Mi hijo no quiere desayunar por la mañana: ¿qué hago?

Mi hijo no quiere desayunar por la mañana: ¿qué hago?
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Hay niños a los que les cuesta mucho desayunar por la mañana. Bien sea por una cuestión de sueño o pereza, o simplemente por inapetencia, en muchas casas el momento del desayuno se vive como un auténtico drama.

Y es que los adultos tenemos muy interiorizado eso de que el desayuno es la comida más importante del día, por lo que no contemplamos la idea de que nuestro hijo afronte su jornada escolar sin un completo desayuno.

Si tu hijo no quiere desayunar por la mañana, debes tener en cuenta los siguientes consejos.

No obligar al niño a comer

Existe la creencia popular de que el desayuno es la comida más importante del día. Pero tal y como nos explicaba en este artículo la nutricionista Elizabeth González, autora de Slow Nutrición y experta en alimentación infantil, el desayuno es una comida igual de importante que las demás; ni más ni menos.

En concreto, la experta nos explicaba que el desayuno aporta entre el 20% y el 25% de la ingesta diaria de energía que el niño necesita a lo largo de su día. El resto de energía y nutrientes los irá adquiriendo con los alimentos de la comida y la cena principalmente, y con otros snacks que vaya consumiendo.

Por eso es importante no obsesionarse con la idea de que el desayuno es imprescindible, y si bien los padres debemos procurar que nuestros hijos desayunen cada mañana, en ningún caso debemos forzarles a ello.

Ofrecer un diseño ligero

desayuno

Insistimos en la importancia de no obligar a comer, ni tampoco pretender que un niño que se muestra inapetente nada más levantarse haga un desayuno completo y variado.

En la mayoría de las ocasiones, los niños que rechazan desayunar por las mañanas tienen hambre una o dos horas después. En estos casos, bastaría con que el niño tomara algún alimento ligero antes de salir de casa para romper con las horas de ayuno nocturno, hasta que llegue el momento del almuerzo de media mañana.

Algunas opciones serían, por ejemplo, una pieza de fruta, un yogur, un puñado de frutos secos, una rebanada de pan integral con un chorrito de aceite... En definitiva, no se trataría de forzar al niño a comer, sino de acostumbrarle a adquirir un hábito importante y saludable.

¡Fuera las prisas!

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Uno de los errores frecuentes que cometemos los padres por las mañanas es despertar a los niños con prisas y sin tener en cuenta sus necesidades. En este sentido, hay niños a los que les cuesta más trabajo despertarse y necesitan tiempo, tranquilidad y rutinas de transición sosegadas.

Si no tenemos en cuenta su peculiaridades, es fácil acabar cayendo en desayunos a contrarreloj, en donde las prisas no permitan al niño disfrutar del momento ni hacer esta comida de forma completa y equilibrada.

Igualmente, hay peques que después de desayunar necesitan ir al baño y se sienten más cómodos haciéndolo en su propia casa y con calma. Si se lo impedimos con las prisas de la mañana, es probable que acaben optando por no desayunar.

En definitiva, muchos de los niños que se niegan a desayunar por la mañana cambiarían de idea si el ambiente en casa fuera más relajado, respetuoso y sin prisas; algo que podríamos solucionar adelantando el despertador y organizándonos el tiempo correctamente.

Desayunar en familia

Desayunos
Foto de Pavel Danilyuk (Pexels)

No siempre es fácil desayunar en familia, pero debemos intentar compartir este momento con nuestros hijos de forma pausada, disfrutando juntos de esta primera comida del día y dando ejemplo a los niños con una dieta saludable.

Y es que en demasiadas ocasiones los padres nos quejamos de que nuestros hijos no quieren desayunar, pero los niños ven que nosotros tampoco lo hacemos, o que desayunamos a toda prisa, con un café en la mano y corriendo de un lado a otro.

En definitiva, de nada sirve hablar con los niños sobre la importancia de un buen desayuno si los padres no educamos a través de nuestro ejemplo

Ofrecer opciones saludables

La mayoría de padres conoce la importancia de ofrecer a los niños desayunos saludables, pero en muchos casos no saben cómo implementarlos y acaban cayendo en opciones rápidas de bollería y cereales industriales.

Ligar el desayuno a este tipo de alimentos no solo es perjudicial a nivel nutricional debido al exceso de azúcares y grasas saturadas, sino que además estamos limitando al niño el acceso a otras opciones de desayuno más saludables y quizá incluso más apetecibles.

En este post os compartíamos una gran cantidad de ideas para ofrecer a los niños un desayuno saludable, completo y equilibrado, alejado de las ideas convencionales que nos ha vendido el marketing a lo largo de muchos años.

Cuidar especialmente el almuerzo de media mañana

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Si siempre hemos de procurar que nuestros hijos lleven al colegio un almuerzo saludable para media mañana, mucho más en el caso de niños que no desayunan o sus desayunos son escasos.

El snack de media mañana puede ayudar a completar el desayuno si se elige correctamente

Según los expertos, debemos intentar que entre el desayuno y el snack de la mañana los niños consuman al menos tres de los siguientes grupos de alimentos: lácteos, frutas, cereales  (fundamentalmente integrales), grasas saludables y protectoras (entre ellas los frutos secos) y proteínas.

Así por ejemplo, si el niño no ha desayunado ningún lácteo, podemos ofrecerle para media mañana un yogur o una porción de queso, y si no ha tomado ninguna grasa saludable, podemos prepararle para el cole una tostada con aguacate o con crema de frutos secos.

Consultar con el pediatra

Si a pesar de estos consejos el niño continua sin querer desayunar por las mañanas de forma sistemática, es recomendable consultarlo con el pediatra pues en algunos casos podría existir algún problema de salud que deba ser valorado, como por ejemplo una intolerancia alimentaria o una mala absorción intestinal.

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