En verano, es habitual salir de excursión, hacer picnics o comer en la playa para disfrutar al aire libre. Sin embargo, cuando hace calor debemos tener especial cuidado con la comida que sacamos de la nevera y cómo la transportamos si vamos a comer fuera de casa para evitar intoxicaciones alimentarias.
Alimentos que no están refrigerados, sumado a las altas temperaturas favorecen la proliferación de las bacterias a velocidades aceleradas. Para que os hagáis una idea, Escherichia coli, una de las bacterias que más intoxicaciones alimentarias provoca, duplica su población cada 20 minutos.
No rompas la cadena de frío de los alimentos
Los microorganismos proliferan de forma óptima entre los 25 y los 40 grados, temperaturas que alcanzamos fácilmente en verano, por lo que debemos procurar mantener los alimentos a las temperaturas más bajas posibles.
Utiliza una nevera portátil o una bolsa térmica que conserve muy bien el frío. La mejor opción es utilizar acumuladores o geles de frío, ya que los cubitos de hielo se derriten muy rápido y podrían entrar en contacto con los alimentos.
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Demás está decir que esta nevera o bolsa debe mantenerse a la sombra y abrirla para sacar los alimentos y cerrarla rápidamente para evitar la dispersión del frío.
No mantengas los alimentos preparados durante demasiadas horas
Los envases que usemos para transportar los alimentos deben tener cierre hermético y estar bien lavados y cerrados.
Procurad comer las comidas que llevéis cocinadas dentro de las primeras 2-3 horas desde que las hayas preparado. Una ensaladilla con mayonesa, por más que esté refrigerada no es conveniente comerla seis horas después pues habremos dado cancha a las bacterias para hacer de las suyas.
Evita alimentos potencialmente peligrosos
Alimentos preparados que lleven huevo crudo, mayonesa, salsas, leche no pasteurizada, tortillas poco cuajadas, carnes y pescados poco cocinados son un caldo de cultivo para los microorganismos.
La salmonelosis, una de las intoxicaciones más frecuentes, está producida por la bacteria salmonella, que podemos encontrar fácilmente en las aves crudas, los huevos, la carne de vacuno, la leche y en ocasiones en algunas frutas y verduras que no han sido lavadas de manera correcta.
Si vamos a descongelar un alimento que queremos llevar a la playa, debemos hacerlo en la nevera. No lo dejes durante horas a temperatura ambiente pues están expuestos a las bacterias
Demás está decir que los alimentos que consumamos no deben haber superado su fecha de caducidad.
Mantén todo limpio
La llamada contaminación cruzada es muy habitual a la hora de preparar y almacenar alimentos. Debemos tener cuidado de mantener las herramientas que utilizamos, como cuchillos y tablas, siempre muy limpias, así como también los envases en los que guardamos la comida. De otro modo, modelos mezclar alimentos crudos con cocinados y contaminar sin querer los alimentos, trasladando los microorganismos de un lado a otro.
Limpia bien frutas, verduras y hortalizas
Las ensaladas son las preferidas para llevar de picnic, pero pocos saben que son la mayor fuente de intoxicaciones alimentarias. La humedad que acumulan y la temperatura ambiente son un entorno de cultivo muy prolífico.
Igualmente, si vamos a llevar frutas a playa, debemos lavarlas previamente y secarlas muy bien para evitar humedades. Deben mantenerse frías también, pero no las guardéis en contacto con hielos, ya que estos se derriten y el agua acaba entrando en contacto con las piezas, favoreciendo su deterioro.
Si vas a llevar melón o sandía, muy habituales en verano, ten en cuenta que recomiendan comprarlos enteros en el supermercado, no cortados.