Taller de ciencias: merienda para pequeños científicos

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Hemos publicado ya varios talleres de ciencias que hacer con los niños, pero creo que merece la pena seguir investigando para poder ofreceros esta oportunidad de divertiros con los niños dándoles, además, recursos para que vayan familiarizándose con la ciencia. Nuestro taller de hoy despide el verano con una merienda para jóvenes científicos. Aprenderemos a hacer helado casero sin nevera y a hacernos un vaso todo de hielo. Sencillo, barato y muy interesante.

Cualquiera de nuestras tardes de experimentos de ciencias puede terminar maravillosamente si preparamos una deliciosa merienda para pequeños científicos. Se trata de una deliciosa manera de despedirnos del verano mientras siga haciendo calorcito, aunque, os confieso, que nosotros comemos helados todo el año. Y más si son sanos y hechos en casa.

Necesitaremos nata, azúcar, un balde de plástico limpio, una bolsa hermética de congelación, mucho hielo picado y sal gorda abundante. Vamos a hacer helado casero sin usar la nevera.

Primero los adultos batiremos la nata hasta dejarla montada y los niños pueden ayudarnos añadiendo el azúcar y, si queremos, los complementos que decidan: trozos de chocolate, canela, fresas cortaditas o cualquier otra cosa que nos guste. Meteremos todo en una bolsa hermética de congelación y la cerraremos bien.

Compraremos una bolsa de hielos y los picaremos o los machacaremos hasta dejarlos lo más pequeños que podamos. Nosotros salimos a la calle y golpeamos la bolsa, protegida para que no se manchara, con un bate. Lo pasaron genial.

Luego ponemos el hielo picado en el balde, añadiendo sal, aproximadamente un tercio del volumen de hielo e introduciremos la bolsa con la mezcla de nata montada en su interior, bien tapada.

Tendremos que cogerla con mucho cuidado, pues el hielo se irá convirtiendo en agua y esta estará muy fría, pudiendo llegar a 9 grados bajo cero, e ir moldeando el contenido de la bolsa a medida que se congela para evitar que se quede como una piedra y tenga la textura del helado. Helado sin nevera ni congelador, riquísimo.

En poco más de diez minutos veremos como el contenido de la bolsa está helado. No hay más que sacar el helado de la bolsa y comerlo. Os aseguro que estará delicioso y los niños disfrutarán de la experiencia tanto la gustativa como la científica.

Hacer helado sin nevera es posible gracias a un proceso que podemos explicar científicamente. El hielo tiene una fina capa de agua líquida sobre su superficie. La sal que hemos añadido se disuelve en ese agua y forma una disolución saturada, es decir, el agua ha admitido toda la sal que es capaz de disolver.

En ese momento se desencadena el curioso efecto. Para conseguir agua la disolución, que tiende a diluirse, absorberá energía del hielo, haciendo que el conjunto baje de temperatura hasta los nueve grados bajo cero. Y es que la disolución de agua y sal se encuentra en estado líquido a bajo cero porque su punto de congelación es más bajo que el del agua sola, que es de 0 grados.

Con este procedimiento hacía helado nuestras abuelas cuando no había congeladores en casa y podemos hacerlo nosotros también, preparando una deliciosa merienda que mezcla helado con ciencias. Disfrutadlo.

Vamos a hacernos un vaso de hielo

Si, he escrito eso, un vaso hecho de hielo. Se trata de otro divertido experimento que podemos hacer esa tarde y luego, claro, tomarnos en él un batido o incluso poner dentro nuestro rico helado.

Vamos a necesitar dos vasos de plástico, uno grande y otro más pequeño. Además, cinta adhesiva y, por supuesto, agua. Yo suelo ponerle una gotita de colorante alimentario, quizá no sea lo más sano, pero el efecto les encanta.

Llenaremos el vaso grande por la mitad e introduciremos dentro el vaso pequeño. Luego tenemos que unirlos con la cinta adhesiva para que se queden fijos. La cinta debe ser fuerte y no perder su capacidad adhesiva al humedecerse. Ponerla puede costar un poco, pero con paciencia se logra. La idea es que entre ambos vasos quede una capa de agua.

Luego, metermos nuestro invento en el congelador y cuando lo saquemos, mojando los vasos de plástico con agua del tiempo, lo desprenderemos con facilidad y tendremos este impresionante vaso de hielo. Les va a encantar. Además, si tenemos cuidado, podremos usar más veces el ingenio y hacer vasos de leche, batido, zumo...

Con esto terminamos por hoy. El viernes un nuevo taller, esta vez, os aseguro que va ser divertido perdernos en la Atlántida o descubrir muchos más misterios científicos que de tan frescos, ya son helados. Se acaba el verano con los niños, pero vamos a seguir disfrutando.

Vídeo | Stevespanglerciencie, Youtube En Bebés y más | Cocinando con los niños, La cocina, el aprendizaje y los niños, (II), (III)

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