La alergia a los frutos secos es una de de las alergias alimentarias más frecuentes en la infancia, y cuyos síntomas pueden llegar a ser muy severos, por lo que es muy importante reconocer sus síntomas para un diagnóstico precoz, pues este tipo de alergia es una de las causas más comunes de anafilaxia alimentaria.
De este grupo, los cacahuetes son los que dan alergia con mayor frecuencia, y durante algunas décadas hubo un debate acerca de cuándo es el mejor momento para introducirlos en la alimentación infantil.
Estudios realizados en los últimos años habían encontrado que, contrario a la recomendación previa, introducir los cacahuetes de forma precoz podría reducir el riesgo de alergia.
Un nuevo estudio confirma que ha habido un descenso considerable en los casos de alergia a los cacahuetes desde que se publicaron las nuevas recomendaciones y confirma la mejor edad para introducirlos a la dieta infantil.
El estudio
Publicado en la revista Journal of Allergy and Clinical Imunology, el estudio realizó un comparativo con un análisis sobre la alergia a los frutos secos, realizado 10 años antes.
Previamente, los investigadores de este estudio habían encontrado un incremento en la introducción precoz de los cacahuetes en los frutos secos (antes de los 12 meses), y el objetivo de este nuevo estudio era analizar cómo había impactado ese cambio.
Para ello, tomaron un estudio realizado entre 2007 y 2011, y lo compararon con el que ellos hicieron entre 2018 y 2019. En ambos se incluían datos demográficos y de la alimentación que llevaban los bebés que participaron en ambos estudios.
Los resultados mostraron que aunque la alergia a los cacahuates seguía siendo alta, pues es una de las más frecuentes en la infancia, hubo una disminución del 16% en este tipo de alergia desde que se recomendó incluirlo antes de los 12 meses.
Recordemos que la recomendación actual de la Asociación Española de Pediatría (AEP) es incluir los cacahuates en la dieta infantil antes de los 11 meses de edad (pero después de los 6, como el resto de los alimentos), y no ofrecerlos enteros hasta después de los 5 o 6 años, para evitar el riesgo de atragantamiento.
Vía | EurekAlert
Foto | Pixabay
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