¿En busca de la trona perfecta?: probamos la Tripp-Trapp de Stokke
Una de las cosas a la que más utilidad le estoy encontrando es la trona. Es un objeto que se compra con la idea de sentar al bebé cuando empieza a recibir otro tipo de alimentos distintos a la leche, pero personalmente he encontrado en ella un instrumento de integración maravilloso. Después de investigar y evaluar todas las posibilidades nos decantamos por la Tripp-Trapp de Stokke, y como siempre, os voy a contar mi experiencia con ella.
Esta es una trona evolutiva, es decir, está pensada para que el bebé la utilice desde recién nacido en adelante, ya que se convierte en una silla que podemos usar de mayores sin ningún problema.
Hay tres cosas que caracterizan a esta trona: una, que está hecha de madera de Haya, así que su calidad es bastante alta (la cual se corresponde con su precio, por supuesto), otra, que debes ir 'armándola' de acuerdo a tus gustos y necesidades con accesorios adicionales y la última y más importante, es que involucras al bebé con la familia a la hora de comer desde el mismo momento en que empiezas a utilizarla.
Su diseño es bastante particular, ya que a primera vista puede parecer algo pequeña y muy distinta a la idea de una trona 'de toda la vida', pero tiene varios aspectos positivos como es el poder acercar al bebé a la mesa, otro que no ocupa mucho más espacio que una silla normal y que la puedes poner en cualquier sitio de la casa (yo la muevo varias veces al día cuando tengo que hacer cosas y no quiero perderle de vista). Otro es que su diseño permite ir bajando las posiciones del asiento y del reposapies a medida que el niño crece, así que siempre va a tener su silla con la altura perfecta, sin necesidad de usar objetos adicionales para que alcance a la mesa. Puede soportar un peso de hasta 85 kg, así que puede utilizarla un adulto sin ningún problema.
Una trona que se puede utilizar desde recién nacido
Como os dije al principio, la puedes utilizar desde que el bebé nace gracias al 'Tripp Trapp Newborn Set', una sillita que se puede incorporar. Es súper cómoda y fué 'amor al primer contacto' con mi bebé: se notó de inmediato que le gustó verse a nuestra misma altura en la mesa sin estar en brazos. Sobra decir que verla así y tener esa comodidad también me conquistó.
Cuando ella logró sentarse y sostener la cabecita llegó la hora de pasarla al siguiente nivel: el 'Tripp Trapp Baby Set', una especie de soporte que sostiene al bebé sentado con una postura similar a la que adopta cuando lo tenemos en brazos mirando hacia adelante (es la manera más gráfica que he encontrado para describirla). Lo mejor que tiene es que el bebé no se desplaza para un lado y otro ni se desliza hacia adelante. Las piernas tienen completa libertad y la espalda queda completamente recta.
Una de las cosas que me parecen vitales y que esta trona tiene es que es bastante estable y compacta. Además es fácil de limpiar, ya que los cojines se quitan muy fácilmemte.
¿Qué ventajas he encontrado en esta trona con respecto a otra?
A diferencia de las otras cosas que he utilizado y de las cuales os he hablado, la trona sí que la he podido comparar con otra, ya que los abuelos compraron una Bbest para tenerla en su casa. Sinceramente no hay punto de comparación: esa parece bastante cómoda porque es acolchada y la mesilla que incluye es amplia, pero la peque se desliza y tengo que reacomodarla cada poco. Está claro que ella está acostumbrada a la suya, pero es que realmente se nota mucho la diferencia.
Yo también encuentro que la de Bbest tiene las patas demasiado abiertas y eso tampoco me parece cómodo. Ya sé que probablemente puede no ser una característica que cuente mucho a la hora de tomar una decisión, pero vivo en un piso pequeño y prefiero las cosas compactas.
¿La recomendaría?
Definitivamente sí, aunque está claro cada uno tiene necesidades y gustos distintos (como os he dicho en otras ocasiones, yo solo cuento mi experiencia por si a alguien le puede servir). Me encanta esta trona, creo que es bonita, práctica, comodísima para un bebé y es fantástica para integrarle en algo tan importante como el momento de la comida.
Generalmente elijo las cosas pensando en darles toda la mayor utilidad posible y este es otro ejemplo de ello: esta trona no va a ir a parar al trastero cuando ella ya no la necesite como tal: se convertirá en la silla de su escritorio, aunque cuando la mire siempre recordaré esos momentos en los que le daba el puré con su mini-cuchara.
¿Alguno de vosotros la ha probado?. ¿Nos contaríais vuestra experiencia con las tronas de vuestros peques?
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