Aumentar impuestos de bebidas azucaradas y subvencionar frutas y verduras: se buscan soluciones a la epidemia del siglo XXI

Los niños son los más afectados por la epidemia del siglo XXI, la obesidad. En 2013, unos 42 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso, 223 millones menores de 18 años. Un estilo de vida sedentario y una alimentación inapropiada están en la base de este problema. Para reducir la obesidad, y centrándose en el factor alimentario, la OMS ha propuesto aumentar en un 20% el precio de los refrescos con azúcar y subvencionar frutas y verduras.

Nos lo preguntábamos ya hace un tiempo: ¿subir los impuestos a las bebidas azucaradas mejorará la dieta infantil? Pues probablemente este sea un paso más para sumar a otros muchos necesarios, como el control de la influencia del sector alimentario en la política o en la sanidad, la educación a familias y a niños en escuelas, campañas sociales de concienciación...

Y sí, creo que si una botella de refresco incrementa su precio, pongamos entre 20 y 30 céntimos, muchas familias reducirían su compra (especialmente aquellas con más riesgo de obesidad, las que hacen más gasto en este tipo de bebidas). Y, al mismo tiempo, subvencionar frutas y verduras, cuyo precio no es precisamente de los más bajos, animaría a más familias a aumentar la presencia de estos productos en la cesta de la compra.

Y bueno, no lo digo yo, lo dice la OMS. En un informe presentado ayer en Ginebra la organización señala que aumentar los impuestos sobre algunas categorías de alimentos, altamente calóricos, o de bebidas refrescantes, a la vez que se subvencionan otros más saludables, tendría consecuencias positivas en la lucha contra la obesidad.

Ya se ha demostrado que aumentar los impuestos de determinados productos o ingredientes específicos reduce su consumo, entonces, ¿por qué no hacer lo mismo con estos productos insanos?

Entre otras cuestiones, sorprende conocer el inmenso poder de la industria azucarera y de algunas compañías de refrescos que todos conocemos. Esta industria a lo largo de su historia ha financiado estudios engañosos para ocultar los perjuicios de los refrescos, y lo que no sabemos. Se relacionan con políticos y hay políticos que defienden sus intereses, aunque sea veladamente, para no promover leyes más estrictas.

Por otro lado, la propuesta de la OMS de subvencionar frutas y verduras entre un 10 y 30% para abaratar su precio de venta, tendría como efecto directo el aumento de su consumo. Por ejemplo, las personas con un presupuesto fijo para estos alimentos podrían incluir más piezas en la cesta de la compra. Y determinadas ofertas animarían a nuevas familias a probar frutas y verduras, sobre todo si conocen sus beneficios y lo necesarias que son para una vida saludable. Pero claro, la industria de frutas y verduras no es tan poderosa como la azucarera.

No olvidemos que las personas con niveles bajos de ingresos son las más vulnerables a la obesidad y sobrepeso, por lo que las medidas económicas siempre tendrán cierto efecto.

Por qué no es bueno que los niños beban azúcar

No es bueno que los niños beban refrescos. Recordemos que ese tipo de refrescos azucarados (con gas, zumos envasados...) generan problemas dentales, sobrepeso y obesidad, diabetes tipo 2 y también podrían estar relacionados con una mala salud coronaria y otros problemas que reportan un elevado gasto a la sanidad pública.

Y no pensemos que hay que llegar a extremos para que el exceso de azúcar afecte a nuestra salud en cierta manera. Tan solo un bote de refresco o de zumo puede contener casi el doble de azúcar de lo que debería consumir un niño a lo largo del día, teniendo en cuenta el azúcar contenido en todos los alimentos.

De otro lado, llegar a las cinco raciones de fruta y verdura recomendadas al día aporta innumerables beneficios al organismo: nos hidrata, nos aporta fibra y vitaminas, antioxidantes, ayuda a mantener la circulación saludable y por supuesto el peso adecuado...

No significa que si un niño toma un refresco o zumo de vez en cuando vaya a estar condenado. El problema viene cuando estas bebidas azucaradas son consumidas a diario y sin control, y si a ello sumamos otros alimentos insanos, dulces elevados en grasas trans, demasiado salados, el sedentarismo... lo que hacemos es comprar demasiadas papeletas para sufrir un grave problema de salud.

Fotos | iStock
Vía | ABC
En Directo al Paladar | Estrategias científicamente probadas para que los niños coman más verduras
En Vitónica | ¿Cuánto azúcar puede tener una dieta saludable?
En Bebés y más | ¿Subir los impuestos a las bebidas azucaradas mejorará la dieta infantil?, ¿Por qué dar bebidas azucaradas al bebé? Aumentan el riesgo de obesidad

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