Os hacemos partícipes hoy de la segunda parte de la entrevista que Bebés y más está realizando al psicoterapeuta Enrique Blay, especialista en las emociones de los bebés y todo su mundo sensitivo y psicológico.
Si en nuestra primera conversación quisimos hablar de la importancia que tienen las vivencias que el bebé tiene dentro del útero y sobre como su desarrollo psicológico comienza con la concepción, esta vez hemos querido ir avanzando en el tiempo, creciendo con nuestro bebé emocional, para ir comprendiendo mejor el funcionamiento de sus sentimientos y la huella que dejarán en su vida futura.
¿Cual es el papel ideal del padre durante el embarazo?
El papel del padre tiene dos vertientes. Por un lado, sabiendo la importancia del estado emocional de la madre, que el bebé percibe, debe procurar que su pareja se sienta apoyada, comprendida, mimada, en una palabra, amada.
Por otro lado, conociendo las grandes capacidades perceptivas del bebé intrauterino, en concreto las auditivas, el padre puede iniciar el vínculo afectivo hablando a su hijo sobre el vientre de la madre, acariciándolo, enviándole sus mejores pensamientos de amor y cariño.
¿Hay datos confirmables sobre la posibilidad de esta comunicación?
Se han hecho experimentos en que se demuestra que el bebé, una vez nacido, reconoce la voz de su padre entre la de otros hombres y se calma más en sus brazos que en los de otro.
Para el hombre supone una nueva forma de implicarse en la vivencia paternal, desde la concepción de su hijo.
¿Y cual debería ser su papel en los primeros años de vida de un niño?
El padre tendría que continuar en la dirección de que su pareja se sienta completamente amada, pues su estado emocional sigue siendo fundamental respecto al estado emocional de su bebé, y aquí se incluye el respeto a las pautas de crianza que la madre adopte, como la lactancia, el colecho, la atención del llanto.
¿Y en cuanto al niño?
Respecto a su hijo, vivir una paternidad intensa. Besarlo, abrazarle, bañarlo, cuidarlo, jugar con él, dedicarle tiempo de calidad. En los primeros años se asientan los lazos afectivos y las formas de comunicación.
¿Que siente un bebé cuando nace?
En el momento de nacer, el bebé es un ser humano completo, con la particularidad de su Percepción Emocional. Es decir, capaz de percibir todo lo que sucede y de transformarlo en sentimientos, en emociones.
El bebé ha estado nueve meses en el paraíso, flotando en el líquido amniótico, percibiendo el amor de su madre, protegido y alimentado sin ningún esfuerzo. De repente, es “expulsado”, a través de un oscuro y estrecho camino a un mundo exterior y desconocido.
¿Influirá su nacimiento en su psique?
Tanto la vivencia del proceso de nacimiento como la forma en que es acogido al nacer, dejarán una profunda huella en su psique. Una huella que incluye la percepción del mundo al que surge, un mundo agradable, pacífico, acogedor, afectivo, amoroso o, por el contrario, un mundo desagradable, violento, agresivo, doloroso. Una percepción que nos acompañará el resto de nuestras vidas.
¿Como debería ser el nacimiento ideal de los bebés?
El nacimiento es una experiencia emocional intensa, tanto para la madre como para el bebé. Lo que siente la madre lo siente el bebé y por lo tanto nos podríamos preguntar en primer lugar, cuál es la mejor forma de afrontar el parto para que suponga una vivencia emocional gratificante para la madre, y por resonancia para su bebé.
Aquí hay suficientes evidencias científicas, para afirmar que el mejor parto es el que el Dr. Michel Odent denomina “parto mamífero”, que podríamos definir que es el que no tiene intervenciones externas y deja que sean los propios cuerpos de la madre y del bebé lo lleven a buen término. Dejar actuar lo que él describe como “cóctel de hormonas”.
Sus experiencias e investigaciones demuestran, que un parto sin intervenciones, permite vivencias emocionales positivas, incluso placenteras, aunque en nuestra cultura sea hoy en día tan difícil aceptar la relación parto y placer.
¿Que prácticas habría que evitar al recibir un bebé en el mundo?
Deberíamos preguntarnos cuál es la mejor forma de recibir al bebé en su nacimiento. Sobre todo es muy importante no cortar el cordón umbilical antes de que deje de latir. El bebé, en el momento del nacimiento, tiene las vías respiratorias llenas de líquido amniótico y el oxígeno que necesita para vivir le llega a través del cordón umbilical. Cortarlo antes de que el bebé pueda respirar por sí mismo es llevarle a la asfixia.
¿Y que prácticas habría que fomentar?
Lo que debe hacerse es colocar inmediatamente al bebé en el pecho de la madre y esperar que el cordón umbilical deje de latir por sí mismo. La naturaleza es sabia y esto sucede en cuanto el bebé puede respirar por sí mismo.
Es fundamental que el bebé recién nacido y en las horas posteriores, permanezca junto a su madre sin ser separado de ella. Colocar al bebé recién nacido junto a su madre provoca la segregación final del cóctel de hormonas, como la oxitocina, la hormona del amor, relacionada con el placer y el apego, endorfinas (morfina endógena) y prolactina que previene hemorragias, promueve el desprendimiento de la placenta y pone en marcha los mecanismos de la lactancia.
En las pocas ocasiones en que un nacimiento respetado, mamífero, presente dificultades que pongan en riesgo la salud de madre y bebé, dificultades usuales en los partos intervencionistas, disponemos de una fantástica medicina que soluciona el problema. Bienvenidas las cesáreas “necesáreas” puesto que salvan vidas de bebés o madres. Rechacemos la cesáreas “innecesarias” que ponen en riesgo innecesario a madres y bebés.
Actualmente se sabe que un parto natural, mamífero, no intervencionista, es la forma más segura y más saludable de experimentar un nacimiento, tanto para la madre como para el bebé, tanto a nivel físico como psicológico.
Las emociones que sienten los bebés en el momento del nacimiento o sus experiencias desde el útero con su padre dejarán huella. Si sufren podran sanar emocionalmente, pero sin la más mínima duda, darles el mejor nacimiento posible, rodeados de amor y respeto, sin violencias innecesarias ni separaciones, serán la base de un desarrollo psicológico lleno de paz y feliz.
Seguiremos con la entrevista al psicoterapeuta Enrique Blay, que nos está explicando estas apasionantes realidades, para, acompañados de su experiencia, llegar en los temas próximos a hablar de crianza y educación.
En Bebés y más | “El desarrollo psicológico comienza en el momento de la concepción”. Entrevista a Enrique Blay, Las emociones de los bebés