel", hasta otros más ambiciosos como esquiar, lanzarnos en trineo o practicar snowboard.
¡Las posibilidades son infinitas cuando de lo que se trata es de vivir una inolvidable experiencia en familia!
Por eso, si durante estos días tenéis previsto viajar a algún destino nevado o hacer algún plan divertido en la nieve, te compartimos una serie de recomendaciones que hay que tener en cuenta para proteger a los niños y disfrutar de esta divertida actividad sin riesgo.
Usar gafas de sol adecuadas
Al igual que hacemos con el sol, es importante proteger los ojos de los niños de la nieve, pues las radiaciones ultravioletas se reflejan en la nieve hasta un 80% más que en otras superficies, lo que supone un riesgo para la salud visual.
Para ello hemos de elegir gafas adecuadas y homologadas, fabricadas con materiales seguros, hipoalergénicos e irrompibles, montura envolvente (que no permita que la luz penetre por los laterales) y con un filtro de protección de categoría 4.
Proteger su piel de los rayos ultravioletas
Tendemos a relacionar las quemaduras solares en la piel con el verano, pero las zonas de alta montaña y zonas nevadas son también especialmente peligrosas. Y es que la nieve actúa como un reflectante del sol, multiplicando el efecto perjudicial de los rayos ultravioletas.
Por eso es fundamental proteger la piel de las zonas expuestas (rostro, manos, cuello, orejas, nariz y labios) con una crema de protección solar con factor alto (preferiblemente SPF 50), al menos 30 minutos antes de salir de casa y aunque nos parezca que el día está nublado. Además, debemos repetir la aplicación de crema cada dos horas.
Hidratar la piel y los labios
Aparte del peligro del sol, la piel también sufre especialmente con el frío y el viento, pues se vuelve más seca y deshidratada. Es por ello que tras la jornada en la nieve hemos de aplicar una generosa capa de crema hidratante en la piel de los niños, prestando especial atención a las manos y al rostro.
Los labios también sufren mucho con el frío, pues son muy sensibles a las condiciones externas y es habitual que se agrieten, se sequen o presenten daños. Además, en los niños con tendencia atópica, la sequedad labial puede agravarse y extenderse también alrededor de la boca y la nariz.
Es fundamental utilizar con frecuencia un cacao protector, preferiblemente que incluya un filtro de rayos ultravioletas.
Vístele con ropa adecuada
Cuando vamos a la nieve hemos de elegir la indumentaria adecuada, que sea impermeable, aislante, transpirable y adecuada a su talla.
A la hora de vestir a los niños es mejor hacerlo por capas finas, de manera que puedan quitarse prendas de ropa si tienen calor y así evitar el exceso de sudor. En el caso de los bebés, deben llevar solo una capa más de ropa que la que llevamos los adultos.
En cuanto a las pantalones es fundamental que sean acolchados e impermeables para que puedan disfrutar tirándose en la nieve sin riesgo de mojarse. Es recomendable que se ajusten en el tobillo con una goma o en su defecto, meterlos por dentro de la bota, para evitar que les entre frío y humedad.
Mucho cuidado con el calzado
No todos los calzados sirven para ir a la nieve. En este sentido, es fundamental elegir botas o zapatillas impermeables, abrigadas y aislantes, que eviten que entre frío y humedad.
El cuero o cuero sintético son los materiales más recomendables. Se aconseja, además, que el calzado cubra al menos el tobillo y lleve cordones. Las clásicas botas de agua de goma no solo no son recomendables para la nieve sino que pueden llegar a ser peligrosas, pues aunque están diseñadas para mantener los pies secos, no conservan el calor.
También hemos de cuidar los calcetines; estos deben ser gordos, transpirables y proteger los pies del frío y la humedad.
Otros accesorios de ropa imprescindibles
Además de la ropa y el calzado, hemos de cuidar otros detalles, como elegir un abrigo impermeable que preserve muy bien de la humedad y ayude a mantener el calor, cubrir la cabeza y las orejas con un gorro, cubrir el cuello con jerseys de cuello alto o bragas de cuello (no se recomienda el uso de bufandas, pues no solo podrían enredarse, sino que al ser largas se mojan con más facilidad) y por supuesto, guantes impermeables para que puedan tocar la nieve sin mojarse.
Siempre secos e hidratados
Los bebés y niños son especialmente sensibles al frío, y el contexto lúdico en el que se inscriben las actividades en la nieve podría hacer que los niños no se dieran cuenta de que se están enfriando.
Con el fin de evitar hipotermias en la nieve, la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria recomienda explicar a los niños que no deben mojarse la ropa, y si lo hacen hay que cambiarse de inmediato. Para ello, se recomienda llevar siempre en la mochila ropa de repuesto y calcetines.
También es recomendable hacer descansos de vez en cuando para hidratarse y tomar alimentos que ayuden a combatir el frío, como frutas, frutos secos y bebidas calientes.
Si vais a practicar deportes de nieve...
Según los expertos, a partir de los cinco o seis años los niños ya estarían preparados para iniciarse en el esquí o en otros deportes de nieve, pues ya tienen dominio del equilibrio y mayor control sobre sus movimientos.
Si este año habéis decidido probar esta experiencia por primera vez, aparte de los consejos arriba mencionados, hay que tener en cuenta estas otras especificaciones:
Antes del viaje, infórmate adecuadamente sobre los servicios que ofrece la estación de esquí, las normas de uso y las edades permitidas para cada actividad.
Es obligatorio el uso de casco para evitar traumatismos en la cabeza, y recomendable el uso de protecciones dorsales que les amortigüen en caso de caídas.
En caso de ir a la nieve con bebés o niños pequeños, debemos buscar estaciones de esquí que ofrezcan espacios familiares para los peques y actividades divertidas para sus primeros contactos en la nieve.