Se acerca la Navidad, y las casas comienzan a llenarse de catálogos de juguetes, que los padres recogemos del buzón o de las tiendas. Catálogos que los niños ojean ilusionados y que prácticamente acaban memorizando, de cara a escribir su carta a Papá Noel o los Reyes Magos.
Y un año más salta a la palestra el debate sobre el sexismo de estos catálogos y la publicidad que deciden hacer las empresas. Porque un juguete en sí, no es sexista, pero sí la forma de presentarlo y su mensaje subliminal que acaba calando en el niño y llevándole a rechazar un juguete en detrimento de otro por los roles de género asociados.
Catálogos que condicionan el juego
¿Acaso las niñas no pueden conducir un coche o disfrazarse de superhéroe? ¿Y los niños empujar un carrito de bebé o utilizar un estudio de costura? Por supuesto que pueden, y probablemente lo harían si no estuvieran tan condicionados, desde la más temprana edad, por la publicidad sexista de los catálogos.
Sin ir más lejos, el otro día mi hija de tres años y medio me sorprendió pasando a toda velocidad las hojas iniciales del catálogo que sostenía en sus manos. Me llamó la atención que no se parara a ver con calma las páginas y los juguetes y cuando le pregunté la razón, su respuesta fue clara: "Estos son juguetes de chico. Voy a buscar las páginas de color rosa, que son los de chica".
Sus palabras me sorprendieron mucho porque en casa jamás hemos dirigido la atención de mis hijos hacia un juguete u otro; de hecho, uno de los primeros juguetes que tuvo mi hijo mayor fue un muñeco nenuco y un carrito de paseo. Pero es imposible escapar de los estímulos visuales de la publicidad.
Pero no sólo está el detalle de los colores de las páginas sino también la fotografía. Niñas utilizando maletines de doctora, cuidando y paseando bebés, manejando una máquina de coser o jugando con muñecas. Ni un solo niño en la escena.
Por contra, encontramos niños conduciendo coches o motos, manejando robots o jugando con circuitos de carreras y garajes. Ni una sola niña en el juego.
Las denuncias de organizaciones y movimientos feministas
Las imágenes que hemos visto corresponden al catálogo de juguetes de Hipercor de este año, pero prácticamente todos los catálogos vienen a mostrar las mismas escenas. Y esto es algo que empieza a ser denunciando por padres, organizaciones y movimientos feministas.
La última en alzar la voz ha sido la actriz Leticia Dolera que publicó en su cuenta de Twitter el siguiente mensaje:
A la denuncia de Leticia, retuiteada por más de 3.000 personas, se han ido sumando otros tuiteros que han compartido fotos o experiencias similares:
Y si eres niña y quieres un camión de juguete con tu nombre te tendrás de joder... (están hasta papá y el abuelo) pic.twitter.com/MGgFXA5Uk2
— A girl has no name (@HearMeBurp) 8 de noviembre de 2017
Eso pienso yo. El hijo de unos amigos pidió un carrito de bebé para Reyes. Su padre le compró una carretilla en su lugar.
— Rose M. (@rosemrius) 8 de noviembre de 2017
¡Vamos a cambiar esto!https://t.co/MVX2ZIAkQv
— babymachismos (@babymachismos) 8 de noviembre de 2017
Lo natural es dejarles elegir lo que más les gusta
— Esther Píscore (@LaMalaTW) 9 de noviembre de 2017
Estereotipos + Educacion basada en un sistema patriarcal= Roles de género (que se imponen)
— oliver (@Olivrms) 8 de noviembre de 2017
Todo lo que este fuera de ahí de lo "normal" o "heterenormativo" se aleja de la norma. Es una pena que los niños deban jugar con lo q se cree q deben jugar.
Pero también encontramos excepciones. Tiendas y marcas que van tomando conciencia de la realidad y orientando sus catálogos de juguetes a todos los niños, sin diferenciar su género.
— Bel (@BelenBelmaes) 8 de noviembre de 2017
Esto en Suecia no pasa. Niños peinando a bebés y niñas con escopeta pic.twitter.com/4IaKcUILyO
— Daniel Aragay (@proteusbcn) 9 de noviembre de 2017
Que tomen ejemplo del catalogo de Toy Planet. Las niñas tambien juegan con herramientas y niños a casitas de muñecas. Ejemplo a seguir pic.twitter.com/5CSJZyM6dc
— Mucha_Mary (@marybirmania77) 9 de noviembre de 2017
Es importante que los niños tengan plena libertad de elegir el juguete que deseen, sin que la sociedad o la publicidad les empuje a ello. Porque si los adultos dirigimos su elección y limitamos su juego, lo único que estaremos haciendo es perpetuar los estereotipos de género existentes en la sociedad.
Apostemos por un uso no sexista de los juguetes, y fomentemos su libertad de juego y creatividad. Porque las niñas pueden y deben ser lo que quieran, desde princesas, hasta astronautas, superhéroes o pilotos de carreras. Y un niño puede querer ser cocinero, peluquero, jugar con muñecas, o dirigir un taller mecánico.
¡No rompamos sus sueños ni marquemos sus gustos. Dejémosles ser solo niños!