El tiempo de verano puede ser de lo más nutritivo si dejamos que nuestros hijos se impliquen con la alimentación de la familia poniendo en marcha un pequeño huerto en casa.
Opciones hay muchas, hoy recogemos unas cuantas para que os sirvan de inspiración para los pequeños hortelanos que tenemos en casa y que se pueden encargar de plantar y cuidar los tomates del gazpacho, los pepinos de las ensaladas o los calabacines para el pisto.
Vamos a montar un huerto en casa para que sean responsables de lo que comemos este verano (al menos de algo de lo que comamos, tampoco hay que abusar).
No, no se necesita demasiado espacio un pequeño jardín o incluso una terraza de tamaño más o menos normal puede ser un escenario perfecto para que nuestros hijos se responsabilicen de una tarea diferente y divertida: montar y cuidar de un pequeño huerto urbano.
Por supuesto nuestra ayuda será necesaria igual que nuestra tutela, al menos al principio, después ya iremos viendo cómo se desenvuelven e incluso iremos aprendiendo nosotros y ellos sobre la marcha.
Primeros pasos
El sitio es lo fundamental obviamente. Una vez localizado el espacio que vamos a destinar a nuestro nuevo hobbie habrá que acondicionarlo como se merece.
Cuando el espacio es el problema, la solución viene en forma de huerto vertical o mesas para huerto y posibilidades unidas a la creatividad y al reciclaje hay miles de ellas.
En las redes hay fotos para coger ideas que seguro que se adaptan al espacio en el que queráis instalar vuestro huerto, id haciendo acopio de botellas de PET porque muchas de esas ideas se centran en las posibilidades de estas botellas como contenedores, como “tiestos” para las próximas plantas que formen vuestro huerto.
Si no sois manitas, en comercios también encontráis esta posibilidad de huerto vertical que ocupa poco espacio, pegado a un lateral de la terraza o del jardín y puede dar mucho juego a nuestros pequeños hortelanos.
Si tenéis algo más de espacio quizás lo más cómodo sea el huerto en esa especie de mesa con fondo en la que podéis organizar las herramientas debajo y además vuestra espalda no se resentirá por tener que estar agachados demasiado tiempo. Seguro que las habéis visto en los viveros si alguna vez habéis ido a comprar alguna planta, las podéis comprar e instalarlas en casa pero siempre primero, medid bien el espacio con el que contáis para no llevaros sorpresas desagradables.
Qué plantamos
Pues eso va a ir condicionado como es lógico por los gustos de la familia y del tipo de huerto por el que nos hallamos decantado en función del espacio del que disponemos.
Los tomates son siempre los más agradecidos pero tenemos que tener previsión para atarlos a algún tipo de guía cuando crezcan, también les hace mucha ilusión a los niños recoger sus propios pimientos aunque muchos después no se los quieran comer.
El éxito asegurado lo tenéis con las fresas y las hierbas aromáticas, la lavanda o la hierbabuena crecen sin grandes cuidados, la albahaca es ideal para añadir a las ensaladas o la pasta y el romero servirá para aromatizar algún asado.
Autogestión
Puede sonar complicado pero ya que nos ponemos ¿por qué no preocuparnos también de la tierra, del compost sobre el que vamos a plantar nuestras verduras?
Teniendo en cuenta que es una actividad en la que los que se van a implicar más son los niños ¿no estaría bien que el tema de la basura orgánica que se genera en casa, la pudieran gestionar ellos también para su propio huerto?
Obviamente no toda la basura, sólo la que se genera a partir de vegetales o por ejemplo las cáscaras de los huevos que se consuman. Hay contenedores para poder ir recogiéndola según la producimos pero también podemos hacer en el jardín o en la terraza, nuestra propia compostadora casera.
Sí, el tema del espacio va a ser crucial a la hora de meternos de lleno con esto o tener que dejarlo pasar pero como instructivo para los niños para que entiendan como se gestionan algunas basuras, para que reciclen de verdad, para que aprendan los procesos químicos que se producen en el compost, es de lo más oportuno.
Ya veis que se pueden responsabilizar de un ser vivo y no tiene que ser necesariamente un animal, si cuidan bien el pequeño huerto y se ven recompensados con una buena cosecha, no sólo se habrán entretenido sino que habrán aprendido quizás más de lo que ellos mismos imaginan.
Fotos | iSotckphoto | leroymerlin.es
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